Abril

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Había iniciado el mes y James lo consideraba el mes de Teddy.

—Ya estás viejo.

—La verdad, sí.

El moreno rodó los ojos sin poder evitar sonreír. Teddy estaba desayunando junto a él en el Gran Comedor, en los diez minutos que llevaban allí, ya el peliazul ha recibido cinco obsequios de algunas chicas de Hufflepuff, Gryffindor y Slytherin, incluso algunas guiños coquetos de Ravenclaw.

—Tengo dieciséis, cumpliré dieciocho en dos años, no quiero ser mayor de edad si soy sincero.

—¿Quién quiere ser mayor de edad?— preguntó James, él no lo ansias realmente, pero de igual manera sucedería.—¿Qué quieres de regalo?

Teddy se rió y lo miró atento, apoyando su mejilla en su mano sobre la mesa.

—Solo tú me preguntas que quiero de cumpleaños, el día de mi cumpleaños.

—Ya tengo un obsequio para tí, pero quiero tener un reemplazo por si no te gusta.

Los ojos grises de Teddy parecieron brillar interesados y enternecidos.

—Quiero el obsequio que tienes para mí.

James hizo un puchero algo tierno, pero complació a cumpleañero, sacando de su bolsillo un par de pulseras con correa de color negra y un dije metálico. Teddy recibió en su mano una y vió más de cerca el dije.

Era tres lados de una estrella, la mitad de una estrella en realidad, y era de color blanco. La observó unos segundos más con admiración, sonrió emocionado y le pidió a James que se la pusiera.

—¿Y cuál es la otra pulsera?

—Es mía...— el moreno levantó su muñeca y le enseñó como era la misma correa negra y la mitad al igual que la suya, pero la media estrella era de color negro.—Es magnética.

James agarró la muñeca de Teddy y la acercó a la suya, rozando sus manos a punto de entrelazar sus dedos y el cumpleañero observó con maravilla como ambas estrellas se unían.

Era una estrella completa de cinco puntas, con mitad negra y mitad blanca. Y Teddy no pudo sentirse más enamorado.

—¿Te gusta?

—Sí.

Me gustas.

—Me encanta. Muchas gracias, Jamie— le dijo tomando la mano de James y mirándolo a los ojos.

El moreno abrió la boca para decirle algo parecido a un 'no seas exagerado' o un 'mereces algo mejor', pero volvió a cerrar la boca. Se quedó sin palabras ante los grandes y brillantes ojos grises de Teddy, que sintió su corazón palpitar mucho más rápido.

—Sí— el moreno soltó su agarre y tomó sus cubiertos para seguir comiendo.—...me alegra que te gustara.

Teddy asintió y su mano viajó inconscientemente hacia su cabello retirando un mechón de su frente, pero se sintió ridículo y bebió de su vaso de jugo de calabaza.

Continuaron con su desayuno, cada quién con una sonrisa que no pudieron ocultar mientras masticaban.

Incluso los otros alumnos del Gran Comedor los observaron muy cariñosos, así que no volvieron a entregarle más obsequios a Teddy porque no querían interrumpir la linda burbuja alrededor de esto.

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Maratón 3/5

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