Capítulo 26 El Sacrificio(editado)

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Hola a todos ^^ aquí tienen otro capítulo más para gozo suyo y tristeza mía... Seré honesta: no quiero que la historia termine u.u pero a la vez sí quiero. Es tan contradictorio pero emocionante a la vez... sólo faltan cuatro capítulos O: más el prólogo y un capítulo extra, que pondré al final. Espero que estén tan emocionados como yo lo estoy. Ahora, sin más qué decir, les dejo este capítulo un tanto tedioso pero muy importante. Contiene información que le dará la introducción para terminar el primer libro. ¡Disfrútenlo! ^^
Pd: Gloria en multimedia :3

Capítulo 26 El Sacrificio
Narrador

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¡Imposible! ─exclamó Alma al ver que dos ángeles guardianes le detenían el paso para poder salir de la casa. Otros dos más estaban al lado de Alex, y de igual manera, junto a Kriss ─quién todavía seguía dormida y no se había dado cuenta de la situación─. Estaban cuidando de ellos por medidas extras para que ni huyeran de allí ni nadie los lastimara.
- Nada es imposible, Alma ─le respondió Cainán─. Ahora, siéntate y descansa. Tú no estás apta para la batalla.
- ¿Y eso qué importa ahorita? ─refunfuñó molesta─. ¿Debo quedarme aquí tranquila mientras los demás se sacrifican por mí? Eso, eso es ridículo ─chilló con decepción. Las esquinas de sus ojos amenazaban con dos lágrimas a punto de ser derramadas por las acaloradas mejillas de la joven. No quería llorar. Quería ser fuerte. Quería salir a luchar con ellos y defender a su chico también, pero sabía que no estaba calificada para ello. ¡Y qué decir de sus poderes! ¡Alas! Se sentía tan inútil en esos momentos que no le quedó otra alternativa más que ver por la ventana de su cuarto todo aquel desastre. Allí vió cómo sus hermanos lucharon con todo el corazón durante toda la batalla.
- Después de todo, Masha sí era mala ─llegó diciendo su novio tras ponerse al lado de ella.

- ¡Ja! ¿Y todavía lo dudas? ¡Esa mujer engañó a medio mundo, incluyéndome. Pero merece el mérito, ¿cómo no iba a engañarnos si ella es la reina del infierno?
- ¿La reina del infierno? ─preguntó asustado.
- Pero eso no importa ahorita. Sólo espero que Jezzy pueda acabar con ella. Puede que Lilith sea la reina de la astucia y del engaño, como lo es su marido, pero ella no tiene mucha experiencia en las batallas como Jezzy. Estoy segura de ello. Quién me preocupa es Marcus ─susurró con aprensión en su corazón.
- Luke no sólo es bueno en la cama entonces eh ─ironizó con desazón.
- Odio decirlo, pero tienes razón. ¿Y sabes qué es lo peor? Ellos fueron compañeros de batalla durante mucho tiempo. Ambos se saben sus trucos viejos desde hace mucho. No sé cómo rayos va a hacer mi pobre Marcus. ¡Es tan frustrante no poder hacer nada! ¡Vamos, Cainán! Somos amigos. Hazme el favor y déjame ir, ¿sí?
- De ninguna manera, Alma. Tendrás que esperar hasta que todo termine.
- ¡Ahhhhh! ¡Eres tan insoportable! ¡Te odio! ─chirrió.
- Di lo que quieras, Alma. No voy a cambiar de idea ─finalizó con seriedad.
- Están perdiendo la batalla ─gimió con zozobra─. Míralos, ya vienen para acá.
- Entonces, sólo si logran entrar aquí, puedes pelear conmigo. Somos seis ángeles, un rango menos que el grupo de Azariel, pero estamos igual de preparados para pelear. No te preocupes. Tienes que protegerlo desde aquí dentro.
- Tienes razón. Si entran, entonces podré despedazarlos a todos ─gruñó con desespero.
- ¡Ally, mira! ¡Otros dos ángeles han bajado del cielo!
- ¿Qué? ─inquirió confusa. Miró de nuevo hacia la ventana, y allí pudo observar a su hermano junto a Gloria, su reemplazo.
- ¿Qué hace ese idiota aquí, Cainán? ─demandó con furia─. ¡Dímelo! ¿Qué hace él aquí? ¿Por qué rayos viene él a defenderme? ¿¡POR QUÉ!?
- Porque te ama, Alma. Ese día te dijo todo aquello porque fue una orden del Creador. Tenías que volver a enfocarte en tu salvación, no en la de nadie más. Era necesario.
- ¿Era necesario hacerme llorar? ─volvió a decir con las lágrimas picando sus ojos.
- Sí, lo era ─afirmó él─. ¿No fue en ese momento cuándo decidiste cambiar? ¿no fue allí cuando dejaste de pensar en él y...?
- ¡Cállate! ¡No digas nada más! ─exigió resentida. Dejó su lugar al lado de la ventana, y decidió acostarse en la cama para llorar en silencio por unos minutos.
- Alma ─musitó su novio un poco confuso de no entender quién era aquel ángel que la hacía llorar.
- Déjala ─le pidió el ángel junto a él. Él asintió un poco escéptico de hacerle caso al ángel o no.
- ¡Hermano! ─profirió aterrorizada su hermana, entrando a la habitación con pasos presurosos y envolviéndose en los brazos de Alex. Ignoró el hecho de que había otros seres dentro de la habitación, aunque podía verlos claramente; y ese era su principal problema: ahora podía ver lo que eran.
- Kriss, ¿has despertado? ─indagó preocupado.
- He despertado hace poco y me he... no lo vas a creer pero, pero, veo, puedo ver ángeles por todos lados ─aseguró un poco alarmada─. Créeme. No estoy loca.
- Te creo, Kriss. No te preocupes. Yo también los puedo ver ─la tranquilizó.
- ¿De verdad? ¿Tú también los ves? ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Cómo es esto posible? ─le interrogó con afán.
- Primero tranquilízate, Kriss. Es una larga historia de contar. Ahora mismo hay otro problema más grande, y todo por culpa de nosotros: somos humanos diferentes al resto del mundo, y por eso los demonios nos quieren matar. Pero no te preocupes, los ángeles están aquí para protegernos... ¡Y no pongas esa cara tan triste, hermana! ¡Mira por la ventana, mejor! Tu querido ángel está peleando por ti también.
- ¿Qué? ¿Cuál ángel...? ¡Kennedy! ─chilló espantada cuando supo a quién se refería su hermano. Corrió hacia la ventana y allí observó lo más horrible que sus humanos ojos hayan podido ver. ¡Su corazón se detuvo al ver a su novio peleando! ¡Y justo en esos momentos el demonio de la lujuria le arrancaba, al pobre Marcus, el ala derecha!
- ¡Noooo! ¡Ken! ─gritó ella afligida.
- Cálmate, hermana.
- ¿¡Qué pasó con Ken!? ─demandó Alma asustada, llegando al lado de los humanos. El horror llegó al corazón de ambas jóvenes, pero eso no las aterrorizó tanto como cuando vieron a la otra pareja de ángeles siendo atravesados por la lanza.
- ¡Jesucristo santo! ─lloró Kriss con tanto dolor.
- Eso no es bueno ─murmuró el joven humano al ver aquella caída.
- ¡Tengo que ir a ayudar, Cainán! ─suplicó Ally, arrodillándose a los pies del ángel. El ángel quería decir que sí, pero las órdenes del Creador fueron específicas; de modo que, no le quedó otra elección más que negar con la cabeza y llamar a sus otros cinco compañeros para que los resguardaran mejor que antes.
- ¡La chica se levantó y siguió peleando! ¡Sólo por nosotros! ─aclamó Alex sorprendido.
- No creo que sólo sea por nosotros, hermano. Allí hay algo más que eso ─observó la humana.
- Oh, no ¡su ala! ─chilló Ally.
- No va a durar mucho ─murmulló la otra.
- Ally, creo que yo puedo salvarla ─comentó su novio pensativo.
- ¿Qué? ¿Cómo es eso posible?
- ¿Te acuerdas de que hoy mismo alivié tu dolor mientras padecías el cambio? Creo que tengo el don de la sanidad también ─le aseguró.
- ¿Tengo ese don yo también? ─preguntó la otra chica.
- Ambos tienen los dones compartidos ─habló Cainán desde la puerta.
- ¿No sería mejor si juntamos nuestros dones?, ¿no sería más efectivo?
- No pueden salir, ¿lo recuerdan? ─reiteró el ángel bloqueando la puerta.
- ¡Chicos, miren al cielo! ─alardeó Kriss. Todos observaron cómo el cielo se llenaba de ángeles y acababan con los demonios de una vez por todas.
Cinco minutos después, todo aquello había terminado. La batalla había sido ganada, pero Kaleesha había caído al final.

Ángel de las almas -Trilogía Almas L1 -2da edición (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora