Capítulo 5

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Habíamos estado casi media hora buscando a los chicos y habíamos intentado todo. Desde llamarlos, que obviamente no iban a escuchar en ese bullicio, hasta preguntarle a la gente si los había visto. Así que tuve una nueva idea, iríamos a donde Tae había estacionado el auto y los esperaríamos allí.

-Vamos, camina.

-No, no, ya me canse –quiso soltarse de mi agarre.

-Un poco más y llegamos al auto.

Ni siquiera estábamos a diez metros del club.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.

Seguimos caminando, pero en el lugar que antes estaba el auto del papá de Tae había una camioneta verde aceituna.

-¿Dónde estamos?

-En la calle Jimin -respondí de mal modo.

Le solté la mano para despeinarme el cabello con desesperación.

-Mierda, mierda, mierda.

Él bajó la mirada y amagó a sentarse en la vereda.

-No, no, quédate parado.

-Pero tengo sueño.

-¡Qué te quedes parado dije!

-Bueno –murmuró haciendo puchero.

¿Dónde se podrían haber metido? Juro por mi vida que si esos cuatro no aparecían en una hora, iba a matarlos y definitivamente no iba a perdonarlos nunca en mi maldita vida.

-¿Qué vamos a hacer? –preguntó el maldito borracho.

-No lo sé Jimin.

-Ah, bueno –dijo por lo bajo.

Volví a tomarle la mano y lo jalé para que caminara.

-Vamos a ver si no me equivoco de cuadra, muévete.

Él me siguió. Una, dos, tres, cuatro cuadras y el auto de Tae no estaba en ningún lado, iba a matarlos, literalmente. Estaba con Jimin borracho, en medio de la calle, casi sin dinero.

-¿Qué tienes en ese bolso?

-Condones.

-¿Qué? –alcé una ceja.

-Es un chiste, tontito –comenzó a reír como un loco.

-¿Quieres dármelo?

-Es mío.

-Pero solo préstamelo ¿sí?

-Un momentito, nada más.

Asentí. Él se quitó el bolso del hombro y me lo entregó, lo abrí y comencé a revisar. Un bolígrafo, su celular, su billetera.

-No me robes –me la quitó de la mano.

-No te robo –hice el intento de quitársela-. Los chicos se fueron, necesitamos pagar un taxi ¿puedes prestarme dinero?

-Ah –me sonrió-. Lo hubieras dicho antes.

Volvió a darme su cartera, saqué el poco dinero que llevaba.

-Pero luego me lo devuelves.

-Bueno, bueno –le dije-. Debemos buscar un taxi.

-No, no me gustan.

-Jimin, tenemos que irnos a casa.

-No, no me gustan.

-Jimin, te repito, tenemos que irnos a casa. ¿No que querías dormir?

Unas Locas Vacaciones (Kookmin) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora