Capítulo 41

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Jungkook

El club nocturno está lleno de gente. La música está a todo lo que da y los jóvenes, la mayoría, están todos afectados por el alcohol. Mi novio se prende a mi mano como si su vida dependiera de ello y pega su mejilla a mi brazo. Nos movemos dentro del lugar abriéndonos paso entre la gente. No es el mismo lugar a donde vamos siempre, esta vez es otro y no tengo idea de dónde está la barra o dónde se encuentran los baños. Tae y Yoongi se negaron a venir con nosotros, mejor así. Yoongi estaba endemoniadamente pesado con todos nosotros y comenzaba a cansarnos, así que es un "respiro de Yoongi" por lo menos por una noche.

— ¡Ay! —Grita Jimin en mi oído.

Frunzo el ceño y me muerdo el labio inferior para no estamparle un puñetazo en la cara por haberme dejado casi sordo.

—Me tocaron, Jungkook, me tocaron el trasero —dice gritando como un loco desquiciado. Sus ojos analizan todo el lugar—. Jungkook —alarga como si fuera a llorar.

—Malditos putos desvergonzados —gruño.

Jimin me rodea y se coloca delante de mí pegando su trasero a mi parte delantera. Mis ojos se abren en advertencia, nada bueno puede salir de esto. Lo tomo por la cintura para despegarlo un poco, pero él toma mis manos y choca su cuerpo contra el mío.

—Calmado Jeon.

Namjoon se ríe de mí cuando cierro los ojos y largo un bufido. Jin observa hacia un lado y hacia otro.

—Esto está lleno de gente, qué mierda —se queja—. ¿Y si mejor nos vamos a tomar algo por allí? Tengo ganas de estar en un lugar más tranquilo.

—Jin, no pagué dos entradas para que ahora tú quieras irte.

Mi novio no presta atención a la conversación, solo pasea sus ojos por todo el lugar para asegurarse de que en esa posición está protegido.

—Cierto, tú ni siquiera pagaste —se queja Namjoon—. Jungkook, abre los ojos, parece como si estuvieras teniendo un orgasmo.

—No todavía.

La mano de Jimin vuela hasta mi mejilla y luego se da media vuelta y se abraza a mi cuerpo, sus manos bajan hasta la parte baja de mi espalda y me atrae hacia sí. Namjoon se ríe. Aprieto aún más mis ojos cerrados.

— ¿Quieres dejar de hacer eso?

Mi chico toma mis manos y las baja hasta su trasero.

—Si tú me estás tocando nadie más va a hacerlo.

—Deja de ser tan paranoico, nadie va a tocarte —digo bufando.

Como si no fuera demasiado, un tipo vomita casi sobre los zapatos de Jin y eso nos obliga a caminar hasta el fin de la barra. No hay casi nadie allí, Jimin se sienta en una banqueta blanca de cuero.

—Me quiero ir.

—Yo igual —dice Jimin con el ceño fruncido.

Los ojos de Namjoon ruedan por toda su órbita.

—No vamos a irnos, Jungkook y yo pagamos para entrar, ahora vamos a bailar.

Namjoon toma la mano de Jin y lo hace bajarse de la banqueta para llevárselo casi a rastras hasta la pista de baile llena de adolescentes agitando sus cuerpos al ritmo de la música. Pronto pierdo de vista a mis dos amigos y no sé si eso es bueno o malo.

— ¿Jungkook?

Vuelvo mi vista hacia Jimin y me lo encuentro sonriendo de lado.

— ¿Me compras un trago?

Sin decir nada saco la billetera del bolsillo y se la doy a él.

—Jeon —dice como una advertencia.

— ¿Qué?

—Pídelo tú.

— ¿Qué vas a querer?

¿Puede que el mejor amigo de mi novio le contagie lo ser tan molesto?

Cuando el tipo se mueve de la banqueta que está al lado de Jimin, me siento y le tomo la mano que tenía sobre su regazo. Me sonríe tiernamente y busca el sorbete con sus labios para tomar de allí.

— ¿Estás enojado? —Pregunta alzando las cejas. Niego con la cabeza—. No parece como si tuvieras muchas ganas de estar aquí.

—No las tengo, cariño. —Alzo ambas cejas.

Él se ríe y apoya su cabeza sobre mi hombro. Todo rastro de molestia se aleja de mí y me provoca un sentimiento de culpabilidad que se instala sobre mi estómago. He estado toda la noche renegando de mi novio en mi mente cuando lo único que debería haber estado haciendo es hacerlo sonreír y decirle lo mucho que lo quiero.

— ¿Quieres bailar Jimin?

Se acomoda en la silla y saca su cabeza de mi hombro. Su mirada pronto se dirige a la multitud de gente que baila alocadamente, por un momento niega con la cabeza, pero luego dice que sí y se pone de pie. Me toma la mano y de un tirón hace que deje mi baqueta tambaleándose en el lugar, pega su cuerpo al mío cuando nos internamos en la muchedumbre y aprieta mi mano con más fuerza. Buscamos un lugar donde no vayan a aplastarnos, por la paranoia de mi novio, y nos instalamos casi al costado de la pista de baile. Jimin no suelta mi mano en lo que resta de la noche. Trago tras trago, no puedo narrar lo sucedido después.

Jimin

Mi cabeza da vueltas como una calesita sin fin, un zumbido molesto retumba en mis oídos haciendo que parezca que mi cerebro late con fuerza. Un celular suena a lo lejos haciendo que mis ojos se aprieten aún más e intente taparme los oídos, pero mis manos están bajo el peso de algo más. Mi boca seca me pide agua a gritos mientras mi lengua parece tener grietas por todas partes. Un gruñido a mi lado hace que me queje cuando comienzo a dejar de sentir los dedos de las manos.

— ¿Jungkook?

—Mierda Jimin, abre los ojos.

El peso pronto se quita de sobre mis manos y es cuando me doy cuenta de que era Jungkook. Por lo menos estoy con mi novio, pero no creo que esté en mejor estado que yo. Por lo que recuerdo, él comenzó a tomar mucho antes de que yo quisiera ir a por mi segundo trago.

— ¡Jimin, carajo estamos en el auto!

Unas Locas Vacaciones (Kookmin) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora