Otros intereses

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A pesar de todo, sus amigos se tomaron la noticia de su noviazgo con demasiada ligereza. Realmente, nada había cambiado.

Incluso, cuando Teddy había llamado a sus padres para decirles, ya lo sabían. Les enviaron felicitaciones y cuando volvieran a casa, tendrían una charla sobre cómo es tener un noviazgo adolescente, (y para que negarlo, Draco quería hacer el papel de papá sobreprotector)

—Pensé que mi mamá reaccionaría diferente.

Teddy estaba sentado a su lado, ambos estaban en la sala común de Gryffindor y leían un libro, en realidad, James leía en voz alta para su novio. Habían un par de chicos más, pero estaban durmiendo uno sobre otro sentados en un sillón.

—¿Por qué? ¿qué te dijo?

—Me dijo que... nos deseaba lo mejor y que me amaba— bajó la mirada mirando sus dedos.—Y me dijo que no me desconcetrara de los estudios, porque a mi edad es normal centrarse en otras cosas. ¿A qué se refiere con eso?

El peliazul sonrió con dulzura y enredó sus dedos en los rulos del moreno.

—¿No sabes, realmente?

—No entiendo, ¿en qué otra cosa me concentraría que no fuera en mis estudios, en mi mamá y en ti?

Teddy estrujó sus mejillas mirando a su novio siendo tan tierno y preguntó de broma.—¿Quieres que te lo muestre?

Una inmensa sorpresa fue ver a James asentir.

—Muéstrame.

El chico se acercó peligrosamente a James, quién se sonrojó un poco ante la repentina cercanía y le miró con sus grandes ojos chocolate.

—Dime los diez hechizos más difíciles de hacer, ¿puedes?

—Claro, el Obliviate debido a que es muy peligroso... ¿qué haces?— preguntó James en un murmuro, cuando su novio posó su mano en su rodilla.

—¿Puedo?

—Mh, sí, claro... también tenemos el Patronus, porque se necesita mucha concentración...

La voz de James se volvía inestable repentinamente, gracias a la mano escurridiza de Teddy, la cual acarició el muslo del moreno lentamente.

—Ehm... el... las tres maldiciones imperdonables, requieren mucha concentración y al ser muy peligrosas, son consideradas difíciles de realiza- ah-.— James cubrió su boca abriendo los ojos y sintiendo sus orejas hirviendo.

Teddy no pudo contener la risita que se le escapó y gracias a eso se ganó un golpe en su hombro.

—¿Quieres que pare?— preguntó el peliazul, con su mano en su muslo interno, acariciando sobre la tela del pantalón.

—¿Qué quieres ganar con esto?

—Estoy mostrándote a que se refería la señora Collette, no quiere que te concentres en... esto— Teddy arañó sus muslos suavemente causándole un escalofrío.—No has nombrado ni la mitad de los hechizos cuando antes podías decirlos en un minuto, no estás concentrado, ¿cierto?

—Estoy concentrado, solo eres una distracción. Me retracto, lo que haces es una distracción.

—Termina de decirme los hechizos y yo termino de distraerte, ¿estás de acuerdo?

—Las maldiciones imperdonables son tres, así que ya dije la mitad.

Teddy besó su mejilla izquierda, levantando su mano y llevándola hacia su nuca, jugando con su cabello mientras dejaba besos suaves sobre su rostro.

—Los hechizos no verbales, también son considerados como unos de los más difíciles porque necesita un control total de la magia- ¡Teddy!

James soltó una carcajada, cuando Teddy respiró en su oído, se estremeció y se alejó instintivamente.

—¡Ey! Déjame seguir, no te muevas.

El peliazul trató de acercarse, pero James negó con la cabeza riéndose.—¡No!

Teddy se lanzó sobre él, sentándose en su regazo y apresando las piernas de James entre las suyas. El moreno lo empujó con sus manos contra su pecho, pero el chico tenía más fuerza, por lo que logró acercarse a su cuello y continuar dando besos.

—¡Edward! Hace cosquillas...

—No hagas tanto ruido, por allá hay una pareja durmiendo tranquilamente— le murmuró el chico, haciendo que el chico desviará la mirada a la pareja silenciosa en el sillón, con ojos cerrados y abrazándose.—¿O quieres que continuemos en la habitación?

—También tenemos la Oclumancia y la Legeremancia, porque son muy difíciles de aprender, de usar y de controlar...

Teddy sonrió levemente, James era muy terco y quería demostrarle que podía cumplir con el reto, pero el también lo era, iba a distraerlo hasta que lo admitiera.

Con el corazón latiéndole fuertemente, se atrevió a abrir la boca y capturar la tierna piel del cuello, tomándolo con un beso hambriento y chupando con suavidad. James se atragantó con sus palabras, aferrando sus manos a los brazos de Teddy y tensándose bajo el.

—¿Qué carajos...?— murmuró James, llevando una mano a su cuello.

—¿Te gusta?— preguntó Teddy un poco estupefacto, más por el hecho de que le gustó que por su acción.

James respiró profundamente tratando de ordenar sus ideas.—No lo sé.

Teddy posó su mano en la base del cuello del chico. James lo miró a los ojos con su lindo color azul y se desvió a sus labios, se estremeció ante la mirada de su novio.

—¿Puedes continuar?— murmuró acercándose un poco.

La mano del peliazul dejó su clavícula para viajar a su cabello rizado y enterrándola en la melena, no queriendo ser muy intrusivo, volvió a besar su manzana de Adán con suavidad. James dejó caer su cabeza en el respaldar del sillón, exponiendo su cuello en un intento de suspirar pesadamente.

La piel era sensible, Teddy lo supo cuando la garganta del moreno vibró bajo sus boca y tuvo que morder su labio inferior para continuar siendo silencioso.

James hizo un movimiento con sus piernas, tratando de separarse y de acercarse al mismo tiempo, y Teddy entendió que ya era mucha experimentación por ese día.

—Creo que es suficiente...— le dijo Teddy separándose y sonriéndole por las manchas levemente rosas en su cuello.

—No luzcas tan orgulloso de ti mismo— le reprochó James con un golpecito en su pecho.

—Como no hacerlo, te ves demasiado bien.

—Ya. Obliviate, Patronus, la tres maldiciones imperdonables, Oclumancia, Legeremancia, Sectumsempra y la poción multijugos son las cosas más difíciles para realizar el mi opinión.

Teddy besó su nariz.—Tan inteligente.

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