Capítulo 5: los frutos de mi búsqueda

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Durante su viaje, Izuku se encontró a una comunidad de personas que pensaban de manera similar a él. Todos ellos buscaban algo más en la vida. Entre todos, descubrieron un monasterio comunal en el Himalaya, erguido hace siglos por personas con pensamiento similar, y allí vivieron durante años para encontrar aquello que buscaban. Gran parte de aquellas personas eran quirkless o con quirks débiles, y si bien Izuku tenía un quirk muy fuerte, le aceptaron en el grupo por su condición. Izuku meditó durante días y noches al aire libre, y allí llegó a comprender lo que habitaba dentro de él: su espíritu. Comprendió que el alma estaba ligada al cuerpo, y el cuerpo estaba ligado a la mente. Con entrenamiento físico, mental y meditación, alcanzó un estado de conexión completa entre mente, cuerpo y alma. 

Cuando su entrenamiento logró sus frutos, se dio cuenta de que había perdido la vista, el oído, el olfato y el gusto. Pero no se dio cuenta hasta que cerró los ojos y comprobó que aún podía "ver". Aún podía "oír". Notaba el aroma de la esencia de todo lo que le rodeaba. Y cuanto más meditaba, más extendía su alma hasta poder sentir la esencia de todo lo que le rodeaba en un cierto radio, que se podía extender con la concentración y la meditación, y aún más con su quirk. Aprendió a nutrir su alma con la esencia del sol, y mediante su conexión mente-cuerpo-alma, también aprendió a nutrir su cuerpo y mente sin necesidad de alimentos orgánicos. Vivía de la luz del sol, como un vegetal (irónico, dado que él en cierta parte era uno, y no pudo evitar reírse de ese pensamiento).

También fortaleció su cuerpo, siguiendo el entrenamiento shaolín que uno de los otros miembros fundadores del monasterio seguía para alcanzar lo que buscaba en su propia vida. Cabe resaltar que todo lo que las personas buscaban y encontraban en el monasterio lo escribían en libros que conformaban una gran biblioteca separada del monasterio, en el caso de que pueda ayudar a otras personas que pasen por el monasterio en su búsqueda personal. Y si no ayudaba, por lo menos obtenía algo de conocimiento nuevo. Izuku leyó todos los libros, y además de obtener nuevos conocimientos que practicó en su tiempo libre, se dio cuenta de que no había nadie más aparte de él en todo el monasterio. Todos encontraron lo que buscaban, y los que no lo hicieron se pusieron a viajar por el mundo en su búsqueda. A él no le importó mucho, pero de todas formas se tomó una semana entera para escribir tres libros que relataban su vida, lo que buscaba en su vida y su progreso en su búsqueda, por respeto a todos aquellos que estuvieron antes, y todos aquellos que vendrían después.

Todo esto fue en el transcurso de tres años y 6 meses. Ahora vestía unos pantalones amarillos, junto con una bufanda granate y una capa verde a cuadros. En este tiempo, estuvo en contacto con su madre y con los Bakugo, utilizando una técnica de su quirk perfeccionado con el uso de su espíritu, la cual manipulaba la memoria genética de palomas mensajeras del monasterio para que supieran automáticamente cómo ir a su casa y a la de los Bakugo. Aprendió a leer libros y cartas escritas, gracias a poder ver los movimientos que el alma en el brazo hizo al escribir la carta, y así podía hasta saber qué sentían cuando lo escribían. Se enteró que Kaccan había entrado a la UA, que su clase había sido atacada por un grupo de villanos, y mientras este despotricaba en la carta sobre lo bueno que es y que no tuvo miedo de ningún tipo durante el ataque, Izuku pudo deducir que no era verdad, debido a que en la parte en la que decía eso notó que mientras lo escribía recordó alguna experiencia del ataque que hizo que su mano temblara un poco en la escritura, además de que la esencia que dejó en esa parte de la carta no coincidía con lo que ponía. Y no se equivocaba. Bakugo había recordado la inmensa velocidad de aquel monstruo hecho para matar a All Might, el cual lo hubiera matado de no ser por este mismo. Izuku fue capaz de ver ese recuerdo debido a la relación entre mente-cuerpo-alma, con la cual pudo leer la esencia de la carta de Bakugo, y pudo visualizar los recuerdos que pasaron por la mente de Kacchan mientras escribía esa carta. Pasó lo mismo con su madre y su tía, pero con su madre notó que no estaba tan bien como lo decían las cartas.

Izuku: del Conocimiento al EntendimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora