Papelitos

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James se sentía algo triste y solo, porque Teddy estaba en una práctica de quidditch y los gemelos Lorcan y Lysander probablemente estarían haciéndole bromas a quien vieran caminando por los pasillos.

¿Por qué se sentía triste? Porque escuchó a unos idiotas cuchicheando en los pasillos, haciendo sus ronda de prefecto.

"¿No crees que Teddy debería estar con alguien más? James es un ratón de biblioteca"

"Nadie conoce a James, es un rarito y parece inmaduro"

"No entiendo cómo Teddy puede estar con él, la única razón es que lo conoce desde la infancia"

"¿Piensas que está con él solo por su apellido?"

"Claro, incluso podría decir que Teddy está con él por lástima"

No estaba enojado por lo que dijeron, James sabía que no le caía bien a todos y él sabía que era un ratón de biblioteca, claro que lo sabía, pero no le prestaba atención a nadie. No le interesaba lo que dijeran sobre él.

Lo que le molestó, es que se sintió triste, se sintió afectado, se sintió impotente, degradado y subestimado, todos esos desagradables sentimientos le abrumaron y le dieron un bajón realmente jodido.

Y no hizo nada, solo se dió la vuelta y se fue a su habitación, quería ver una película, estaba reproduciéndose 'Mi Villano Favorito 2' y era una de sus favoritas, pero no estaba de humor para disfrutar la película.

—En realidad, yo soy muy rarito y no me interesa— dijo James, hablando consigo mismo, una costumbre que tiene desde hace tanto tiempo.—No tiene nada de malo que yo sea así, la tía Mione era así y es mucho mejor persona que todos ellos...

En la pantalla, veía a Gru y a Lucy, estaban conociéndose en la tienda de cupcakes para trabajar juntos en la Liga Anti Villanos.

—... pero, ¿yo soy buena persona?

Según las definiciones, ser buena persona es ser comprensiva, ser amable, respetuosa, comprensiva, paciente y flexible con todos.

—Esa simplificación es absurda, yo no soy buena persona en definición, pero me preocupo por mis amigos y familia— trató de defenderse a sí mismo en su propia guerra.—Me gusta el orden, la calma, las caricaturas y las películas animadas, eso no me hace inmaduro.

Abrazó una almohada mientras continuaba mirando la película.

—Agh, a la mierda todo... a Teddy le gusto cómo soy.

Abrió su baúl en busca de algún libro, o de sus audífonos para escuchar música, pero se encontró con una pequeña botella de vidrio y lleno de papelitos de colores. Era el regalo de Teddy en su cumpleaños, estaba intacto, porque le había dicho que no lo abriera a excepción de que se sintiera triste.

¿Esa situación contaba, cierto?

No lo pensó demasiado, sacó el bote y lo abrió, sacando alrededor de cinco papelitos de colores.

—Vamos a ver qué escribió Teddy por aquí... "Espero que pasemos tanto tiempo juntos, hasta que tus hijos y mis hijos se lleven tan bien como nosotros."...— soltó una risa suave.—En aquel entonces no éramos novios, así que no me lo tomaré personal.

Volvió a guardado dentro del frasco, abriendo el otro papelito.

—Aquí dice... "La mayoría de las veces no entiendo nada de lo que dices sobre astronomía y la buena suerte, pero me gusta escucharte hablar con pasión. Sigue hablándome por mucho tiempo y tal vez pueda entenderte algún día."... ¿Así que no entiendes nada? Ugh, eres todo un caso, cariño...

Volvió a abrir otro, estaba sorprendido de que cada uno era más y más largo que el otro.

"Te quiero decir que te admiro, por ser un gran hijo con tu mamá, porque a pesar de que sufriste en tu infancia, siempre te mostraste fuerte y luchador, tan jodidamente intelectual y calculador para todo, pero te gustan los dibujos animados y los peluches, solo quiero que sepas que no necesitas actuar como si tuvieras todo controlado, porque aquí estoy y puedo estar a tu lado."...— James carraspeó un poco y sonrió.—Que cursi eres... voy a leer uno más.

Abrió el último, con un poco más de lentitud y sintiendo la textura del papel en sus dedos.

"Me gusta que seas inocente, muy inocente para muchas cosas y que a pesar de todo, a pesar de no ser familia de sangre, eres muy importante para todos. Todos te amamos, eres el único que sonríe cuando quiere sonreír, no finges ningún sentimiento, eres el único que ha sido capaz de mantener la cabeza en alto y nunca te hemos visto soltar una sola lágrima en todos estos años, te admiramos, te respetamos y te queremos."

James se quedó unos minutos en silencio, releyendo el texto, admirando la escritura pulcra pero algo torcida de su novio. Sus ojos estaban cristalizados, tenía un nudo en la garganta y aún así, se sentía feliz, mucho mejor que en varios días.

—Que... jodida mierda— James frotó sus ojos soltando una risa.—Nunca se los he dicho, pero también los amo... y no los merezco. Tan malditamente cursis, me están haciendo llorar y nunca lloro, solo cuando un perrito se muere en las películas.

Cerró el frasco de vidrio y lo apretó contra su pecho. Ya no seguiría leyendo, ya se sentía... como si un peso se hubiera bajado de sus hombros, como si todas sus preocupaciones e inseguridades fuesen estúpidas.

Pero Teddy era todo lo contrario a él, sabía que decir, conocía cada costumbre que tenía por la mañana, cada inseguridad y aunque no lo dijera, cuando estaba decaído, siempre estaba allí.

Y él también lo conocía, sabe cuál es su posición preferida para dormir, la letra de su canción favorita, la costumbre de pestañar dos veces seguidas cuando estaba enojado, como sus ojos cambiaban de color según sus emociones y que necesitaba un abrazo cuando perdían un partido de quidditch.

Porque, contrario a lo que todos pensaban, él amaba a Teddy.

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