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Lo menciono en el capítulo, pero para que no se hagan lío lo digo aquí también:

Red Quarries: Equipo de Alexander(2), Francis(1), Jackson(3) y Cleland (4)

Classic RCOAusiàs: Equipo de Laurens (3), Mozart(1) Marion(4) y Gadsen (2)

—Jack, me dijiste que te despertase a las cinco— asegura Eleanor sentándose en la cama de su hijo. Aún está oscuro y a la mujer le da lástima, se ve tan cómodo ahí arropado entre bellas mantas. —Querías ensayar un rato y arreglarte para ir al partido— el joven abre lentamente los ojos y mira a su madre. —Recuerda prepararte las cosas de ballet, que no pasamos por casa después. Trae también el par "viejo" de zapatillas por si acaso.

—Ayñ...— Gruñe un poco mientras se levanta sin rechistar.

—Luego si no vengo a levantarte te enfadas— bromea su madre.

—Solo quiero que, si no me ha sonado el despertador al menos me lo digas— murmura John abriendo el armario para buscar una camiseta. —No quiero que digas que estoy muy tierno dormido y que me has de dejar dormir.

—Bueno, ten suerte en tu ensayo. Seguro que todo te sale muy bien para esta tarde— afirma la mujer dejando a su hijo solo para que se cambie y se arregle. —Iré de vuelta a dormir.

John aprovecha para quedarse a ensayar en su enorme habitación, allí no molestará a nadie seguramente. Además, tiene de todo en su habitación. No le falta nada.

Y así es como aprovecha ensayar dos horas y media para, a las siete y media preparar todo lo de polo y llegar allí a las ocho. Cómo tenía planeado, llega de lujo. —¡JOHN!— Se escucha la voz de William que se acerca.

—Dios, William, ¡Cuánto tiempo!— Asegura John abrazando a su amigo.

—Veo que ahora también eres el 3— dice William mirando la camiseta de su amigo rubio.

—Sí, cuando te fuiste me pusieron en tu papel, pero no soy tan bueno— explica el rubio asegurándose que su coleta sigue totalmente bien atada.

—Si vuelven a haber horarios en el equipo que me vengan bien te juro que regreso, echo de menos el equipo.

No le venía nada bien aquellos días para entrenar ni la ubicación de la sede del equipo, así que, como no estaba dispuesto a dejar el deporte tan solo se hizo un cambio de equipo a pesar del dolorcito punzante en su corazón por abandonar el equipo y se unió al Red Quarries.

—Al menos tendré un rival digno— ríe William dándole un beso en la cabeza al rubio. —Deberías ir a dejar la mochila o te partirás la espalda.

—Oh, hazme caso que no me la partiré— bromea yendo a dejar las cosas en los vestuarios que comparten ambos equipos. —Ahora nos vemos— le dice al de ojos verdes y cabello oscuro. —Hola, Alex— saluda cuando entra y ve al pelirrojo bebiendo algo de agua.

—Hola, John— responde tímidamente mientras se levanta del banco frente a las taquillas para no sentirse tan bajo, aunque sigue siéndolo.

—¿Todo bien?— Pregunta sin mirarle mientras abre una taquilla. Seguramente se hubiese ahorrado los nervios de Hamilton si tan solo hubiese preguntado: "¿Qué tal?"

Hamilton se quita la chaqueta, ya que, el uniforme lo lleva bajo. —Sí... Por aquí, ¿tú?

—Ocupado. Lo de siempre— asegura metiendo todo, no sin antes sacar las rodilleras, coderas, fusta, guantes y el casco.

Se sienta al lado de donde estaba Alexander para ponerse las botas y rodilleras, al parecer él ha llegado de los últimos, por no decir el último. —Apostemos cuantas veces acaba hoy alguien en el suelo— bromea John y el pelirrojo no sabe que contestar, aunque lo hace para no quedar mal.

El número tres | LamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora