Capitulo 47 "Complicaciones"

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CAPITULO 47

SANTIAGO

El insistente sonido de mi alarma me causó dolor de cabeza en cuanto abrí los ojos. La luz que entraba por la ventana me cegó e inmediatamente me cubrí la cara con ambas manos. ¿Quién había abierto las cortinas? Me levanté con los ojos cerrados y con una de mis manos en la cabeza, la cual palpitaba del dolor.

Cerré las cortinas ocultándome de la luz del sol como un vampiro y regresé a la cama arrastrando los pies. ¿Qué hora era? Por fin abrí los ojos completamente y me di cuenta de algo muy perturbador. ¿Paredes moradas? ¿Cortinas blancas con flores moradas? ¿En dónde estaba?

Miré detenidamente el lugar y lo descubrí, por un segundo me sentí confundido y los recuerdos me atacaron torturándome. ¿Qué hacía en la habitación de Vanessa?

El lugar estaba muy cambiado, el color de las paredes y la decoración, el delicioso aroma de Vanessa ya no impregnaba la habitación como meses atrás.

Traté de concentrarme en lo que pasaba, esa habitación ahora era de Lía y yo había amanecido allí. ¿Qué había pasado? Me esforcé tratando de recordar que había sucedido para que yo terminara en su habitación y los recuerdos llegaron. Justo en ese momento la puerta se abrió y apareció Lía, con el cabello trenzado y aún con el pijama puesto.

–¿Cómo dormiste? –Preguntó ella con cara de póker.

–Bien, gracias por traerme aquí. Lamento lo que pasó anoche, en verdad lo siento –Dije completamente avergonzado.

–No te preocupes, no es nada.

–¿Estás enojada?

–Tal vez lo esté un poco –Se encogió de hombros.

–Me siento como un verdadero estúpido.

–No deberías, ya te dije que no ha sido nada.

–Gracias. –Sonreí.

–Creo que deberías ir a tu casa, tus padres deben estar preocupados.

–Tienes razón. –Me levanté de la cama nuevamente y me puse mis zapatos, los cuales estaban a un lado de la cama.

Cuando estaba a punto de salir de la habitación de Lía, me di la vuelta y eche un vistazo al interior. Tantos momentos vividos entre esas cuatro paredes, tantos recuerdos creados. Suspiré con nostalgia y seguí caminando.

Los padres de Lía no estaban en casa así que salir sin ser visto no fue un problema. No recordaba cómo había llegado pero lo imaginaba, tuvo que haber sido difícil meterme en la casa sin que ellos se enteraran. Me despedí de Lía en la entrada de la casa y caminé hacia la mía, donde seguramente me esperaba un castigo bastante malo.

Me detuve frente a la puerta de mi casa y metí la mano en mi bolsillo buscando las llaves, las cuales al parecer, había perdido. Maldije en mi mente y estire la mano para tocar el timbre. Esperé algunos segundos hasta que mi mamá abrió la puerta.

–¿Podrías explicarme por qué no dormiste en casa? –Dijo en cuanto me vio.

–Sí, estoy perfectamente mamá, no te preocupes.

–No estoy de humor para tus bromas, exijo una explicación.

–Pasé la noche en casa de Lía, regresamos muy tarde y me sentía un poco mal, así que ofreció dejarme dormir allí.

–¿Por qué no llamaste? –Preguntó inteligentemente.

–Lo olvidé.

–Algo me dice que no debería creerte –Achicó los ojos.

–Algo me dice que deberías dejarme entrar, creo que es mi cuerpo que se está congelando.

Mi madre miró detrás de mí e inmediatamente se movió para dejarme entrar. Afuera era como estar dentro del refrigerador. Froté mis brazos para calentarlos un poco y me senté en el sofá. Mi mamá me miró sospechando pero no dijo nada más, sabía perfectamente que no lo dejaría pasar, lo más probable es que más tarde hablaría con papá y ambos me interrogarían, pero por el momento podía estar tranquilo y descansar.

Obligué a mi cuerpo a levantarse del sillón y gruñí con fastidio, sentía que me había arrollado un auto, no sabía en que había pensado cuando decidí golpear a ese tipo. Caminé arrastrando los pies hasta llegar a la escalera como un anciano y cuando vi la cantidad de escalones que tendría que subir, desee quedarme en la sala el resto del día.

Mientras luchaba contra el dolor de mi cuerpo al subir cada escalón recordé la noche anterior. En realidad lo que recordé exactamente fue a Vanessa, se veía realmente hermosa. Cuando la vi, simplemente no podía despegar mis ojos de ella, era perfecta. Lo Siguiente que pensé al verla fue que tendría que vigilarla toda la noche, ¿por qué se había vestido así? Estaba demasiado sexy para andar sola por ahí.

Cuando logre llegar a mi habitación, lo primero que hice fue ir hasta la cama y tumbarme en ella. Tenía un terrible dolor en el estómago, justo donde ese idiota me había golpeado. Recordar la pelea fue como encender dinamita, lo más doloroso no habían sido los golpes, en realidad lo que me había herido había sido la actitud de Vanessa.

Flash Back

Caminé hacia la barra con las palabras de Ana repitiéndose en mi cabeza. Algo en mi interior se había alegrado al escuchar eso, sin duda estar lejos de Israel sería una gran ventaja si quería recuperarla. Me detuve justamente atrás de Lía y pensé mi disculpa unos segundos. Suspiré y tomé el asiento desocupado a su lado. Ella no me miró, estaba molesta y era comprensible.

–¿Qué se necesita para que una chica baile contigo después de ser un idiota? –Pregunté sin mirarla.

–Pedírselo, después de disculparte –Respondió sin quitar la mirada de su bebida.

–Lo siento.

–¿Por qué?

–No te he dado la atención que mereces.

–Bien, puedes pasar al paso número dos.

–¿Bailarías conmigo?

–No –Respondió completamente seria–. Aún no he terminado mi bebida –Ambos sonreímos

Conversamos unos minutos en la barra después de eso. Cuando Lía termino su bebida, ambos nos dirigimos a la pista de baile como habíamos planeado. Durante un rato me dediqué completamente a divertirme, me olvidé de mis preocupaciones y problemas. Todo iba muy bien hasta que decidí mirar en el lugar equivocado.

Dejé de bailar y mis manos se hicieron puños listos para golpear, era como si me hubiese transformado en Hulk, sólo que sin el color verde. A solos unos metros de nosotros, una pareja llamó mi atención. El tipo tenía sus manos en las caderas de la chica, bailaban demasiado cerca y estaban a punto de besarse. Caminé hacia ellos empujando a todos los que se ponían en mi camino y tomé del brazo a Vanessa para alejarla de él.

El tipo me empujo y casi logró que cayera. Mi enojo aumento y como consecuencia mi puño viajo hasta su mandíbula. Mi golpe lo hizo tambalear un poco y aproveche s debilidad para seguirlo golpeando. Escuchaba la voz de Vanessa pidiéndome que parara pero simplemente no podía, estaba cegado por la ira.

Otro chico, más alto que el amigo de Vanessa me separó de él. Me inmovilizó y enseguida el otro tipo empezó a golpearme en el estómago. Los gritos de Vanessa se hicieron más fuertes, pedía que dejáramos de pelear. El segundo chico me liberó de su agarre pero mi cuerpo se sentía débil, en cuando me soltó caí al piso y recibí un par de patadas en el estómago.

Mi vista estaba nublada y sentía que me desmayaría en cualquier momento. El dolor del estómago era intenso, me impedía levantarme o hacer cualquier movimiento. Lía se acercó a mí y me ayudo a ponerme de pie, Vanessa estaba a un par de metros de mí, tenía el maquillaje arruinado por las lágrimas y a pesar de la oscuridad pude ver sangre en su rostro.

Deseé poder ir y abrazarla, asegurarme de que ella estaba bien, pero Lía, quien me sostenía evitando que cayera, no me lo permitió. 

Hola, pues les cuento que faltan pocos capitulos para que termine la historia :D no se desesperen. Queria preguntarles si alguien sabe de algun sitio para crear un blog, se los agradeceria mucho. :D ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO EL CAPITULO.

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