Capítulo 14 Aleteo de luciérnagas (editado)

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Capítulo 14
Aleteo de luciérnagas (editado)

¡Holaaaaa! Solo les quiero decir que... ya somos 4k leídos ❤w❤ gracias por leer :*

Alma

¿Alguna vez han sentido como si les clavaran una estaca por la espalda? Bueno, yo sentí eso en el momento que recibí ese mensaje de parte de la administración celestial. Sólo que esta vez era dos veces el doble de dolor. ¿Se preguntaran por qué? El hecho de que no me hayan dicho el nombre, no era de mucha importancia cuando yo sabía quién era esa persona especial. Estaba cien por ciento segura de ello. Pero el solo hecho de saber quién era esa persona lo complicaba todo al triple simple y sencillamente porque esa persona era un idiota arrogante como el otro que me condenó hace miles de años. Sin mencionar el hecho de que yo era su misión imposible en la que él tenía que cumplir sin importar qué. Eso incluye la seducción y el engaño para llevarme a la cama. Yo lo sabía. Lo malo era que yo no podía controlar mis sentimientos cuando estaba a su alrededor.
Era un jodido maestro. No sabía cómo había podido llegar a creer en sus palabras si ya sabía como eran los imbéciles como él. Te decían que estaban enamorados como locos y la que terminaba enamorada y destrozada era uno de mujer. Lo sabía muy bien porque un idiota como él fue lo que me hizo desobedecer y al mismo tiempo me llevó a la condenación. Fui ciega y tonta. Todo por haberme enamorado de un idiota. Pues bien, esta vez no iba a ser fácil.
Sí.
Lo sabía.
Se estarían preguntando ¿cómo diantres pensaba Alma salvarse si decía que él era su salvación? Nada lógico ¿verdad?
Pero no sabía, no tenía ni la menor idea.
Lo único que creía que podía hacer en esos momentos era decirle a Jezzy y a Marki lo que pasaba en realidad. Di un chasquido ─ésta era una de las pocas veces que tenía permitido usarlo─, y los llamé. Al minuto,Jezzy ya estaba a mi lado.
─ ¿Qué pasó, Ally?
─ Más malas noticias ─musité.
─ The fuck? No te creo ─exclamó incrédula.
─ Pues míralo por ti misma ─comenté exasperada dándole mi celular.
─ Oh no. Esto no puede estar pasando. ¿Y dónde diablos está Marcus en una situación como ésta?
─ No tengo ni idea ─me encogí.
─ ¿Hace cuánto tiempo recibiste ese mensaje?
─ Hace como 15 o 20 minutos ─murmuré.
─ ¿Y hace cuánto fue la última vez que viste a Marcus?
─ La última vez fue en el desayuno. Luego, me fui con ─no terminé la oración debido al escalofrío que me causaba el sólo pensar en lo que vendría. Pero Jezzy me miró mal y luego se sentó en la cama.
─ ¿Te fuiste con el humano? ¿De nuevo? ¿Acaso no sabes lo grave de esta situación? ─expresó enojada mientras le daba pequeños golpes a una almohada.
─ ¡Por supuesto que sé! Es con mi maldita vida con la que estoy lidiando. Con mi futuro en juego y la posibilidad de que si no hago bien las cosas, jamás volveré a ver a mi hermano. ¿Sabes que mi futuro depende de un imbécil? ¿Lo sabes?
─ ¡No estamos seguros de que es él, Alma!
─ Eso dices tú porque no sabes cómo me siento cuando estoy cerca de él. No sabes cómo es esa sensación que yo sentí cuando estaba al lado de ─mi cuerpo comenzó a temblar en repugnancia ante aquel amargo momento.
─ No, quizá no sé eso, pero sé que esta situación es diferente. No se sabe si es él o no porque aquí estamos hablando de tu salvación, no de tu condenación. ¿Entiendes esa diferencia? ─me preguntó con suavidad. Yo reí con tono lamentable y me acosté en la cama al lado de Jezzy.
─ ¡Claro que es diferente, Jezzy! Pero tú aún no entiendes mi punto. Las pruebas nunca van a ser fáciles. El Creador me mandó a alguien que me iba a dar problemas y que a la vez el diablo podría usar como arma en contra de mí. Todo esto es como una espada de dos filos. Y seré yo la que va a decidir cómo hacerlo. Yo voy a escoger si quiero la redención o la condenación. Ja, pero ¿quién dijo que me iban a mandar a alguien lindo y puramente humilde?
─ Lindo si es, pero humilde no creo yo que llegue a serlo. Es un idiota arrogante. Vale, creo que te creo pero tengo que ir yo misma a ver cómo es su alma y ver si tiene al menos algo bueno dentro de ese cuerpazo sexy.
─ Jezzy ─la reprendí.
─ Vale, no veré sus bolas ni su...
─ ¡Iaghh! ¡Jezzy por Dios!
─ ¡Admítelo! Tú quieres saber cuánto mide ─comentó divertida. Yo como tonta que fui, me sonrojé y negué con la cabeza.
─ No, no quiero saber cuánto mide nada ─protesté. Jezzy rió fuerte y yo quise irme de allí.
─ Te sonrojaste y eso significa que sí quieres. Vamos, piensa en lo bueno que puede ser en la cama. Ummmm además, ese cuerpo tonificado y ─yo dejé de escuchar a Jezzy y empecé a imaginarme de verdad cómo sería estar en sus musculosos brazos desnudos rodeando mi delgado cuerpo después de una noche agitada. Yo dormiría tranquila mientras él me acariciaba mi cabello y me susurraba al oído que todo iba a estar bien y... No, nada iba a estar bien para él si yo llegaba a estar a su lado. Él podría perder su alma por mi culpa y yo no quería que eso pasara. Yo quería que estuviera a salvo, lejos de mí. Que siguiera teniendo su vida humana sin mí porque yo lo...
─ ¡ALMA DE LOS ÁNGELES! ¿ES QUE NO ME ESTÁS OYENDO? ¿SIGUES PENSANDO EN LO BUENO QUE ES ALEX EN LA CAMA?
─ ¿Qué? ─pregunté desorientada.
─ ¡Maldita sea, Alma! Cuando te dije que te imaginaras a Alex desnudo, no pensé que lo tomaras tan en serio.
─ Yo no estaba haciendo eso, no soy como tú de sucia para poder imaginarme eso.
─ Tienes razón pero si me das permiso puedo decirte cómo es él cuando vayamos a ver su alma.
─ ¡Te lo prohíbo! ─contesté ofendida.
─ Uy qué enojada.
─ Promete que sólo verás su alma ─gruñí con fastidio.
─ Vale, lo intentaré.
─ Jezabel...
─Está bien, no veré nada... Sólo su alma y un poquito más.
─ Eres una...
─ Ash, si no voy a ver nada, mujer. No me interesa ese humano. Quédate tranquila. Para eso tengo al dios del sexo ─presumió.
─ A mí eso me tiene en poco ─contesté.
─ No decías lo mismo...
─ Bueno, ¿nos vamos a ir ya o qué?
─ Ash, vale. Vámonos ─gruñó de mala gana. Se puso de pie y yo hice lo mismo. Luego, ella me tomó de la mano y dio el chasquido para desaparecer de mi cuarto y aparecer en la cancha de fútbol, donde era probable que se encontrara Alex.
─ ¿Estará por aqui? ─le pregunté a Jezzy.
─ Sí, pero también está Marcus. Siento su presencia ─dijo con la frente fruncida.
─ ¿Marcus? Pero él me dijo que todavía no iba a venir a entreno.
─ Eso es lo raro. Mira ─me señaló el centro de la cancha donde había un buen grupo de personas reunidas en un círculo─. Algo pasa allí, vamos.
─ Okay, vamos ─sin decir nada más, se echó a correr, y yo la seguí.
Todo esto me daba un mal presentimiento.
Cuando llegamos allí, le preguntamos a una chica sobre la situación. Era una rubia oxigenada de las porristas. Mascaba chicle como una vaca y andaba súper maquillada.
─ Un imbécil se está dando duro con mi novio ─chilló asustada como la perra que era. Bien, genial por su novio. No me importaba en absoluto. De seguro era uno de esos chicos del equipo que eran rompe corazones y les gustaba que las perras les quitaran el calenton.
─ ¿Y quiénes son? ─le preguntó Jezzy.
─ Tú más que nadie debe saberlo, idiota. Es tu marido el que se está dando duro con el mío ─gruñó. De primero, no entendía a quién se refería, pero cuando me acordé que, para los humanos, Marcus era el prometido de Jezzy, reaccioné. Para ese entonces, ella ya no estaba a mi lado. Ella estaba caminando entre la multitud y estaba que echaba llamas de ira. No entendía por qué Marcus se estaba dando duro con un idiota que quizá ni yo conocía. Todo me parecía ilógico, pero al momento de llegar a la escena, todo dentro de mí se desmoronó .
Era Alex.
Alex, inconsciente en el suelo.
Alex, lleno de golpes por todo el cuerpo.
Alex.
Marcus.
Marcus le estaba pegando a mi Alex de una manera sobrenatural que yo pensé que él ya estaba muerto.
Alex.
Marcus.
El idiota estaba matando a la única persona que podría liberarme de mi maldición.
No.
No.
Alex, no.
Cuando menos lo vine a sentir, un grito se escapó de mi boca y luego empecé a correr hacia allí.
Ah, pero por si eso no era nada. Marcus ya no era humano en su totalidad. Sus ojos estaban rojos como el fuego, sus alas negras y gigantes estaban saliendo de su espalda, y sus pequeños cuernos negros se empezaron a salir de su castaño cabello claro.
Se estaba transformando.
¡Oh por Dios!
¿Cómo se atrevió a hacer eso?
¿En qué mierda estaba pensando? ¿Cómo se pudo exponer ante los humanos tan así de simple?
─ Idiota, suéltalo! ─gritó Jezzy. Pero era inútil, él era más fuerte que ella. La aventó por un lado y yo estallé de rabia. Terminé de caminar hacia allí hecha una furia, cuando Luke llegó y con una fuerza sobrenatural agarró a Marcus de los hombros y lo aventó lejos. La gente confusa y llena de horror se iban alejando del lugar pidiendo ayuda o sólo huyendo de ellos.
Esto estaba mal.
Lo que Marcus hizo fue lo peor que un ángel caído podía hacer: revelarse ante un humano. Y no sólo se reveló ante un humano sino que a una multitud. Aparte de eso, él uso sus poderes contra un humano indefenso que ni siquiera estaba en una lista para ser llevado.
Marcus.
Idiota.
Imbécil.
¿Por qué lo hizo?
Él jamás haría esto si eso implica ponernos en riesgo a mí y a Jezzy. Él nos prometió que nunca lo haría desde aquella vez, pero al parecer tenía un pensamiento equivocado sobre él después de hoy. Ahora, no me imaginaba el castigo que le podrían en el infierno. Pero lo merecía por ser tan estúpido y exponerse de esa manera. Porque por mucho que lo apreciara, eso no quería decir que lo perdonara por andar rompiendo reglas, o peor aún, las promesas que como hermanos nos hicimos cuando empezamos nuestra relación.
─ Para, imbécil. No puedes contra mí en tu estado de embriaguez. Vamos, cálmate o después te vas a arrepentir de no haberlo hecho. Créeme ─le amenazó Luke. Rogué para que Marcus se detuviera en esos instantes o no creo que lo llegara a perdonar.
¿Se emborrachó? Pensé indignada. Ahora entendía por qué actuó tan infantil. Pero igual, rompió las promesas que nos había hecho a mí y a Jezzy ese mismo día. Las reglas que a la vez eran nuestras promesas eran las siguientes:
1. No poner en peligro a la familia por causa de una estupidez. Aplicar regla #4
2.No emborracharse por el bienestar de sí mismos y de la familia.
3. Respetar los asuntos personales de los demás, al menos que la persona solicite la ayuda de la familia.
4. Ante cualquier problema, hacer una reunión entre familia y hablarlo para ver qué solución se le da al asunto. Aplicar regla #3
5. No se debe de esconder ningún secreto a la familia bajo ninguna circunstancia y sin importar qué. Aplicar regla #3.
6. Amar y cuidar de la familia pase lo que pase.

Ángel de las almas -Trilogía Almas L1 -2da edición (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora