Capítulo 24 Ya no más (Editado)

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Hola :3 por aquí les dejo este vídeo con una canción que uno de nuestros protagonistas canta. Tiene la traducción al español y es muy bonita. No la escuchen hasta que lleguen a esa parte.
Pd: es un capítulo muy largo. Disfrútenlo... mientras puedan. 3:)

Capítulo 24
Ya no más

Narrador

Era una noche clara y despejada en las playas de Miami. El sonido suave y juguetón de las aguas del mar apenas se escuchaban en aquella bonita casa, que pocas horas atrás, había sido testigo de aquel desahogo que la recién pareja de enamorados tuvo sobre su pasado. Ahora, esa misma casa, la habitaban otras tres personas más. En total eran cinco personas: tres no eran humanos, y dos sí lo eran. Los primeros tres eran ángeles caídos encargados de recoger almas que estaban destinadas al infierno, y los otros dos eran hermanos de sangre, que de una forma u otra, estaban atados a un futuro no tan bonito con aquellas entidades del infierno.
Se hallaban discutiendo, con tono fogoso, sobre la caótica situación de los hermanos humanos que se enamoraron de los ángeles caídos Haldana y Kennedy. No se explicaban aquello y les parecía muy injusto. El hermano mayor de los Darken, quién se creía con la mayor autoridad sobre todos los demás, decía que le parecía injusto que un idiota humano le viniera a prohibir una relación con su hermana, cuando él podría hacer lo que se le daba la gana con quién él quisiera. Alex, por quinta vez en la noche, se abalanzó sobre el chico y empezó a golpearlo con enojo y resentimiento. Las otras dos ángeles los separaron y los alejaron lo más que pudieron para que no se volvieran a golpear. Heather, la única Darken que en cierta forma estaba libre de esa situación, era la medidora de todos.
- Dejen de pelear, idiotas ─exclamó molesta─. Las cosas no se solucionan así. Haldy no tiene muchas fuerzas ya para volver a separarlos. Si vuelven a darse una paliza, la que los matará seré yo.
- Es que sólo mira la forma en que me habla el idiota ─refunfuñó su hermano.
- Basta los dos ─intervino la hermana del chico humano─. No entiendo cuál es lo caótico aquí. Si tú, Alex, puedes salir con su hermana, ¿por qué no yo con Ken?
- Es que tú no lo entiendes, hermana─contestó ofuscado─. Te estoy salvando de un destino trágico. Él es malo. Él te hará daño.
- ¿Y tú no eres igual, estúpido niño mujeriego, que se acuesta con una diferente cada noche?
- Eso era antes de conocerla a ella─le respondió ofendido porque su hermana se pusiera en su contra.
- ¡Es igual con Ken! Yo sé cuando alguien tan patán como tú se enamora de verdad. Tú eres mi hermano menor y por lo tanto, no eres quién para decirme con quién salgo o no ─expresó con ira y autoridad, sin saber lo que decía, debido a que ella ignoraba gran parte de aquella pelea. Ella no sabía que estaba metida en un gran lío espiritual, que podría causarle su muerte al quedarse con aquel chico a quien ella amaba con ceguera e ignorancia. Ella sólo seguía lo que su necio corazón le dictaba que hiciera. En cambio, su hermano y su novio sí sabían de aquello, pero no se atrevían a mencionar nada de ello por temor a que algo peor pasara.
- Alex, necesito hablar contigo un momento a solas ─le pidió su sobrenatural novia.
- ¿Qué? ─preguntó confuso.
- Vamos, cariño. Dejemos esto así por hoy. ¿No sabes lo cansada y adolorida que estoy? Son las 11 de la noche, por todos los cielos. Creo que todos necesitamos esa tregua.
- Pero mi hermana...
- Cariño, mírame ─le dijo ella mientras tomaba el rostro de él en sus manos. Él hizo lo que ella le pidió, para luego tomar su delgada cintura entre sus brazos.
- Dime, nena.
- Déjalos ser felices, por favor. Al menos sólo por hoy. Te lo suplico ─le rogó muy despacio y con sus ojos vidriosos.
- Bebé, si me lo pides así, es muy difícil decirte que no.
- Anda, dime que sí y yo cumpliré cualquier deseo que tú me pidas ─le dijo mientras hacía un puchero. Alex no pudo evitar sonreír ante aquel capricho de su chica, de modo que no le dejó otro remedio más que asentir.
- Vale, tú ganas, pero sólo será por esta noche, ¿de acuerdo?
- Sí, estoy de acuerdo ─exclamó muy feliz.
- Pero tienes que cumplir con todo lo que yo diga ¿vale?
- Vale. ¡Chicos! ─dijo dirigiéndose a los demás.
- ¿Qué pasa par de enamorados? ─inquirió Heather.
- Alex ha decidido que va a aceptar una tregua por esta noche.
- ¿De verdad? ─demandó la hermana del chico.
- Sí. Necesito reposo y él lo entiende. Heather, Ken, no se preocupen por mí por hoy. Él va a cuidar de mí ¿vale?
- Sí, hermana, ve a dormir ─contestó la chica. El otro sólo se limitó a asentir y dejar que ellos se fueran. Quería disfrutar esa noche y las que pudiera para estar a solas con su chica.
- Vaya, sí que está muy enamorado ─comentó Kriss con tono alegre.
- Lo está ─afirmó Heather, sabiendo que su alma estaba rodeada de cariño y afecto. No lo dudaba ni un poco. Él la quería de verdad.
- Bueno, ya que tu hermano nos ha dado un poco de espacio privado ─empezó a decir Ken─. tú y yo deberíamos de ir a la cama también, nena.
- ¿A dormir? Pero si yo no tengo sueño ─protestó ella.
- ¿Y quién dijo que vamos a dormir? ─preguntó coqueto. Heather hizo señas de querer vomitar y salió de aquella casa para pasar la noche fuera. Por nada del mundo se quedaría a escuchar gemidos por todos lados. No cuando no tenía alguien con quién compartir una noche. Inmediatamente se acordó de aquel chico con quién solía hacerlo casi todas las noches.
Luke.
Tenía que admitir que lo extrañaba. Amaba tenerlo entre sus piernas y que hiciera una y mil cosas con ella que cualquier ser humano no podría lograr hacerlo. Era tan caliente y sensual que ella siempre caía en sus redes. Pero ahora que sabía que era un idiota y traidor, no podía estar dándose el lujo de pensar en él. De modo que se fue a un bar para coquetear con un desconocido y tener una aventura un tanto aburrida.

Ángel de las almas -Trilogía Almas L1 -2da edición (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora