CAPITULO 14 "Secuestrada por los extraterrestres."

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CAPITULO 14

VANESA

Santiago había ido a comprar un helado, y las palabras que me había dicho minutos antes aún resonaban en mi cabeza. ¿Quería ser su novia? Él no lo había preguntado directamente, pero aun así no podía evitar pensar en ello.

Estaba también Israel, ¿Qué tenía con Israel? ¿Lo quería? Estaba claro que me atraía demasiado, pero nunca había considerado la idea de ser novia de alguno de ellos.

-¿En qué piensas? -Preguntó Santiago mientras se volvía a sentar a mi lado en la banca.

-En que hace mucho frio para comer helado.

-Todos los días son perfectos para comer helado. -Me ofreció un helado cubierto con chocolate.

-Tienes razón, no sé en qué estaba pensando cuando dije eso. -Sonreí.

Santiago era del tipo de persona con quien podía hablar de todo, él me entendía perfectamente y siempre veía el lado divertido de las cosas. Con él era imposible aburrirse. Si tuviera que irme a una isla sin habitantes y solo pudiera llevar algo para entretenerme, definitivamente llevaría a Santiago.

Un par de horas después, nuestros estómagos empezaron a exigir alimento. Habíamos pasado ya bastante tiempo platicando y no habíamos notado la hora que era.

-¿Qué quieres comer? -Preguntó Santiago mientras me acomodaba el casco.

-Lo que sea, podría comerte vivo ahora mismo con el hambre que tengo. -Pasé mi mano por mi estómago.

-Bueno, eso no es nada que no sepa. Siempre he sabido que quieres comerme. -Alzo las cejas con insinuación.

-No podías dejar pasar la oportunidad de hacer alguna broma ¿no? -Rodé los ojos y sonreí divertida por su comentario.

Como respuesta me guiño el ojo y se rió. Subimos a su moto de nuevo, (a la cual ya le estaba tomando más confianza) y nos dirigimos a la misma pizzería donde le había escupido el refresco en su camisa la segunda vez que nos encontramos.

-¿Recuerdas cuando te llené de refresco de fresa la camisa? -Dije mientras miraba mi bebida, era la misma que había tomado aquel día.

-Lo recuerdo a la perfección, esa era una de mis camisas favoritas.

-Ups.

-Y dime, ¿qué es lo siguiente que haremos? -Pregunté mientras observaba a Santiago devorar una rebanada de pizza.

-Iremos a mi casa y veremos una película. -Dijo con la boca llena.

-¿El diario de una pasión? ¿Un amor para recordar?

-¿Qué? Claro que no, veremos una buena película. La última vez tuve que ver "Titanic" con Ana y contigo. Hoy elegiré yo.

Eso no sonaba para nada prometedor.

Al llegar a su casa, nos dimos cuenta que sus padres no habían llegado aún. Subimos a su habitación y me puse cómoda mientras él ponía la película. No me había querido decir que película veríamos, pero por alguna razón estaba esperando lo peor.

Santiago apagó la luz de su habitación y cerró las cortinas, caminó hacia la cama y se sentó a mi lado. La película resultó ser de terror, apenas habían pasado 15 minutos desde que había empezado y yo ya estaba abrazando mis piernas por el miedo.

-¿Tienes frio? -Preguntó Santiago al ver que estaba encogida abrazándome a mí misma.

-Un poco... -En realidad tenía miedo, pero no lo admitiría.

Siempre estás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora