Capítulo 24

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He conseguido tiempo para escribir y solo estoy emocionada por esta historia. Las ideas e inspiración vienen a mi a las dos de la madrugada en donde puedo escribir con tranquilidad y libertad. No puedo dejarlos esperando tanto! Está historia me está emocionando cómo nunca y se va a ir desarrollando de a poquito.
Espero les guste🌷


Cinco años después.

Hacía sonar sus botas de tacón al correr con dificultad por el pasillo alumbrado por una tenue y erótica luz roja. Estaba atrasado, había dormido toda la tarde por el cansancio que consumía todo su ser y el sonido de una llamada entrante hizo que pegara un grito al ver la hora. No había dudado en salir del departamento con alma que lleva el diablo, agradecía un poco que el Club llamado "Vanilla" esté a unas seis cuadras de donde vive.

Había atravesado por una discusión con una persona que es su pareja y dueño de aquel Club, le había protestado por llegar tarde y los clientes ya lo estaban reclamando para verlo arriba bailando.

Acomodó su antifaz negro, que hace unos años colocaron la regla de que todos tenían que estar con sus rostros un poco cubierto por el antifaz al entrar al club.

En el camerino lo habían alistado lo más rápido posible poniéndole un poco de maquillaje, no tanto, tampoco era necesario porque su belleza acababa con cualquier alfa o beta.

Sus piernas estaban cubiertas por una malla, usaba una lencería negra brillante y su abdomen estaba a la vista, su ombligo estaba adornado por un brillante arete.

Cuando pasó por el lado de Frank, este lo detuvo tomándole de la nuca y besarlo a pesar de que haya puesto resistencia, se dejó besar y manosear por el alfa que era su pareja. Siempre lo hacía antes de empezar el show. Era un manera de reclamarle que era suyo. Frank olió su cuello y al no percibir nada sonrió, era una muestra de que su pareja había ocultado su aroma tomando supresores todos estos años que ha trabajado bailando y prostituyéndose.

Cuando salió recibió alagos, billetes por el aire, chifleos. Empezó a bailar al ritmo de la música. Sus caderas se meneaban con sensualidad, dió la espalda al público y tocó su trasero desnudo. Los alfas gruñeron.

Todo empezó suave y sensual, los alfas y betas podrían tener un orgasmo con solo verlo. Utilizó el tubo para subirse en él con profesionalismo, sujetado por sus piernas y expandió sus brazos con elegancia. Se dió una vuelta que todos aplaudieron.

Fue al suelo, suavizando este con sus manos, abriendo sus piernas y arqueando la espalda. Abrió su boca un poco y llevó dos dedos en sus labios, elevó sus piernas y las movió en el aire, siguiendo el golpeteó rápido que hubo en una parte de la música.

Había bailarines también, bailarinas omegas que bailaban detrás suyo y al lado, pero todas las miradas se las ganaba él, los alagos, las palabras que los alfas lanzaban sin pudor.

Gateó un poco y miró a un alfa quien estaba sentado y una copa de ron en su mano, este lo miraba con hambre y empezó a jugar un poco con él. Mordiendo su labio inferior mientras gateaba, movió su culo y luego desplazó su pecho por el suave suelo, su pecho y su abdomen pegados a este. Elevó sus piernas detrás suyo y las movió mientras mordía su dedo índice, guiñándole un ojo a aquel alfa hambriento que de un solo trago se tomó la bebida que había en la copa.

Volvió a bailar en el tubo, haciendo maniobras sexys. Su culo era una jodida reliquia para todos, algunos ya habían tocado y les fascinó. Su piel blanca era maravillosa bajo la tenue luz roja erótica, sus labios rojos dejaban sedientos a los alfas y betas que morían por probarlos, su cintura era alagada por todos, incluso por las bailarinas, sus caderas eran hermosas. Tenía maravillosos rasgos que cualquiera desearía tener.

¿Castigo o Premio? OMEGAVERSE [INTENABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora