Feliz cumpleaños

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—¡Cumpleaños fe-

—No.

—¡...deseamos a-

—Teddy.

—¡...JAAAMES, CUMPLEAÑOS FELIZ! ¡Apaga las velas!

El moreno alzó la mirada de su libro viendo a Teddy, quién tenía un gorro de cumpleaños sobre su cabello de color chicle y un pequeño pastel en sus manos.

—Es un cheesecake, tu favorito.

Ante la mirada de cachorro de su mejor amigo, sonrió ladinamente cerrando su libro y sopló, apagando la llama en la pequeña vela del centro.

—¡Yeiii! no digas tu deseo, así se cumplirá.

—Aún no entiendo la emoción de esto.

—Es tu cumpleaños ¡quince años! Y además, ya muchas personas te han felicitado todo el día ¿por qué a mí me rechazas?

—¿Quién dice que te estoy rechazando? Con las demás personas solo tengo que sonreír y agradecer, pero tú ya sabes que no me gusta celebrar mi cumpleaños. Y aunque lo sabes lo sigues haciendo.

—Porque me gusta celebrar tu cumpleaños.

Teddy le puso un gorro de cartón idéntico al suyo con cuidado de no lastimar sus orejas y se sentó en la cama cruzando las piernas.

—¿Acaso mi nacimiento es tan importante como para celebrarlo cada año?

—Por supuesto.

—¿Celebrar que estoy un año más cerca de la muerte?

—Celebrar que estás un año más con nosotros.

—¿Las personas que fallecieron este año y no pudieron celebrar?

—Nos dan como enseñanza celebrar cada cumpleaños con cariño y no perder el tiempo— habló Teddy cortando el pastel en grandes trozos.

—¿Sabías qué el día de tu cumpleaños es el día más probable de tu muer...— fue callado por una cucharada de pastel.

—Deja de pensar tanto.

Ted le manchó la punta de su nariz con un poco de crema, comió un poco de pastel y alzó la cuchara frente el rostro de James.

—Di ah, cumpleañero.

—... no.

El pelirosa entrecerró los ojos mirándolo amenazante. James arrugó la nariz y abrió la boca recibiendo el pedazo de pastel.

—¿Quién la hizo?

—La abuela Molly, ella es la única capaz de hacerla en una horas y que llegue muy rápido. Vamos a tomarnos una foto, la quiere para el álbum.

—Aún no entiendo porque me trata como a un nieto más.

—Te quiere y ya. ¡Sonríe!

James fue cegado por un brillante flash, parpadeó rápidamente y vió a Teddy sonríendole a su teléfono.

—¡Bórralo!

—No, no, ¡espera!— saltó de la cama protegiendo el teléfono.—Bien, ya lo borré. Listo.

—Bien, bien.

—Abre mi regalo.

James tomó entre sus manos una botella de cristal con pequeños pergaminos enrollados y atados dentro, parecían ser miles.

—Léelos cuando te sientas mal y no pueda ayudarte, si no, no lo leas.

—... mh, gracias.

—Feliz cumpleaños, Jamie.

Horas después, Teddy buscó entre la papelera del celular encontrando con una sonrisa la foto.

James es hermoso.

Me gusta verlo feliz.

Su sonrisa es muy brillante.

James es brillante.

-ˏˋ Tiempo ˎˊ- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora