Capítulo 47

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Jimin

Un hermoso sol de verano se alza sobre Corea, la suave brisa mese a los árboles llenos de hojas danzarinas mientras los pájaros cantan alegres volando de rama en rama. Jungkook lleva veinte minutos atrasado y comienza a ponerme nervioso, sinceramente tengo ganas de meterme solo a la heladería y pedir un helado antes de que llegue mi novio. Una fina capa de sudor perla mi frente haciendo que me queje constantemente y me muevo hacia la sombra. Busco a Jungkook con la mirada, pero no lo encuentro, así que directamente me meto al local con aire acondicionado. Mis ojos dan una vuelta completa en sus órbitas cuando me relajo notablemente al cambio de temperatura dentro del lugar. Maldito Jungkook.

— ¡Jimin! —Una voz chillona me toma por sorpresa—. ¿Qué haces aquí?

— ¡Yoongi! —Abro los brazos en su encuentro—. Esperando a Jungkook ¿tú?

Su cabeza se ladea señalándome a su novio allí sentado, Tae me saluda. Agito una mano en el aire para saludarlo, el chico me sonríe, se ve abatido.

—Así que te dejó plantado.

—No lo creo, solo está tardando. ¿Han llegado hace mucho?

—Hace más de una hora que estamos aquí —dice vigilando a su novio—. ¿Se ve muy mal?

—Un tanto, ¿qué le ocurre?

Se alza de hombros y me sonríe tiernamente. Comprendo al instante.

— ¿Le has dicho ya?

—Sí, hace un rato. ¿Crees que va a enojarse? Cuando le dije se quedó estático y luego comenzó a bombardearme con preguntas, pero nada más.

—Entonces no va a enojarse Yoon—digo rodando los ojos.

Yoongi acomoda su cabello y me sonríe cuando vuelve su mirada a la mía.

—Mira, no te dejó plantado.

Mis ojos vuelan rápidamente a la puerta de entrada y me encuentro con Jungkook paseando su mirada por sobre todos los clientes.

—Ya nos vamos, déjale un beso a Jungkook. —Me abraza cortamente y besa mi mejilla—. Te quiero.

—Yo a ti.

Yoongi se da media vuelta y le habla a su novio en la mesa que han ocupado recientemente. Giro para buscar a mi novio y me lo topo casi por llevármelo puesto. Me sonríe.

—Maldito impuntual. —Frunzo el ceño—. Ahora tendrás que pagar mi helado también.

—Pensaba hacerlo, tonto.

Ruedo los ojos. Me toma de la cintura y busca su boca con la mía para juntarlas en un suave y tierno beso. Se ríe cuando se aleja.

—Tuve que entrar al lugar porque moría de calor.

—Bueno, deja de pasarme factura. —Ríe—. ¿Pedimos?

—Tengo una mejor idea.

—Dime.

—Tú pides por ambos y yo te espero en una mesa de afuera.

Rueda sus ojos y bufa.

—Solo porque te he hecho esperar.

—Genial. —Me pongo en puntas de pie para poder darle un beso en los labios antes de dar media vuelta y salir por la puerta de cristal.

Tomo asiento en una mesa vacía de las afueras del local, acerco la silla a la mesa y apoyo ambos codos sobre el cristal para luego reposar mi barbilla sobre la palma de mi mano. Suspiro y me dedico a observar el ir y venir de la gente en la plaza del frente. Mis ojos se pasean de un lado al otro persiguiendo a unos niños que juegan corriendo y saltando por todo el lugar. Me río al ver como un niño juega amistosamente con su mascota y se ríe cuando el perro le lame la mejilla con fraternidad, sonrío tiernamente al darme cuenta de lo hermosa que es la escena. Y un enorme helado de vainilla y chocolate se cruza por mi vista. Otra sonrisa perla mis labios, pero ya no es de ternura.

—Gracias —digo tomando mi helado.

—No hay de qué. —Se sienta en la silla frente mío y tira la pequeña cuchara de plástico sobre la mesa para lamer el helado—. Elegí bien, ¿verdad?

Le paso la lengua a mi helado favorito y asiento lentamente. Jungkook me sonríe.

— ¿Qué has hecho hoy?

—Nada productivo, ¿tú?

—Nada. —Alza sus hombros—. Oye, ¿cuál es el misterio de Yoongi? Esta mañana hablé con Nam y está peor de intrigado que yo, Tae no nos ha dicho nada y ustedes dos se niegan a hablar. ¿Jin sabe?

—No lo sé. —Me encojo de hombros—. Pero él va a contarte cuando lo crea necesario.

Sus ojos dan una vuelta completa y bufa, toma de su helado y lo saborea. Ríe.

—Quizá está embarazado —dice en broma.

Frunzo mis labios y aparto la mirada.

— ¿Jiminie? —Me llama. Alzo la barbilla cuando lo observo—. ¿Dije algo malo?

Niego deliberadamente con la cabeza y luego lamo de mi helado cuando veo que comienza a derretirse.

— ¿Por qué esa cara?

—Por nada. —Frunzo el ceño y río—. Dices cada estupidez.

—Dime que no he dado en el clavo, por favor.

Ruedo los ojos y me río nervioso.

—No. Yoongi no está embarazado, deja de decir estupideces.

—Jiminie...

—No.

—Jiminie...

—Shh, callate Jungkook.

—Jimin...

—No.

—Yoongi...

—No.

—Está...

—No.

—Embarazado...

— ¡NO, CÁLLATE, CÁLLATE, CÁLLATE!

— ¡YOONGI ESTA EMBARAZADO!

—Mierda, cierra la maldita boca o te meto ese helado por donde no te da el sol.

Los labios de Jungkook se pegan como si estuvieran completamente sellados y luego relaja los hombros. Oh, carajo, qué malo soy para guardar secretos.

Unas Locas Vacaciones (Kookmin) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora