Unas Locas Vacaciones (Kookmin) [Adaptación]

Capítulo 7

No tuve tiempo de responder porque me tomó por la barbilla y juntó nuestros labios. Los suyos eran cálidos y apasionados a la hora de besar, introdujo la lengua en mi cavidad bucal y pasé mis brazos por sus hombros hasta anudarlos en su nuca. Se acercó más a mí, si bien no era una buena posición para besarse, nada nos impedía que el beso fuera genial. Me retiró el pelo de la cara y se alejó solo un poco para que ambos tomáramos aire. Aún con los ojos cerrados quise apartarme de su agarre pero no me lo permitió y atrapó mi boca con la suya.

-Ya, para –murmuré entre besos.

-¿Qué hay de malo? –Murmuró de igual manera-. Es solo un beso.

¡Y qué gran beso!

Cuando por fin me dejó separarme un poco de él, bajé la mirada al agua. No podía siquiera verlo a los ojos, el me odiaba, de seguro iba a decir por ahí que me había besado, que yo había sido vulnerable, lo había dejado y cosas por el estilo. Desvié la mirada a las montañas, pero estaba al tanto de que Jungkook me estaba mirando, me tomó la mano.

-¿Qué pasa?

Una electricidad recorrió todo mi cuerpo. ¿Por qué había besado a Jungkook? Maldita sea, que idiota soy.

-Nada, tengo frío –dije sin dedicarle mi mirada.

Sin soltarme la mano, se puso de pie y tiró de mí. Me puse de pie como él, quise soltarle la mano para salir de allí pero me atrajo hacia él.

-¿Qué pasa?

-Dije que tengo frío –no lo miré.

-¿Te traigo una toalla?

-No, voy a ir a la casa y me doy una ducha.

Esta vez sí dejó que le soltara la mano. Levanté las cosas que había tirado al suelo, sujeté la reposera doblada bajo mi brazo y comencé a caminar hasta la casa.

-Deja te ayudo con esto –me quitó la reposera.

No le dije nada, solo lo dejé que se la llevara. Se quedó a mi lado mientras caminábamos hasta la casa. Me ponía nervioso, no sabía cómo iba a hacer el resto de las vacaciones.

Jungkook

La había cagado. ¿Por qué lo había besado? Lo que más me molestaba en ese preciso momento era pensar que ahora las cosas cambiarían. Sabía que después de eso ni siquiera nos hablaríamos, no nos pelearíamos ni nada, simplemente íbamos a ignorarnos.

No había estado en mis planes besarlo, quería fastidiarlo bromeando con eso, pero luego un impulso me llevó a hacerlo.

Ya estábamos en la casa. Jimin había corrido escaleras arriba apenas dejó todo tirado en la puerta de la cocina. Supuse que huía de mí y estaba completamente en lo correcto.

-¿Qué sucede? –preguntó la mamá de Tae revolviéndome el cabello.

-Nada –murmuré.

-Te veo pensativo –se alejó de mí y abrió la alacena.

-Soy un poco torpe y toda la cosa pero pienso, lo juro Jun.

Ella se rio y luego revoleó los ojos.

-¿Peleaste con Jimin?

-Nada de eso –agité la mano en el aire- ni me hagas pensar en él.

Provoqué su risa nuevamente. Sonreí levemente y amagué a retirarme.

-Voy a darme una ducha.

-Claro, ve.

Subí las escaleras y corrí a mi habitación. Todos metidos allí adentro, como era ya costumbre.