Capítulo 18 Corazón Destrozado (editado)

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Capítulo 18 Corazón Destrozado (editado)

Marcus

Muchas cosas pasaron después de la estupidez que hice cuando estaba borracho. Lo primero fue que después de que Jezzy se fuera con Ally, yo fui a recoger un montón de almas de mierda. Fue tan cansado que tuve que hacer todo el trabajo como el mismo Flash. Me moví de país a país hasta que había cubierto todo. El nivel de agotamiento era tan alto que, al nomas llegar, me desnudé. Después, sin vestirme, me acosté en la cama para dormir. Eran las dos de la mañana y aunque ya habían almas para ese día, no quise ir. Cuando pensé que todo había acabado y que por fin podría descansar un poco, apareció una demonio menor frente a mí.
No. Era. Posible.
¡Justo en el único día que me desnudé! Grité aterrorizado y le imploré que no me violara. Ella sólo me vio con picardía y dijo:
─ Por mucho que desee tu cuerpo, Marcus, no estoy aquí para violarte. Tengo un mensaje que darte. Lucian quiere verte... yo también pero así como estás ─susurró con un gemido. El terror se apoderó de mí y me vestí lo más pronto que pude. Eso me pasaba por ser deseable... ¿Qué podía hacer si nací bello y perfecto?
─ Vete, Lorena ─gruñí─. Dile a Lucian que llego en cinco minutos.
─ Ah, lástima ─protestó. Me tiró un beso antes de dar un chasquido y desaparecer de mi vista. Suspiré aliviado y después me vestí con otro atuendo más apropiado.
¡Ah, lo que faltaba!
Ser convocado al infierno por Lucian. Eso no me gustaba para nada porque cuando alguien rompía una regla, ese demonio tenía que pagar un alto precio. Por eso, no creía que yo fuera a quedar impune después de haberme mostrado ante una multitud. De modo que, sin que mis pequeñas hermanas lo supieran, me fui para donde Lucian.
─ ¡Bienvenido, Marcus! ─exclamó con hipocresía. Yo lo observé con cuidado y vi que también tenía una sonrisa tan falsa como un político prometiendo el mundo.
─ ¡Qué amable de tu parte llamarme en la madrugada! ─contesté con un gruñido.
─ Un placer, Marcus. Toma asiento, por favor ─me indicó señalando un asiento hecho de piel de cuero. Me senté con pesadumbre y esperé a que me dijera la condena.
─ Sólo dime qué me van a quitar y me iré. Quiero dormir. Dime, ¿iré a juicio? ─pregunté un poco nervioso.
─ Tu error fue muy grande, Marcus ─me reprendió─. Sin embargo, la corte ha decidido no enjuiciarte por ello. Debes sentirte agradecido de que seamos así contigo... sobre todo de alguien tan mierda podrida como tú. Una falta más y no seremos tan buenos como hoy.
Se levantó de su gran asiento de piel de cobra africana y me extendió un portafolio amarillo.
─ ¿Qué es esto? ─inquirí.
─ Ábrelo ─replicó. Hice lo que me pidió y allí vi un documento del IBI. Abrí mis ojos como platos después de ver lo que contenía ese informe.
─ Me estás tomando el pelo, ¿verdad? Esto no puede ser cierto ─gruñí.
─ Sí que lo es. ¿No que lo odias tanto que tú mismo lo querías matar? Bueno pues, te estamos dando el honor, mi querido súbdito ─contestó con una sonrisa socarrona en sus labios.
─ Me niego por completo ─argumenté.
─ No tienes opción, Marcus.
─ Prefiero mi castigo a esta mierda ─rechiné los dientes y aventé el documento.
─ Pues ese es tu maldito castigo, imbécil. Tú sabes que nosotros buscamos la forma más horrible de dañar y hundir a los demás... lo sabes. Atacamos las debilidades de las personas para que éstas puedan aceptar con facilidad, y así sus seres queridos no puedan ser dañados. Si tú no haces ese trabajo para la fecha en que está estipulada, tú y las chicas sufrirán las consecuencias. Tú decides, Marcus. Hazlo por tu bien y el de ellas ─su estúpida y astuta voz me estaba poniendo de los nervios.
─ Pero no tengo ni dos días ─protesté.
─ Ah sí, sabes, en dos días muchas cosas pueden pasar y muchas cosas pueden cambiar ─su travieso tono de voz me decía que algo me estaba ocultando y no me lo quería decir. Era un idiota. Quería matarlo en esos precisos momentos.
─ Dime, Lucian ─le dije con fastidio─, por favor, dime ¿cómo demonios va a afectar la muerte de un inocente en lo que el Creador ya tiene planeado? ─apreté los puños y decidí guardarme todo el odio para otra ocasión.
─ ¡Cómo te atreviste a decir ese nombre en frente de mí, maldito mal nacido! ¡Desaparece de mi puta vista! ─me demandó con furor, empezando a cambiar su forma humana. Obedecí con rapidez a su mandato, no sin antes decirle:
─ No importan lo que hagan, Él se la llevará. No obstante, haré lo que me pida, jefe de mierda ─gruñí molesto. Di un chasquido y desaparecí de ese horrible lugar para aparecer en mi cuarto. Suspiré con decepción y observé el formulario de la lista especial de casos de muertes programadas. El nombre del idiota de Alex aparecía allí y se suponía que él iba a morir en mis manos. ¿Cómo fue que toda esta mierda pasó? ¿Todo fue por mi puto error de celos de hermano/amante? ¡Sí que era un idiota! Alma nunca me lo iba a perdonar. Su única maldita salvación iba a morir en mis manos. ¿Cómo podía verla yo a los ojos ahora que me iba a convertir en un verdadero asesino?
Por muy gay que suene lo que voy a decir ahorita, en definitiva no soy un marica, ¿entienden? Me gustan las mujeres y me gusta el sexo salvaje sin importar el lugar o el momento. Sin embargo, señoras y señores, ese día lloré como un bebé por media hora hasta que mi hermana apareció en mi habitación. Me encontró en medio de mi gran debut como monólogo profesional que era. Mi monólogo era sobre cuán culpable me sentía por toda la situación de mierda que estaba pasando.
─ Soy un idiota ─chillaba como nena en mi cama.
─ Sí, lo eres, hermanito ─secundó mi hermana mientras se sentaba a mi lado.
─ Soy una mierda ─volví a decir con sollozos.
─ De las más apestosas, bebé ─me acarició el cabello.
─ ¡Hey! Si no viniste a consolarme, será mejor que te vayas ─refunfuñé.
─ No necesitas consuelo, idiota. ¿Qué te parece si mejor me ayudas a buscar a Alma? No la encuentro ─me comentó preocupada.
─ ¿Ya usaste los chasquidos, hermana? ─inquirí con obviedad.
─ ¿Crees que no lo intenté ya, idiota? ─contrarió con el mismo tono de voz.
─ Bueno, entonces tus chasquidos no funcionan. Deja que tu hermano mayor haga el trabajo ─fanfarroneé. Ella contestó con un bufido y con sutileza me indicó a que lo intentase. Con todo el orgullo de macho que tenía, di un chasquido.
Nada. Maldije en mis adentros y lo volví a intentar.
─ ¡ Pero qué mierda...!
─ Ríndete. No la vas a encontrar con chasquidos, bebé. Ya lo hice un montón de veces. Iré al hospital a ver si está con el idiota del humano ─me aclaró. Yo asentí y deje que se fuera.
Quise salir a buscarla, pero cuando recordé lo que tenía que hacer, la depresión volvió a surgir dentro de mí. Con nostalgia, empecé a caminar sin rumbo alguno por todo el internado, y de una manera invisible saqué mis hermosas alas negras. Iba a volar por un rato, pero después cambié de opinión y decidí mejor caminar. La tristeza me inundaba y yo me sentía culpable, mas no sabía a qué podía tenerle más miedo... ¿A perderla a ella? ¿A que me condenen por una eternidad en tortura? ¿Al castigo que El Creador me impusiera?
No supe por cuánto tiempo yo estuve vagando sin rumbo fijo, pero de pronto, yo estaba al borde de un abismo a punto de lanzarme con mis alas a volar hacia abajo hasta las profundidades del mismo tártaro. Sin embargo, mi acción suicida fue interrumpida por el chasquido de una llamada de Jezzy.
─ ¿Jezzy? ─pregunté confundido.
Ven aquí ya, descerebrado. Este es el momento en que ella te pueda perdonar. Me dijo a través del intercomunicador mental. Sólo asentí con aprensión y después me tranquilicé para poder poner lo mejor de mí y que ella no pudiera notar que yo podía llegar a matar a su salvador. Lo demás ya se lo saben, tontos humanos.
Pasemos a algo interesante.
¿Qué hice yo después de recibir con mucha alegría una gran y preciosa colección de porno? Simple. Sólo guardé con un chasquido todo y después decidí ir a visitar al idiota del humano. ¿Cuál fue la sorpresa que me llevé? Bueno, Alma estaba allí y ella... ¡ella estaba siendo imprudente con ese humano! ¡Le estaba diciendo todo! ¿Y qué fue lo peor? ¡Que yo no hice nada para detenerla! Simplemente observé la situación con tanta tristeza que mi pecho me dolía. Él, ese idiota degenerado de verdad la amaba. A pesar de estar invisible ante medio mundo humano, yo estuve a punto de perder mis estribos y aparecer ante ellos. Gracias a Dios que Alma no notó mi presencia porque hubiera sido más duro para ella.
Lo más terrible de todo era que los oficiales generales del infierno iban a venir por ella; eso era seguro.
No dejaría que ellos la tocaran. La defendería con todo mi ser y mi cuerpo.
Por desgracia, nada salió como yo pensaba. El mismo Lucian apareció con toda la emoción malvada del mundo, y yo fui detenido por dos de los mejores oficiales del Infierno.
─ Mueve tu culo, oficial ─le advertí.
─ Ella rompió las reglas, debe ser llevada de inmediato para allá. Si tú llegas allí, sólo empeorarás la situación. Detente ─me pidieron con frialdad.
─ Iré al mismo infierno si es posible. No pueden hacerle esto a ella. A mí no me...
─ No vas a entrar aquí, ríndete.
─ ¿Quieres probarlo? Soy el mejor...
─ El mejor presumido del mundo, lo sé. A parte de eso, no eres bueno en nada.
─ Nos vamos, soldados. La prisionera ha sido llevada por Lucian ─informó el idiota de Ares.
─ Esto no se va a quedar así ─gruñí. Di un chasquido para desaparecer de ese lugar e irme donde Jezzy. La muy perra estaba teniendo sexo sucio con el imbécil de Luke. Tuve que decirle todo, sino, no iba a parar quién sabe hasta cuándo.

Luego, nos fuimos al infierno y allí ya nos estaban esperando con todo el refuerzo que creían necesario. Ja ja ja... soy un ángel de la muerte. Había visto y peleado en muchas guerras, tantas que sabía muy bien cómo defenderme ante cualquier situación difícil como la de esos momentos. Jezzy también sabía mucho sobre tácticas militares, por lo que ambos luchamos con todas nuestras fuerzas demoníacas hasta el final. Estuvimos a punto de perder, cuando la supuesta espía de Lucian, Kaleesha, nos vino a ayudar y así pudimos acabar con ellos. Yo le arranqué un ala a Ares y Jezzy noqueó a la otra mujer, mientras que el tercer soldado fue roto de sus cuernos y piernas por mí y Kaleesha.
─ Gracias por ayudarnos ─le dijimos Jezzy y yo en coro. Ella asintió y después nos instó a que pasáramos al salón de juicios.
Al abrir las puertas, nos encontramos con algo que nunca esperábamos. Ellos ya habían terminado el juicio y las alas de Alma ya habían sido rotas. Alma estaba tirada en el suelo y yo no sabía si aún estaba consciente o no. Sin embargo, verla así, me destrozó el corazón por completo. Las lágrimas volvieron a salir de mi rostro y yo no pude contener un grito agudo y desgarrador que salió con furor de mi garganta. Jezzy corrió a su lado y ella empezó a llorar también. Los de la corte ya no estaban allí y sólo Luke estaba sentado en una silla. El sólo verlo con una sonrisa idiota en sus labios, me dio rabia. El muy idiota fue un espía todo este tiempo. Estuvo frente a nuestras narices y jamás lo marqué como un enemigo.
─ ¿Cómo te atreviste? ─chilló Jezzy─. Confiaba en ti, hijo de puta. Eres un imbécil. Sal de mi vista. Te odio.
─ Eres un demonio muerto ─gruñí. Él sólo se rio y dijo:
─ Deben estar agradecidos de que su castigo no fue tan grave ─comentó con astucia─. La iban a mandar a un calabozo y la iban a torturar de por vida. He dejado que pueda seguir con libertad en el mundo humano, pero el mundo humano ya ha olvidado a Alma Toyoda y a los novios alemanes. Se moverán a Miami a partir de mañana y les daremos un descanso de un año para que ustedes no trabajen. Sus súbditos lo harán por ustedes. Ellos ya han sido informados. Cuiden de ella por todo el año, que es el tiempo de recuperación de las alas, y después ya veremos qué haremos con ustedes. Adiós ─y sin decir nada más, se fue. Idiota arrogante.
─ Lo voy a matar ─gruñí furioso.
─ Yo quiero hacer lo mismo, Marki, pero nuestra prioridad es sacar a Alma de aquí.
─ Tienes razón. Ya habrá tiempo de matar a esa sabandija de mierda.
.
.
.

Al día siguiente
Macao, China
Narrador

Dentro de una habitación en un lujoso hotel, estaban reunidos un par de hombres que aparentaban estar en medio de negocios muy prometedores. Quizás si lo estaban, pero sus negocios no eran para nada algo común o normal. Es más, se podría decir que el motivo por el cual estaban allí, no era el dinero ni la fama. Esas personas no eran personas: eran ángeles. Dos de ellos eran celestiales y los otros demonios. Ambos discutían con fervor sobre un asunto muy delicado, un asunto que no podía ser tratado frente a humanos.
─ Déjenme decirles, caballeros, que ustedes han hecho algo que no tiene perdón. ¿Por qué se han interpuesto en el camino? ─preguntó uno de apariencia hermosa y delicada.
─ Miguel, no ha sido la gran cosa. Sólo fueron sus putas alas. ¿Cómo es eso intervenir? La hemos castigado como las reglas del infierno lo mandan. ¿Cómo debo yo, como administrador de todo el Hades, dejar que una chiquilla, que se revela ante un tonto e insignificante humano, se vaya sin castigo?
─ ¡Pero Lucian! Al Creador no le ha parecido para nada bien que la movieras de país ─se quejó con sensatez.
─ ¡¿Y eso a mí qué?! Yo no ando protestando por los castigos que ustedes hacen ni nada por el estilo. Miguel, en serio ─insistió el hombre ojos azules─, todo esto es una pérdida de tiempo. Me voy.
─ Te advierto que sólo has atrasado el plan, Lucian. El Creador siempre se sale con la suya. También debo recordarte que lo que es de Dios, es de Él. Adiós ─finalizó el hombre de hermosa cabellera rubia. Dio una palmada y desapareció junto con la otra persona que estaba con él.
─ Idiotas presumidos, perfeccionistas de mierda ─gruñó el que le acompañaba.
─ Déjalos, Luke. Cuando vuelvan a querer llevar a cabo el plan, nosotros estaremos preparados de nuevo ─expresó con malicia─. Alma nos pertenece. Siempre nos pertenecerá. ¿Quién mierdas se quiere ir del infierno después de haber caído, eh? Nadie sale del infierno una vez que haya entrado. Nadie se salva de esa condenación. Y Alma, ella no será la excepción ─escupió las últimas palabras con odio y luego dio el chasquido para desaparecer del lugar... como si nunca hubiera habido alguien en ese lugar.

Gracias a todos por leerme. >w<
Hasta chicos leen mi historia. ¡¡¡Me siento dichosa...!!! :3
Jess ❤

Ángel de las almas -Trilogía Almas L1 -2da edición (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora