CAPITULO 37 "Última noche"

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DENLE PLAY AL VIDEO CUANDO YO LES DIGA.

CAPITULO 37

VANESSA

Me desperté temprano como todos los días anteriores a este. La tristeza aumentaba con cada día que pasaba. Me acosté de lado y dirigí mi mirada hacia la ventana, las cortinas largas de color blanco estaban cerradas y aún no estaba completamente iluminado afuera. Calculé que eran las seis de la mañana.

Había sido la peor semana de mi vida, mis padres habían venido a la mitad de la semana para verificar que todo estuviera en orden con la mudanza. Me sentía más sola que nunca aunque tenía personas a mí alrededor la mayoría del tiempo.

Me quedé despierta hasta que Israel tocó a mi puerta como lo hacía a diario. Asomó la mitad de su cuerpo por la puerta medio abierta y me sonrió.

Durante el desayuno, él trató de sacarme alguna sonrisa mil veces, pero era imposible. Solo con recordar que al día siguiente tendría que irme, me ponía nostálgica y un nudo se formaba en mi garganta.

La mayoría de mis cosas estaban ya empacadas al igual que las de Israel. De hecho casi todas las cosas en la casa estaban en cajas de cartón listas para ser llevadas a otra casa, a otra ciudad.

Moví la cuchara dentro de mi tazón con cereal, mi mirada estaba fija en mi desayuno pero no lo estaba mirando realmente. Había estado de esa forma  lo últimos días, levanté la mirada hacia Israel cuando él dijo mi nombre. Era evidente la preocupación en su rostro y me sentía fatal por hacer que se preocupara. Elevé las comisuras de mis labios formando una sonrisa falsa. Él hizo lo mismo  y volví a poner mi atención en los colores de mi cereal.

(PLAY AL VIDEO)

Cuando el silencioso desayunó terminó, subí a mi habitación y me dejé caer en mi cama de nuevo. Tome mi teléfono del buró y me coloque los audífonos en los oídos. La melodía de Photograph de Ed Sheeran llegó a mis oídos y cerré los ojos para disfrutar la música. Había sido mi escape los últimos días, escuchaba música hasta quedarme dormida o hasta que mi teléfono se quedaba sin batería, lo que pasara primero.

Guardamos este amor en una fotografía,
construimos estos recuerdos para nosotros mismos,
en donde nuestros ojos nunca se cierran,
los corazones nunca se rompieron,
y los momentos quedan quietos, congelados para siempre.
Así que puedes mantenerme dentro del bolsillo 
de tus pantalones rotos,
sosteniendome cerca hasta que nuestras miradas se encuentren,
nunca estarás sola.

Oh, puedes encajarme
en el colgante que llevabas cuanto tenías 16 años,
junto al latido de tu corazón,
donde yo debería estar,
guardado profundo dentro de tu alma.

Y si me haces daño,
bueno, está bien cariño, solo palabras que se disipan.
Dentro de estas páginas, puedes guardarme,
y nunca te dejaré partir.

 Cuando me haya ido,
recordaré cómo me besabas,
bajo la farola, de vuelta en la calle 6ª.
Oyéndote susurrar a través del teléfono,
espérame a que vuelva a casa.

La canción inevitablemente me recordó a Santiago. Un par de lágrimas rodaron por mis mejillas pálidas por los recuerdos que revivió la letra de la canción. ¿A quién quería engañar? Lo iba a extrañar terriblemente, lo amaba y no soportaba la idea de alejarme de él. Iba a extrañar la calidez de sus abrazos y la dulzura con que me besaba. La forma en que él me hacía reír cuando estaba triste o enojada. Incluso extrañaría las películas de zombis a su lado y su obsesión con los extraterrestres.

Siempre estás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora