Capítulo 8
Circo de payasos sexys
(editado)Alma
El cielo lloraba. El sol se escondía detrás de las grises y apagadas nubes. Un chico con un suéter negro corría en medio de esa lluvia. Yo lo seguía y lo llamaba como si ya lo conociera. Él me tomó de la mano y en ese instante, sentí la familiaridad de su toque. A pesar de eso, no podía ver su rostro porque la capucha de la sudadera le cubría el rostro.Me dejé guiar por él y a pesar de que la lluvia era espesa y fuerte, yo me sentía protegida de cualquier cosa al estar a su lado.
─ Espera ─me dijo una voz en mi cabeza. Yo quise detenerme pero su fuerte y protectora mano me atrajo hacia adelante.
─ Alma, es solo un sueño. Despierta ─me rogó una suave voz femenina, otra vez en mi mente. Sí. Yo ya sabía que todo esto era un sueño pero estar al lado de él, todo lo hacía sentir real.Su toque.
Su aura protectora.
Su seguridad.
─ Alma, regresa ─me pidió otra voz. Esta vez era masculina y aun mas familiar.
─ Yo no quiero regresar ─respondí. De pronto, él se detuvo y yo con él. Un trueno se escuchó a lo lejos. No no era un trueno. Era algo peor que un trueno.Un disparo.
Sangre.
Lágrimas.
Gritos.
Silencio.
Mis ojos lloraban con los cielos, y ahora supe por qué lloraban. Ellos sabían que hoy lo iba a perder a él. Vi cómo su camisa blanca debajo de su suéter negro se llenaba de color carmesí. Vi como caía al suelo lentamente hasta derrumbarse. Cerró sus ojos pero en ningún momento quiso soltar mi mano. Yo caí al suelo con él y lo abracé mientras lloraba y gemía de dolor. Sentía el vacío en mi pecho y a pesar de que mi corazón era negro, ahora era aún más negro y oscuro. La poca vida que tenía, mi protector, ahora muerto, se la llevó con él. Vi que Marcus se apareció ante mí.
─ ¿Vienes a traerlo? ─le pregunté decepcionada. Él negó con la cabeza.
─ Él no está en mi lista. No aún. Vengo por ti. Este es un sueño, Alma. Ven conmigo. Tienes que despertar. Un ángel caído no puede soñar. Es peligroso. Vamos ─me rogó. Yo negué otra vez y quise girarme de nuevo para abrazarlo, pero él ya no estaba. El cielo ya no lloraba. Ni siquiera había un cielo. No había luz y todo se había ido. Solo había una pequeña vela que Marcus tenía en su mano, esa pequeña luz me permitía ver el rostro de Marcus. Miedo y confusión entró en mí. Sentimientos muy humanos para mi gusto.
─ Vamos, Alma. Esto se puede poner peor ─me dijo. Yo, sin pensarlo dos veces, corrí hacia él... pero yo nunca llegué a él... sólo sentí que fui jalada hacia la oscuridad de nuevo.Desperté de un solo golpe y pude observar que había regresado a la realidad. Mi corazón palpitaba a mil por hora, el sudor corría por mi cara y mi respiración era entrecortada. ¿Cómo mierda pasó todo esto? ¿Cómo fue que yo soñé? ¡Nunca en mi jodida existencia me había pasado semejante cosa! Como ser espiritual, yo no necesitaba dormir, pero como estaba en un cuerpo humano, yo tenía que reposar, ¡pero nunca soñar! ¡Y menos sueños tan feos! ¡Eso fue de lo más real que nunca antes había sentido en mi vida! ¿Y quién era él? ¿Cómo fue que seguía a un extraño y tonto humano? ¿Y por qué me dolió tanto su pérdida? Era por eso mismo que los ángeles no teníamos permitido soñar: teníamos sentimientos muy humanos que no nos era permitido tener. Y si nos descubrían, podíamos llegar a ser sancionados, o mucho peor, ser condenados a torturas por muchas décadas.
Todavía seguía aturdida cuando me fijé que no estaba en mi habitación. ¿En dónde diablos estaba? ¿Cómo llegué aquí? ¿Cuándo fue la última vez que yo estuve despierta?
Vi el reloj y eran las 12 horas.
¿Las doce horas de qué? ¿Mañana o noche? No podía deducirlo. Las ventanas estaban cerradas y las cortinas también. De pronto, vi que la puerta de la habitación se abrió. Pegué un salto e iba a prepararme para pegarle a la persona que entrara por allí, pero me detuve en el acto al ver a Marcus cruzar la puerta.
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Ángel de las almas -Trilogía Almas L1 -2da edición (en proceso)
Fantasy¿Alguna vez has visto una chica tan hermosa y perfecta que hace babear a todo chico que se atraviesa? Parecería un milagro poder tenerla y acostarse con ella... Hasta que te das cuenta de su verdadero ser. Grave error de mi parte. Derechos Reserva...