Celos

417 63 10
                                    

Estaban adaptándose de nuevo a la rutina de clases, ya que esas pocas semanas de vacaciones eran suficientes para hacerlos olvidar todo lo que vieron el año anterior.

James y Teddy habían tomado la costumbre de dormir juntos por las noches, desde que el peliazul tuvo una pesadilla, donde soñaba que su novio tenía un accidente.

Ahora estaban jugando en el Lago Negro, flotando y relajándose por completo.

—¿Qué te gustaría ejercer cuando termines Hogwarts?

—...— James lo pensó, observando el agua escurrirse entre sus dedos.—Aún no lo he pensado, no tengo idea.

—Podríamos vivir juntos, tengo dinero— hablaba Teddy tan relajado, incluso podía imaginarse a ellos dos en un pequeño apartamento.—Podríamos buscar un trabajo cuando ya estemos completamente listos.

—¿Piensas que estaremos tanto tiempo juntos?

Edward miró el cielo y James se hundió un poco más en el agua, moviéndose gracias a sus pies, llegando hasta la espalda de su novio y abrazando su espalda.

—Mis papás pudieron, ¿por qué nosotros no?

—Nosotros no somos como tus padres. Tenemos gustos diferentes, pensamientos y crianzas diferentes.

—Estaremos juntos el tiempo que sea necesario, mientras no nos rindamos, todo estará bien— Teddy se volteó y lo abrazó por los hombros, besándole la frente a James.—Y si no está bien, estaré a tu lado para apoyarte, ¿tú estarás conmigo?

—Lo estaré— le dijo James besando la punta de su nariz y sonriéndole, incluso esas simples palabras significaban demasiado para ese lindo moreno.

—Debe estar por oscurecer, salgamos antes de que te resfríes.

Ambos nadaron hasta la orilla, Teddy salió primero y ayudó a James sosteniéndole la mano. El moreno alzó su varita y con un ventus le secó el cabello a Teddy, asegurándose de que estaba completamente seco, ahora dedicándose en secar su ropa con el leve viento saliendo de su varita.

—No sé el hechizo de secar ropa, pero esto puede ayudar— dijo James algo frustrado.

Teddy le secó el cabello a su noviecito con su varita, jugando con los rulos chocolate, luego secó su rostro húmedo, además de sus pies y manos.

—No importa, vamos a ducharnos y tomar algo caliente.

James no se mostró del todo contento, mucho menos cuando Teddy lo cubrió con su túnica y quedó con la ropa húmeda adheriéndose a su cuerpo.

—No quiero...— susurró James haciendo un puchero.

—¿Qué?— el peliazul se acercó a su novio y lo tomó de la mano para instarlo a caminar hacia el castillo.—¿Hay algo malo?

—No quiero que...— James mordió su labio indeciso de hablar, no era correcto decirlo.—Ugh, nada, yo y mis cosas.

—Nada de eso, dime qué sucede.

El moreno frunció los labios, señaló el castillo y después a Teddy, haciendo movimientos muy graciosos con sus manos y su novio tuvo que retener la risa si quería saber la verdad.

—Es... yo... estoy, yo estoy celoso. No quiero que te vean así— habló en un murmullo de nuevo, cerrando los ojos y soltando un suspiro.—Pero no puedo sentirme celoso, no quiero hacerte sentir mal porque yo me siento así.

—Jamie, escúchame— Teddy lo hizo mirarlo a los ojos, a pesar de que su novio se sentía mal consigo mismo por sus sentimientos.—Todos en algún momento hemos sido celosos, incluso con nuestras parejas, lo importante es no llegar hasta el punto obsesivo ¿sabes? Por eso es bueno hablarlo.

James apretó sus labios y abrazó a su novio, escondiendo a propósito su rostro en el cuello de este. Teddy lo rodeó sim dudar y dejó un beso en su frente.

—Yo soy tu novio y mejor amigo, te conozco desde que tengo memoria y he tenido celos muchas veces— dijo el peliazul acariciando su cabello.—Pero eso no ha afectado nuestra relación, porque confío en ti.

—Yo también confío en ti, lo prometo— le respondió James.—No creas que no confío en ti.

—Lo sé, lindo.

Edward se separó y le revolvió el cabello, luego tomó su varita y dijo;—Accio túnica de mi novio James.

Observó cómo en unos segundos, la túnica llegaba a sus manos y se cubría con la misma.

—No me cubro porque me haces sentir obligado— dijo Teddy antes de que su novio dijera algo.—Lo hago porque no quiero que te sientas mal o celoso, porque yo soy solo tú novio, él único que quiero que me vea, ¿entiendes?

James asintió mientras que Teddy le tomaba de la mano, le dió un beso en el dorso de esta.

—Gracias.

—¿Por qué?

¿Por qué? James no lo pensó demasiado, no podía expresar todo lo agradecido que estaba con Edward Lupin, por entrar en su vida, por apoyarlo en cada momento jodido, en cada día con sus chistes estúpidos, su linda sonrisa, su lindos ojos, su linda forma de ser que le hacía sentirse especial, aún sabiendo que no lo era.

—Por ser mi novio.

-ˏˋ Tiempo ˎˊ- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora