Habíamos estado casi media hora buscando a los chicos y habíamos intentado todo. Desde llamarlos, que obviamente no iban a escuchar en ese bullicio, hasta preguntarle a la gente si los había visto. Así que tuve una nueva idea, iríamos a donde Tae había estacionado el auto y los esperaríamos allí.
-Vamos, camina.
-No, no, ya me canse –quiso soltarse de mi agarre.
-Un poco más y llegamos al auto.
Ni siquiera estábamos a diez metros del club.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo.
Seguimos caminando, pero en el lugar que antes estaba el auto del papá de Tae había una camioneta verde aceituna.
-¿Dónde estamos?
-En la calle Jimin -respondí de mal modo.
Le solté la mano para despeinarme el cabello con desesperación.
-Mierda, mierda, mierda.
Él bajó la mirada y amagó a sentarse en la vereda.
-No, no, quédate parado.
-Pero tengo sueño.
-¡Qué te quedes parado dije!
-Bueno –murmuró haciendo puchero.
¿Dónde se podrían haber metido? Juro por mi vida que si esos cuatro no aparecían en una hora, iba a matarlos y definitivamente no iba a perdonarlos nunca en mi maldita vida.
-¿Qué vamos a hacer? –preguntó el maldito borracho.
-No lo sé Jimin.
-Ah, bueno –dijo por lo bajo.
Volví a tomarle la mano y lo jalé para que caminara.
-Vamos a ver si no me equivoco de cuadra, muévete.
Él me siguió. Una, dos, tres, cuatro cuadras y el auto de Tae no estaba en ningún lado, iba a matarlos, literalmente. Estaba con Jimin borracho, en medio de la calle, casi sin dinero.
-¿Qué tienes en ese bolso?
-Condones.
-¿Qué? –alcé una ceja.
-Es un chiste, tontito –comenzó a reír como un loco.
-¿Quieres dármelo?
-Es mío.
-Pero solo préstamelo ¿sí?
-Un momentito, nada más.
Asentí. Él se quitó el bolso del hombro y me lo entregó, lo abrí y comencé a revisar. Un bolígrafo, su celular, su billetera.
-No me robes –me la quitó de la mano.
-No te robo –hice el intento de quitársela-. Los chicos se fueron, necesitamos pagar un taxi ¿puedes prestarme dinero?
-Ah –me sonrió-. Lo hubieras dicho antes.
Volvió a darme su cartera, saqué el poco dinero que llevaba.
-Pero luego me lo devuelves.
-Bueno, bueno –le dije-. Debemos buscar un taxi.
-No, no me gustan.
-Jimin, tenemos que irnos a casa.
-No, no me gustan.
-Jimin, te repito, tenemos que irnos a casa. ¿No que querías dormir?
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Unas Locas Vacaciones (Kookmin) [Adaptación]
RomanceJungkook y Jimin nunca se habían querido, ni siquiera un poco. Aunque se conocían desde muy pequeños, no se soportaban más de diez segundos. Claro estaba que iba a llegar un momento en que la gente se iba a poner de mal humor al escucharlos pelear...