Capítulo 35

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Jungkook

Los rayos de sol se cuelan entre las cortina procediendo a molestarme en mi hermoso y profundo sueño. Jimin permanece sobre mi pecho de espaldas al sol, pero la claridad inunda toda la habitación por completo. Mis piernas están completamente enredadas con las de Jimin y me cuesta trabajo liberar uno de mis brazos de debajo del cuerpo de mi novio para poder cubrirme el rostro en busca de oscuridad para mis ojos cargados de sueño.

—Quédate quieto —murmura él.

Vuelvo a cerrar los ojos y doy vuelta el rostro.

—Deja que me mueva Jiminie.

—No.

Se remueve entre las sábanas y se pega aún más a mí, como si fuera posible.

—El sol me da de frente, nene.

No dice nada, ni siquiera se mueve.

—Jimin —digo en tono de advertencia.

Al no obtener respuesta alguna de mi chico, doy vuelta mi cuerpo moviéndolo a él bruscamente sobre el colchón y rápidamente le doy la espalda. Lo siento bufar exageradamente y luego me pega en la espalda para que me mueva. Le hago un lugar más espacioso en la cama y él me rodea con los brazos desde atrás.

—Ni los buenos días me diste —susurra.

Tomo su mano que reposa en mi vientre y entrelazo nuestros dedos.

—Es que tú me peleas —digo pareciendo un niño.

Una risita se escapa de sus labios, besa mi hombro fugazmente y me vuelve a cubrir con las mantas.

—Todo sexy y desnudo en mi cama. —Besa mi hombro de nuevo—. Y todo mío.

Me río roncamente y con mi dedo pulgar le hago cariños en círculos en la suave piel de su mano.

—Buenos días, mi amor.

—Podría acostumbrarme a esto, ten cuidado Jungkookie.

—Yo también podría. —Me río—. Y no estaría nada mal.

—Claro que no, pero no me malcríes.

Cuando bajamos a desayunar, en la cocina no hay absolutamente nadie. Jimin me ordena que tome asiento para él poder hacer el desayuno para ambos. Hace pan tostado, jugo de naranja y pone los frascos de mermelada sobre la barra del desayuno. Se sienta a mi lado y deja uno de los vasos frente a mí.

—Todo un cocinero. —Le sonrío.

Él deja escapar una tierna risita y apoya la cabeza sobre mi hombro.

—Me parece tan raro estar así contigo —expresa de manera sorpresiva.

Paso mi mano por la suave piel de su brazo que descansa sobre la barra y asiento lentamente.

—Pero es lindo ¿verdad?

—Claro que sí. Solo algo raro.

Se incorpora en su banqueta y me regala una tierna sonrisa.

— ¿Vamos a decirle a los chicos?

— ¿Es lo que tú quieres?

Se muerde el labio inferior mientras agarra uno de los panes y abre la mermelada de frutilla.

—No lo sé ¿tú?

—Jiminie por mí está bien. —Me encojo de hombros—. Pero quizá tú no quieras que ellos sepan y...

—Yo quiero publicarlo hasta en Twitter. —Sin mirarme, alza las cejas y se ríe—. Quiero que sepan que estoy contigo, que te amo, que eres mi hermoso novio.

Niego lentamente con la cabeza y me río.

—Yo quiero que sepan que eres solo mío.

— ¿Y qué me amas?

—Y que te amo —le digo.

Me sonríe y acerca la tostada a mi boca.

—Abre.

—No seas empalagoso, Jimin. —Frunzo la nariz.

Intento toma la tostada que él sostiene frente a mí boca, pero solo consigo que la aleje.

— ¿No te gusta lo "cursi"? —Hace comillas con sus dedos.

—Oh, vamos —Ladeo la cabeza— no te enojes.

Se encoge de hombros y le pega un mordisco a la tostada.

— ¿Te enojaste? —Intento buscar su mirada, pero su rostro da media vuelta hasta que solo le veo la nuca—. Jimin, no seas infantil —murmuro. No me presta siquiera atención y toma un sorbo de su jugo recién preparado. —Jimin —lo llamo— no seas tonto. —Tampoco recibo respuesta alguna. Bufo—. ¿Amor? ¿Puedes no enojarte?

Siento una risa proveniente de las escaleras y me pego en la frente con la palma de la mano. Namjoon y Tae van bajando las escaleras. Les hago una seña para que no hablen, para que se queden callados, apoyando mi dedo índice sobre mis labios. Ellos se ríen de mí sin importar, se burlan de mi apodo cariñoso.

—Jimin, no te enojes.

—Buenos días, chicos —dice Tae y nos da la espalda.

Sus hombros se mueven mientras se ríe dándome la espalda, Namjoon lo empuja hacia el costado.

—Jimin vamos —murmuro— dejaré que me des de comer. —Ruedo los ojos.

Él se vuelve hacia mí y una sonrisa se extiende en su hermoso rostro a la vez que sus hermosos ojos se iluminan.

— ¿Si?

Alzo la vista al techo y asiento. Tae y Namjoon nos observan mientras esperan que el café esté listo. Jimin le echa mantequilla a una de las tostadas tibias y luego arriba le unta mermelada de frutilla. Me sonríe emocionado y acerca la tostada a mi boca. Tae y Namjoon contienen la risa haciendo ruidos estúpidos.

—Vamos, come —dice mi novio.

Acerco la boca a la tostada y le pego un mordiscón. Jimin me sonríe mostrando todos sus dientes y vuelve a acercarme la tostada.

— ¿Puedo yo solo? —Digo con la boca llena.

Las risas de los chicos retumban en la cocina. Genial. Con esto tienen para molestarme de por vida.

Unas Locas Vacaciones (Kookmin) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora