Apenas tardaron tres días en darle el alta en su hospital de confianza. Por fin está en casa con su familia. No le han diagnosticado nada más, a penas le han hecho pruebas y aunque no puede decir que físicamente se siente mejor por fin está en casa.
—Me alegra verte, John— asegura Martha Washington que está de visita. —El golpe me dolió hasta a mí.
—Yo creo que deberían haberle dado algo para la espalda— asegura Eleanor. —Tiene muchos dolores.
—Me cuesta un poco dormir— asegura Laurens y la mujer asiente. —Aunque no es nada nuevo...
***
—Alex, ¿por qué no nos habías dicho nada de la ruptura con John?— Pregunta su madre y Hamilton levanta los hombros.
—Sé que os cae bien y le tenéis mucho aprecio, pero después de las peleas... Ahora estamos trabajando en ello.
—¿Y como va?— Pregunta Washington.
—Bien.
***
—Ya he llamado al hospital— dice Henry entrando a la habitación. —Me han dicho que nada, que no vayamos porque va de vuelta a casa. Ya se le pasará. Eso dicen— asegura el hombre y Eleanor resopla. No hay nada peor que una madre enfadada.
—Tengo a Jack una semana con fiebre y dolor y les da igual...— dice la mujer enfadada. —Lo pienso en cambiar de hospital, te lo prometo. Deberíamos pedir en el otro hospital que lo revisen— asegura Eleanor. —No puedo tenerlo con tanta fiebre.
***
—Jack y yo estamos mejor— asegura Hamilton viendo a su madre. —Lo hemos estado arreglando. No puedo ir a verle porque se encuentra bastante mal, pero le estoy llamando todos los días para intentar animarle un rato.
—Me alegra que esté todo mejor. Su madre también me ha llamado antes para hablar un rato. Me han contado que según lo que han dicho tiene para un mes, y que ni siquiera le revisan ni le renuevan el medicamento, pero bueno. No sé. Al menos le animas un poco— asegura la mujer y Alexander asiente.
—Y en cuanto a esos amigos... Los dejas ya— dice su padre y Hamilton asiente. —Estás muy bien juntandote con John. Él es buena influencia y es un chico guapo. Mira todo lo que ha pasado.
—¿Por qué le tenéis tanto amor?— Pregunta Hamilton con curiosidad. Gabriel es un buen chico también, incluso William, Francis... Pero a ellos no le toman de las mejillas cada vez que los ven.
—Es que lo conocemos desde que es pequeño. Como a sus hermanos. Y Eleanor y yo somos amigas de toda la vida— asegura Martha y Hamilton asiente. —Y es verdad que John es el niño más bueno de la casa, porque Harry...
—Sí, es muy agradecido y formal— asegura Washington. —Ahora que estás aquí y tienes una nueva oportunidad podrías tomar un buen camino en tus amistades. Dime con quién te juntas y te diré quién eres.
—Bueno... Tenéis razón. Me porté bastante mal con John, pero también todo fue muy rápido ¿no?— pregunta Hamilton y la mujer niega.
—Es delicado. ¿No ves que nunca ha estudiado fuera de casa? Tú deberías entenderlo más que nadie. Siempre ha tenido el círculo cerrado y con gente que siempre está ahí. No está listo para asumir que alguien le puede fallar. Tú has vivido cosas dirás Alex, pero John no había salido de casa en su vida más que para unos ensayos y esas cosas.
—No creo que John sea un delicado— asegura Hamilton. —Siempre está metido en peleas.
—¿Como que metido en peleas?— Dice Martha horrorizada. —¿Él?

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El número tres | Lams
FanfictionUn joven se enamora de un polista católico apasionado por la danza, finamente ambos deciden seguir el destino hasta ver que sucede. Esta es la segunda edición de mi libro (la única que se puede leer actualmente). Cuenta con unas 78.000 palabras.