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Son pocas las veces que John abre su Instagram para ver solicitudes de mensajes. Es extraño que él use mucho el teléfono, siempre entrena o estudia.

De vez en cuando encuentra mensajes raros, pero solo son bromas de algunos que, normalmente, son seguidores.

👤User_.8758

Cuidado

Deja a Alex N paz

Es mío

K no sabes q le vas a hacer sentir una mierda a t lado

*

Tal vez ignoraria el mensaje, ya sabe que es alto, pero no entiende por qué sabe algo de Alexander. Le contestaría, pero ni tan sólo ese usuario lo merece.

—¡Chúpate cuatro y cambio a rojo!— Grita Martha tirando la carta del uno a William y empujándolo un poco.

—Chúpate dos y uno— dice el pelinegro y Laurens suspira.

—Vosotros sois malos conmigo, eh— dice tomando del mazo seis cartas por novena vez ya. —Os gusta, eh.

—Bueno, aquí hay que ganar, Jack— asegura Martha tirando otro chúpate cuatro y William toma las cuatro cartas. —¿Qué os contáis?

—Bueno, al parecer se han enterado de lo de Alexander— murmura el rubio, ahora castaño, tomando un par de cartas. —Porque yo no he dicho nada a nadie. Así lo pidió. ¿Sabéis algo?

Ante la pregunta, tan solo los dos jóvenes se quedan en silencio pero Jackson agacha la cabeza. —Bueno, Martha, ¿cómo va con Gabriel?— Pregunta el de cabellos negros desviando el tema.

—Muy bien, hemos quedado bastante. Esta tarde volveremos a quedar seguramente.

***

—Alexamder, te esperábamos hace media hora— dice Madison molesto y Seabury asiente.

—Perdón— dice dejando el casco— me quedé a arreglar un par de cosas con mi caballo.

—Bueno, tío, mientras tú caballo no sea John me sirve— dice Jefferson viendo al joven que se sienta en el suelo. —Se va a enterar ese cuando le vea, le pienso torcer la cara.

***

—Muchacho, no te preocupes, aún quedan dos horas para salir al escenario— asegura John mientras sostiene a Hamilton en sus piernas y le deja un beso en los labios. —¿Hay algo que te preocupa?— Pregunta de nuevo viendo que lleva todo el fin de semana algo disperso. —Puedes contarme lo que sea.

—Todo bien, Jackie— asegura acorrucando su cuerpo a su alrededor. —¿Qué tal te ha ido esta mañana?

—Bien, he jugado con Martha y Will un rato y después entrenamos. También he hecho los deberes y he ido al entrenamiento de polo, me duché y he ido a la parroquia un momento— murmura apoyando su frente en la cabeza de Alexander.

—Pobrecito, pobre de mi Jack, estará cansadito— murmura tomando su rostro entre sus manos delicadamente haciendo que este deje de apoyarse y le da un pequeño beso. —Para ti.

—No estoy tan cansado, solo he hecho muchas cosas para que aún sean las ocho de la tarde.

Alguien llama a la puerta y John se levanta para abrir, dejando a Alexander sentado en un lado. Puede que sea alguien de maquillaje, pero en este caso es alguien que no esperaban.

—¡Hola, Gabri!— Saluda Alexander.

—Oh... Perdón, me dijo Therese que si Martha no está en su camerino tenía que estar aquí— murmura el joven. —Ella me ha invitado y no la encuentro.

El número tres | LamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora