CAPITULO 26 "Te amo..."

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VANESSA

Me desperté de la peor manera, tenía dolor de cuello por mi mala postura al dormir y estaba segura que mi cabeza estallaría en cualquier momento. Abrí primero un ojo mientras hacía muecas por la luz que se filtraba por las cortinas.

-Hola dormilona. -Dijo Santiago. Esperen, ¿Santiago? -Pensé que nunca ibas a despertar, en la mesita hay pastillas para el dolor de cabeza y agua.

Estaba vestido con una playera blanca y un pantalón deportivo de color gris. Se veía tan guapo. Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos y concentrarme en lo que en verdad era importante.

-Debes dejar de entrar a mi habitación por la ventana. -Gruñí.

-No entré por la ventana. -Sonrió.

-Mataré a Israel por dejarte entrar a mi habitación. Juro que lo haré.

-No me dejó entrar porque yo dormí aquí. -Su sonrisa se hizo más ancha.

-Espera, ¿Qué? ¿Por qué dormiste en mi casa?

-Específicamente, dormí aquí. -Señaló la cama.

-¿Qué?

-Que dormí aquí.

-¡Ya se lo que dijiste!

-¿Entonces porque preguntas algo que ya sabes?

Se estaba burlando de mí, primero trae a su ex novia y ahora se burlaba de mí.

-Idiota. -Rodé los ojos.

-Tal vez, pero te encanta -Guiñó el ojo.

Él tenía razón, me gustaba con todo y su idiotez. Rodé los ojos y me senté, mala idea, mala idea. El dolor de cabeza empeoró y Santiago se burló de mi desgracia.

-¿Por qué dejaste que bebiera?

-No es como si me hubieras pedido permiso. -Rió.

-Muy gracioso.

-Lo es, señorita diesi dos. -Se burló.

Salió de mi habitación cerrando la puerta tras de él justo antes de que mi pantufla de gatito lo golpeara.

Caminé hasta el baño y me miré en el espejo. Estaba en el proceso de convertirme en un zombi definitivamente. Mi escaso maquillaje del día anterior estaba arruinado, era un zombi panda. Mire mi ropa, y grité. Mi pantalón no estaba en mis piernas, estaba en ropa interior. ¿Qué había pasado anoche? Mi mente trabajó en las muchas cosas que pudieron haber pasado. Santiago había dormido conmigo, según él. ¿Él me había quitado los jeans?

Me di un baño caliente y el dolor de cabeza disminuyó, en mi mente se repetían una y otra vez las palabras de Santiago "Específicamente dormí aquí" seguramente estaba mintiendo para hacerme enojar. Aún estaba molesta con él por ir a comer a la casa de su ex novia a mis espaldas.

Salí del baño con una toalla cubriendo mi cuerpo, era un día cálido así que me puse una blusa de tirantes y unos shorts. Estaba terminando de arreglarme cuando recordé que era miércoles, y los miércoles había clases.

Miré la hora en el teléfono, era medio día. Estúpido Santiago, estúpido alcohol, estúpida escuela.

-Wow, tranquila. -Dijo Santiago.

Ni siquiera había notado que había entrado y estaba sentado en mi cama.

-¿Por qué no me despertaste? ¡Yo tenía que ir a clases! -Grité.

-Yo también tenía que ir a clases pero me quedé a cuidarte. Tal vez no lo recuerdes pero anoche vomitaste en el patio y hoy por la mañana ni siquiera te pude mover fuera de la cama.

Siempre estás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora