Jimin
Aunque la brisa de verano por la tarde es cálida, de noche se vuelve fría. Cuando recorre mi cuerpo envolviéndome en un escalofrío que entra por mis shorts y sube rodeando todo mi cuerpo hasta mi nuca.
Jungkook arruga la nariz y se mueve para quedar él pegado al árbol y yo delante de él. Sus brazos siguen envolviendo mi cuerpo mientras su boca se mueve pasional sobre la mía. Mis piernas están heladas, de mi cintura para arriba el calor de Jungkook me protege.— ¿Tienes frío? —Susurra.
Con los ojos cerrados me atrae hacia sí haciéndome recostar la cabeza contra su pecho. Envuelvo mis brazos en torno a su cintura y me acurruco entre los suyos. Baja la cabeza y me besa la coronilla.
Mi novio, solo mío. Qué bien suena.
—Mucho.
Nos quedamos un rato así pegados, hasta que Jungkook decide que para que no me muera de hipotermia deberíamos ir adentro.
— ¿Quieres que llame a Tae y vayamos con ellos? —Me pregunta entrelazando nuestros dedos.
Niego lentamente con la cabeza y frunzo el ceño. Observo nuestros dedos perfectamente entrelazados y me muerdo el labio inferior.
—Quiero estar solo contigo.
Una sonrisa florece en sus labios e inmediatamente se inclina para darme un cálido beso en los labios.
—Mejor entonces.
Le regalo una sonrisa sincera y él me a devuelve. Comenzamos a caminar de vuelta a la casa, primero saltando de una piedra a la otra para alejarnos del lago y luego nos movemos colina arriba sin hablar, sin decir nada, completamente sumidos en un cómodo silencio.
Cuando llegamos a la puerta principal de la casa, Jungkook titubea antes de golpear, por el simple hecho de que estamos tomados de las manos y no tenemos llave. Debemos golpear para pedir que alguien nos abra. Así que eso hace, golpea. Y la puerta se abre pero no quedamos frente a nadie, frunzo el ceño y dos risitas nos asaltan.
—Yuri y Hwan—susurra Jungkook con diversión en la voz.
Los niños nos miran desde el costado de la puerta, riéndose de nosotros y creyéndose espías de lujo. Jungkook tira de mi mano para hacerme entrar en la casa y cierra la puerta antes de asomarse al comedor y correr escaleras arriba conmigo a rastras. Me río y lo sigo a lo que dan mis pies.
— ¿La tuya o la mía?
— ¡La mía!
Jungkook me hace dar una vuelta y cuando llego hasta el punto de partida, me encaja un suave beso en los labios. Luego me toma de la cintura y entramos a mi habitación.
(...)
— ¿En serio Jungkookie? —Frunzo el ceño.
Él se ríe roncamente y me aprieta más contra su cuerpo.
—En serio.
— ¿Y por qué no me dijiste?
—No podía.
Mi habitación está sumida en plena oscuridad dándonos un entorno más íntimo. Jungkook sostiene mi cuerpo desnudo entre sus brazos y pasa una de sus manos por mi brazo, de arriba hacia abajo dando calor a mi piel desnuda.
— ¿Por qué no?
—Porque no sabía cómo hacerlo Jiminie.
— ¿Y qué tiene que ver? Yo te he sido sincero desde siempre.
—Pero es distinto.
—Ni tanto.
Jungkook se remueve en la cama y me mueve consigo porque estamos como atados. Cierro los ojos y aspiro su aroma. Levanta la manta para cubrir mis hombros y parte de su pecho.
—Vamos a dormir.
—Yo quería hablar contigo.
— ¿No te parece que ya hemos dicho mucho?
Tuerzo el gesto y alzo el rostro para verlo a los ojos. Sonríe en la oscuridad.
—No te arrepientes de estar conmigo ¿verdad?
Veo sus oscuras cejas fruncirse en la oscuridad de la noche.
—Claro que no.
Le sonrío aliviado.
— ¿Tú?
Niego con la cabeza como intentando quitar la idea de mi mente y a la vez le respondo a su pregunta. Me sonríe y besa la punta de mi nariz.
—Tengo sueño —murmuro.
—Yo igual.
—Tú me agotas.
Aparto mis ojos de los suyos porque he dicho una picardía para mi gusto y no quiero que Jungkook note la vergüenza creciendo en mí.
Se ríe divertido.
—Tú a mí —dice. Se queda callado por unos segundos y luego añade-: Soñaré contigo.
Sonrío en la oscuridad y lo aprieto entre mis brazos. Beso su pecho y me acurruco entre sus musculosos brazos. Huele de maravilla.
—Haré lo mismo.
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Unas Locas Vacaciones (Kookmin) [Adaptación]
Lãng mạnJungkook y Jimin nunca se habían querido, ni siquiera un poco. Aunque se conocían desde muy pequeños, no se soportaban más de diez segundos. Claro estaba que iba a llegar un momento en que la gente se iba a poner de mal humor al escucharlos pelear...