Capítulo 28

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Jungkook

—Voy a salir corriendo y tú tomas las cosas.

Alzo una ceja y me río.

— ¿De qué rayos estás hablando?

Recibo un golpe en el hombro seguido de una mirada nerviosa. Ya no queda rastro del risueño Jimin de hace unos segundos atrás.

—Tú buscas la ropa, yo corro.

— ¿Por qué yo?

Se alza de hombros y ladea la cabeza.

—Hazte cargo.

— ¿De qué? —Me río.

Vuelve a alzarse de hombros y quita sus piernas de mi cintura, acto seguido, nada unos metros y se apoya sobre sus pies.

— ¿Por favor?

—Vale y ¿hacia dónde corro?

Cierra los ojos con aire pensativo y luego los abre centellando una idea estupenda, al parecer.

—A la casita del árbol.

Frunzo el ceño mostrándome en desacuerdo, él me anima moviendo una mano y se echa a correr hacia fuera del lago. Me río y corro en busca de nuestras pertenencias mientras ignoro las preguntas y molestias de todos los presentes a la orilla del lago. Me zafo del agarre de mi papá y corro con la mochila celeste de Jimin colgada de un hombro. Empujo la puerta de la casa sin detenerme para cerrarla correctamente y salgo disparado por la puerta trasera.

—Ayúdame con esto —grito.

Jimin se asoma por la ventana de la celeste casita y me saluda con una sonrisa cansada.

—Vamos Jiminie. Tu papá me estaba asesinando con los ojos nada más, imagina cuando me encuentre.

Se ríe y tira la escalera por la puerta de la casita. Le grito que se mueva a un lado cuando arrojo la mochila hacia el hueco de la puerta, luego dos toallas y a continuación mi mochila. Doy media vuelta y corro hacia la casa. Entre resbaladas y caídas, por mis pies mojados, llego al cajón y busco un mantel, lo extiendo en el suelo y a continuación abro la alacena. Comienzo a tirar sobre el mantel todo lo que está a mi alcance y luego lo ato en los extremos. Un bidón de agua y corro nuevamente para salir de la casa.

— ¿Te estás mudando? —Se burla Jimin, cuando llego a las alturas de la casa—. ¿Qué traes?

Me alzo de hombros y cierro la puerta desecha detrás de mí.

—Deja eso, deja eso.

La tomo entre mis brazos, él deja escapar un grito agudo de sorpresa y sus brazos abrazan mis hombros mientras une su boca con la mía. Se ríe divertido por la travesura y me atrae más a él.

Perdido. Perdido como un estúpido enamorado.

(...)

Dos toallas extendidas en un suelo de madera no son lo que recomienda un especialista, para dormir. Pero cuando se tiene una pareja enamorada, con besos y caricias volando por todos lados, se recomienda, sí. Pero con discreción.

Jimin señala el hueco de la ventada y abre la boca con sorpresa.

—Hay una vaca.

— ¿Qué? —Frunzo el entrecejo.

—Mira Jungkook —dice emocionada—. Una vaca con alas.

— ¿Qué te fumaste, nene?

—Está volando.

Me río y beso su pelo.

— ¿De qué hablas?

—Estás enamorado, estás enamorado —canta, en una burla divertida.

Me río y lo hago callar.

—Oh, vamos. Lo dijiste recién, dime que estás enamorado de mí.

—Duérmete.

—No tengo sueño.

—Espera, espera —me río—, ¿las vacas vuelan porque estoy enamorado?

—Oh, sí. Lo has dicho —dice denotando emoción—. Si ¿Qué no las ves?

— ¿Qué es? ¿Te inyectas? ¿Qué inhalas? Ah... ¿fumas? ¿De cuál?

Jimin estalla como una bomba de risa a la vez que apoya su cabeza sobre mí pecho y me besa suavemente. Murmura un "tonto" entre risas y alza la vista para encontrarse con mis ojos.

—Me gusta que seas tan tú.

— ¿Ah sí? ¿Cómo se es "tan tú"?

—Siendo tontito.

—Oye... —murmuro.

Se ríe dulcemente y luego deja escapar un bostezo. Sus párpados se cierran denotando cansancio. Sus brazos me rodean con más fuerza.

—Tengo frío.

Me separo de él para tirar de la correa de la mochila y atraerlo hacia mí. Tiro todo en el suelo de madera y revuelvo hasta encontrar mi remera roja. Jimin me mira atento.

—Es todo lo que tengo.

Su boca forma una "O" y me sonríe. Se sienta y me observa cuando se la tiro en la cabeza.

—Pónmela tú —sonríe meloso.

— ¿Quieres que te la ponga yo?

—Depravado —se ríe— ya perdió la ternura.

—Ya, ya —me río también y me siento a su lado. Me tira la remera en la cabeza y alza sus brazos, le pongo la remera y le planto un beso en los labios —. ¿Mejor?

Ladea la cabeza.

—Solo un poco.

Me encojo de hombros y sonrío.

—Algo es algo.

Se acerca a mí y me besa.

—Ahora tengo hambre.

— ¿Se supone que soy tu mayordomo o tu novio?

—Disculpa, ¿mi qué?.

Unas Locas Vacaciones (Kookmin) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora