CAPITULO 40 "Miradas inexpresivas" Primera parte

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HOLAAAAA, ¡REGRESÉ! EN VERDAD LAMENTO MUCHO NO HABER SUBIDO NADA ESTOS DÍAS. SI QUIEREN UN CULPABLE, PUEDEN GOLPEAR A MI NOVIO JAJA. VIVÍA LEJOS DE MÍ, MUY MUY LEJOS, Y HACE UNOS DIAS SE MUDÓ A MI CIUDAD, HA CONSUMIDO MI TIEMPO COMPLETAMENTE Y NO HE TENIDO TIEMPO DE ESCRIBIR.

ESTE CAPITULO ES CORTISIMO, EL MÁS CORTO QUE HE SUBIDO, PERO ES LO QUE TENGO Y NO QUERÍA HACERLOS ESPERAR. TAL VEZ NO PUBLIQUE TAN SEGUIDO COMO ANTES, YA QUE MIS VACACIONES SE ACABARON HOY, REGRESÉ A CLASES Y NO TENDRÉ TODO EL TIEMPO PARA ESCRIBIR, AÚN ASÍ PROMETO ACTUALIZAR CONSTANTEMENTE. :) NO DESESPEREN.

CAMBIO Y FUERA. XD

CAPITULO 40

SANTIAGO

Todo mi cuerpo se paralizó cuando escuché las palabras "Vanessa" y "accidente" en la misma oración. Mi mano derecha, la cual estaba sosteniendo el teléfono, se tensó apretando el pequeño aparato contra mi oído.

-¿Me escuchaste? -Dijo Ana del otro lado de la línea después de un largo silencio.

-¿Qué pasó? Dios, dime que ella está bien. Porque si algo malo le pasó...

-¡No sé cómo está! -Me interrumpió.

-Envíame la dirección, iré ahora mismo.

Finalicé la llamada, y dejé el teléfono en la cama. Mis manos temblorosas intentaron torpemente ponerme los converse negros. Tomé dinero, mis llaves y mi teléfono, salí de mi habitación aun intentando procesar lo que estaba pasando. Mis padres no estaban, tendría que ir en motocicleta.

Bajé las escaleras en segundos, y salí de mi casa. Eran solo las tres de la tarde, con suerte estaría ahí en dos horas. Subí a mi motocicleta y me acomodé el casco, justo en ese momento, el mensaje de Ana llegó.

Lo leí un par de veces, no conocía el lugar. Sabía cómo llegar a la ciudad donde se había mudado Vanessa, pero no conocía sus calles.

A las cuatro de la tarde con quince minutos, yo estaba a las afueras de la ciudad. Todo el trayecto mi mente se llenó de posibles accidentes que pudo sufrir Vanessa, estaba más nervioso que nunca. Me detuve en un lugar que consideré seguro, y utilicé el GPS para encontrar el hospital donde estaba Vane. Afortunadamente no estaba muy lejos de mí.

Cuando estacioné mi motocicleta afuera del hospital, le llamé por teléfono a Ana, subí las escaleras que llevaban a la entrada y me encontré con ella.

Su rostro se veía terriblemente mal. Tenía manchas negras debajo de los ojos a causa de su maquillaje arruinado. Estaba llorando y su piel estaba pálida.

-¿Cómo está? Dime que le pasó.

-Todo fue mi culpa, ella está así por mi culpa. -Exclamó con voz entrecortada.

-Estoy seguro que no es tu culpa, dime por favor que pasó. -Traté de controlarme por el estado en que ella se encontraba, si seguía gritando ella solo lloraría más.

-Ella... Yo...

-Ana, no te entiendo. -Mi paciencia comenzaba agotarse, no sabía cómo estaba Vanessa y Ana era incapaz de decirme algo, estaba en shock.

-Llegue de sorpresa por la mañana, tenía muchas ganas de verla. Cuando Israel abrió la puerta, me dijo que Vanessa seguía durmiendo, e inmediatamente se me ocurrió esa estúpida broma.

-¿De qué hablas?

-Me escondí atrás de un mueble, y grité su nombre desde afuera de su habitación. Cuando ella salió, me acerqué y grité atrás de ella para asustarla. No medí el peligro, te juro que no quise lastimarla. -Sin pensarlo la envolví en mis brazos y siguió llorando. -La asuste y resbaló, estaba cerca de las escaleras.

-Estoy seguro de que no quisiste lastimarla, fue un accidente.

-Pero... ahora ella está así por mí.

-Entremos. -Ella asintió, y sin dejar de llorar, me guió por los pasillos del hospital hasta que llegamos a una pequeña sala de espera donde estaban los padres de Vanessa e Israel.

Saludé a los padres de Vanessa y con una inclinación de cabeza, saludé a Israel.

-¿Cómo está? -Pregunté a la mamá de Vane.

-Tiene varias heridas y un brazo fracturado. El doctor nos dijo que afortunadamente no pasó a mayores. Pudo haber muerto con ese tipo de caída. -Noté como sus ojos se humedecieron y su voz se quebró con las últimas palabras. De solo imaginar que Vanessa pudo haber muerto, mi estómago se revolvía y una extraña sensación se apoderaba de mi corazón.

-¿Puedo verla? -Pregunté.

-Lo siento Santiago, en este momento está con el médico. -Respondió el padre de Vane.

Asentí y decidí esperar. Una hora después, una enfermera salió por una puerta de madera y le dijo algo a los padres de Vane. Ellos asintieron y entraron por el mismo lugar. Israel tenía la mirada puesta en la pared, totalmente taciturno. Ana seguía sollozando y yo no podía tranquilizarme, necesitaba verla y asegurarme que estaba bien.

Esperé, esperé y esperé hasta que por fin, salieron de nuevo los padres de Vanessa. Me levanté de inmediato y caminé hacia ellos.

-Ya pueden pasar a verla. Solo no la alteren. -La madre de Vanessa sonrió un poco y asentí.

Caminé rápidamente hacia la habitación donde ellos habían estado y atravesé la entrada. En cuanto la vi, me quedé en shock. Tenía moretones en la cara, y una herida en la comisura de los labios. En la esquina de su frente, tenía un par de vendoletes. El corazón se me estrujó con solo verla. Estaba Pálida, se veía cansada. Sus ojos tristes se encontraron con los míos pero su rostro no expresó nada.

Alguien chocó con mi hombro al pasar, y me di cuenta que seguía en la entrada, viéndola. Israel se acercó a ella y tomó su mano derecha, la que no estaba lastimada. Vanessa le dedicó una pequeña sonrisa y él le sonrió de vuelta.

-No sabes el susto que me llevé. -Dijo él con el rostro preocupado.

-No pasó nada. -Respondió Vanessa tratando de sonreír, por sus gestos, hasta sonreír le casaba dolor.

-¿Qué no pasó nada? Pudiste haber muerto. -Su rostro se giró en mi dirección pero no me miraba a mí, su mirada llena de enojo era para Ana, que no se había acercado a su amiga.

-Pero no morí, no te preocupes.

-Bien. Disculpa, me dijeron que no te alterara y eso lo primero que hice.

Ana y yo nos miramos, y ella se acercó tímidamente a la cama. Vanessa le sonrió sin reproche, y extendió su mano hacia ella.

Yo seguía sin atreverme a acercarme a Vanessa, ni siquiera me miraba. Ana lloró y le pidió disculpas incontables veces, Vane trataba de tranquilizarla diciendo que solo había sido un accidente.

Sin saber qué hacer, me di la vuelta y salí de la habitación. Me despedí de los padres de Vanessa y salí del laberinto que era el hospital.

CAPITULO DEDICADO A ZITLALLIPINTLE, AGRADEZCANLE A ELLA POR EL CAPITULO. COMENTÓ UN MONTON DE VECES PREGUNTANDO POR LA ACTUALIZACIÓN Y HASTA ME MANDÓ UN MENSAJE. :D TRATARÉ DE ESCRIBIR MÁS MAÑANA :) ¡SALUDOS!

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