Mi papá me regañó la gran parte del camino. Según él, tuve la culpa de que mis amigos se fueran sin nosotros, también del estado de Jimin y bueno de haberlo despertado.
Cuando por fin llegamos a la maldita casa, mi papá y yo nos bajamos del auto. Entramos en la casa y él se fue a su habitación, yo debía dormir con los estúpidos de mis "amigos", así que hice algo de tiempo. Me quedé viendo televisión en la sala, con una gaseosa a mi lado y una bolsa de papas fritas que había hurtado de la cocina.
-Pero que estúpido –me quejé cuando el protagonista de la película caía al suelo por tropezar con una rama.
A las seis de la mañana, los ojos ya se me cerraban así que apagué el televisor, ordené lo que había desordenado en la cocina y comencé a subir las escaleras. Sentí me olvidaba de algo, pero no sabía que era. Al llegar a la segunda planta, palmeé mis bolsillos y mi celular estaba allí, eso no era. ¿Entonces? Entré a la habitación y vi a los bastardos durmiendo sin sus novios, algo raro. Me quité la ropa y me acosté en la cama que me pertenecía, observé el techo de la habitación y minutos después cerré mis ojos.
Cuando estaba conciliando el sueño, recordé de qué me olvidaba. De golpe me senté en la cama con los ojos abiertos a tope.
-Mierda ¡Jimin! –casi me ahogué con mi propia saliva.
El chico estaba encerrado en el auto, borracho y durmiendo. Mierda, mierda, corrí escaleras abajo y busqué las llaves de la puerta. Como si alguno de nosotros fuera a escaparse, las llaves no estaban allí. Sabía que cada familia tenía una copia así que debía entrar a la habitación que les pertenecía a mis padres.
En silencio abrí la puerta de la habitación y entré sin zapatillas. Alumbré con la luz de la pantalla de mi celular hasta divisar la mesa de noche, las llaves estaban allí arriba. Me mordí el labio inferior mientras atravesaba la habitación y llegaba hasta las llaves. Las tomé e hicieron ruido así que las cerré en mi mano y se no se movieron más. Salí de la habitación lo más rápido posible y salí de la casa.
-Mierda, la llave del auto –murmuré.
Jimin
Me dolía la cabeza como el maldito infierno. Rodé y caí ¿Dónde estaba?
-Mierda, mierda.
¿En un auto? Estaba atrapado entre los asientos traseros y los delanteros. Maldita sea, me dolía la cabeza y la espalda. Logré salir del hueco y me senté sobre el asiento, mientras me agarraba la cabeza, sentí que me golpeaban la ventanilla y me asusté. Se me revolvió el estómago y me tapé la boca, Jungkook abrió la puerta del auto y respiró agitado.
-Mierda, te deje aquí. Yo sabía que de algo me olvidaba.
-Hijo de puta –casi le grité.
-¿Qué te pasa? ¿Vas a pelearme cuando fui el único que no te abandonó en esa fiesta?
-Pero me dejaste dentro de un auto –escupí enojado.
-Buen punto, no voy a discutirte eso. Pero para la próxima controla lo que tomas, bestia.
Lo fulminé con la mirada y me coloqué una mano en la frente. Maldita sea, me dolía como nunca. Tenía la garganta seca, los labios resecos y los párpados pesados.
-Vamos, baja de aquí. Vas a morirte.
-No me des órdenes.
Bufó y sacó su cabeza de adentro del auto y se apoyó contra la parte trasera de este. Luego de salir del auto, respirar aire fresco, muy profundamente, tuve que inclinarme al sentir toda la comida y el líquido volver hasta mi garganta.
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Unas Locas Vacaciones (Kookmin) [Adaptación]
RomantikJungkook y Jimin nunca se habían querido, ni siquiera un poco. Aunque se conocían desde muy pequeños, no se soportaban más de diez segundos. Claro estaba que iba a llegar un momento en que la gente se iba a poner de mal humor al escucharlos pelear...