Atrapados

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—¿Qué piensas hacer el sábado? ¿Quieres ir a Hogsmade?

—Mh, aún no lo sé — respondió James masticando las palomitas de maíz y sin despegar la mirada del televisor.

Teddy estaba acostado en su cama y tenía al moreno entre sus piernas, con su espalda sobre su pecho y el bote de palomitas en sus manos, ambos mirando concentrados el televisor, aunque en realidad el peliazul estaba más interesado en el otro chico y James veía la película de "Bajo la misma estrella".

—Me gusta tu cabello— dijo, enterrando sus dedos en los rizos y tirando, enroscándolos en sus dedos.

—Ajáp.

—Pareciera que ese tal Gus te gusta más que yo.

—Mh, Gus no, el amigo. Bueno, ambos — rió el moreno divertido por el comentario.

El peliazul rodeó su abdomen con sus brazos y lo sostuvo, apoyando su mentón en el hombro de James. Continuaron observando la serie, solo disfrutando de la compañía del otro y la calidez del abrazo.

—James... si yo fuera tu novio, sería un privilegio que me rompieras el corazón.

James se separó de Teddy como un resorte y se volteó para verlo a la cara, luego se empezó a reír mientras le daba leves golpes en la cara con la almohada.

—¿Acaso crees que no leí el libro?— preguntó el moreno.—Apuesto a que no puedes coquetearme diciendo una frase propia.

—¿Y qué si lo hago?— refutó Teddy esquivando los golpes, tomando las muñecas de James y tratando de inmovilizarlo.

El moreno soltó un grito y trato de zafarse del peliazul, zarandeando sus brazos, pero Teddy se acercó peligrosamente a su rostro y estirando sus labios para darle un beso.

—¡No!— James soltó una carcajada y empujó su estómago suavemente con su pie.—¡No puedes!

—¡Si puedo!

James sentía que estaba a punto de perder, así que se soltó abruptamente las manos de Teddy y salió corriendo lejos de él, trastabillando con las mantas y sosteniéndose del mueble más cercano, dejando atrás a el bote de palomitas caer por el suelo y la cama de Teddy.

—¡Mira- escúchame!— el peliazul se arrastró entre las mantas y se cayó de la cama golpeando su trasero contra el suelo.—¡Ouch!

El moreno escuchó el golpe y asomó la cabeza detrás del mueble de el que se escondía.—¿Estás bien?

—No, ayúdame, por favor...

James salió rápidamente de su escondite y se arrodilló frente a su novio.

—¿Dónde te duele? ¿puedes levantarte?

Teddy alzó sus brazos haciendo un puchero y el moreno se inclinó tomándolo de la cadera, anzándolo del piso. Imprevisto, Teddy se dejó caer sobre la cama y llevándose a James consigo.

—¡Idiota! Agh... caí en tu trampa— murmuró el moreno dándose cuenta de su situación.

—James. Jamie— Teddy se separó, apoyándose en el regazo del moreno y cambiando sus ojos a un color chocolate.—Si yo fuera tu novio, nadie te haría ver el mundo como yo lo hago y serías el único ante mis ojos.

James cubrió su rostro con sus manos, sintiendo la piel caliente contra sus palmas.—Eres un desconsiderado por mi corazón.

—¿Viste? Pude decir una frase propia— dijo el peliazul orgulloso y sorprendido de si mismo.—¿Cuál es mi premio, huh?

—Ninguno, ¿sabes por qué?

El moreno se sentó sobre la cama, acomodando a Teddy en su regazo y apoyándose de sus manos para mirarlo, mientras que el peliazul posó sus manos en sus hombros.

—Porque no somos novios.

—Yo... pensé que no te gustaban esos títulos— murmuró Teddy avergonzado.

—Antes no me interesaba, sinceramente, pero contigo sí. Quiero tener el derecho de llamarte mi novio y viceversa.

Incluso, luego de años de conocerlo, James nunca dejaba de sorprenderlo

—Bien, a partir de hoy...— Teddy palpó el teléfono celular de James que se encontraba entre las mantas y encendió la pantalla.—Veintitres de mayo, somos novios oficialmente. ¿Ya puedo besar al novio?

James soltó una carcajada mientras tomaba a su novio de la cintura y estiró sus labios en una clara invitación.

Teddy los capturó con delicadeza, respirando pesadamente y con un hormigueo recorriendo las manos de ambos, el peliazul rompe toda distancia entre sus cuerpos dejándose llevar por las sensaciones. Era la primera vez que estaban tan cerca mientras se besaban, el cabello del otro  cosquilleando en su rostro y el contacto de la piel irradiando calor.

James acarició su espalda sobre la tela del suéter y jadeó cuando la lengua del chico delineó sus labios tímidamente, pidiendo permiso que se le fue otorgado, con las mejillas profusamente sonrojadas hasta ese punto.

—¡Teddy, adivina lo que- oh, por Merlín y Morgana!— se escuchó la escandalosa voz de Rose entrando a la habitación.—¡Salazar bendito!— se dejó escuchar la voz de Victorie y de Hugo.

Ante el susto, James había reaccionado separándose abruptamente del chico encima de él y mandándolo al suelo. Compartió una mirada avergonzado con su novio y sin decir palabra, tomó las mantas y se cubrió con ellas.

—¿Quién les dejó entrar?— se escuchó el reclamo de Teddy, quién tuvo que carraspear para nivelar su voz.

—Te llamamos al celular pero no contestabas, McGonnagal te buscaba pero no te encontrábamos.

—Y con razón, estaban ocupados.

—¿Desde cuándo son novios?— preguntó Rose emocionada.

—¿Cuándo fue su primer beso?

—¿Quién se confesó primero?

—Ya larguénse— le silenció Teddy, levantándose del suelo y guiándolos a la salida.—Hablamos después.

—Pero...

—Nada. Adiós.

El estruendo de cuando cerró la puerta se dejó escuchar, James soltó un gruñido de frustración y vergüenza y Teddy no se quedó atrás.

—No planeo salir de aquí hoy, ¿y tú?

-ˏˋ Tiempo ˎˊ- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora