CAPITULO 19 "Se mi novia"

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CAPITULO 19

ISRAEL

La alarma de mi teléfono empezó a sonar como desesperada y tuve que levantarme. Vane y yo habíamos hecho planes para esta mañana, iríamos a correr juntos. Me estiré en mi cama como un gato y me dirigí descalzo hacia la ventana, ¡estaba helado el piso! Abrí las cortinas y luego me asomé al exterior para ver el clima. Demasiado frio para mí, definitivamente.

Regresé al interior, y estaba por cambiarme cuando escuché un grito del otro lado de la pared. Era Vanessa, me acerqué a la pared y puse mi oído en ella tratando de escuchar lo que pasaba del otro lado de la pared pero todo estaba en silencio.

Estaba a punto de salir corriendo para ver que sucedía con Vane pero una voz masculina me detuvo. Santiago estaba con ella, se escuchaba su risa pero no lograba entender lo que decían.

Esperé unos minutos más y luego salí de mi habitación, me paré en frente de la puerta de Vane y escuche algo como:

-Vane… yo… quiero… quiero preguntarte algo. –Ese era Santiago.

-No, no puedes dormir conmigo. –Risitas.          

-No era eso lo que quería preguntar. Aunque acabas de darme una idea.

-¿Entonces qué es?

-Sé que no es el momento más adecuado para esto… pero…

Toqué fuertemente la puerta y hablé. Ya tenía una idea de lo que le quería preguntar y no podía dejar que eso pasara.

-¿Vane? ¿Ya estás despierta? –Dije fuerte para interrumpirlos

-¡Sí! En un momento bajo. –Respondió Vanessa.

Me quedé parado un par de segundos y luego regresé a mi habitación. Me puse ropa deportiva y bajé a la cocina.

Cuando Vanessa bajó, venía sola, nota mental: de ahora en adelante tendría que revisar que estuviera bien cerrada la ventana de su habitación cada noche para que no entraran moscas.

-Buenos días, dormilona. –Le di un besó en la mejilla.

-Hola. –Sonrió

-¿Lista para ir a correr?

-De hecho... ¿No crees que hace demasiado frio?

-Ah no, no te vas a echar para atrás, hasta me desperté temprano. –Me crucé de brazos.

-¡Bien! –Soltó un suspiro.

Hicimos algunos ejercicios de calentamiento antes de comenzar a correr. Vane llevaba un pantalón deportivo demasiado pegado a su cuerpo, me sentí muy avergonzado cuando me descubrió mirándole el trasero. Se veía hermosa con todo tipo de ropa.

Yo seguía mirándola como estúpido cuando un brazo rodeó sus hombros, busqué inmediatamente al dueño de ese brazo y me topé con la mirada enojada de Santiago. Oh genial, justo lo que necesitaba, que viniera a interrumpir.

-Buenos días vecino. –Sonrió burlonamente.

-Santiago… -Dije tensando un poco la mandíbula. -justo estábamos yéndonos, ¿no Vane? –La miré para que dijera algo.

-Eh… veras, es que lo invité a correr con nosotros. –Dijo nerviosa, ella sabía que Santiago no me agradaba.

Cuando dijo eso, mi mirada lo recorrió de pies a cabeza, no me había dado cuenta que estaba vestido con ropa deportiva al igual que Vanessa y yo.

Fue la peor mañana de mi vida, Santiago no se despegaba de Vanessa y me hacía bromas cada cinco minutos sobre mi viéndole el trasero a Vane, sí, se había dado cuenta. Y para que mentir, estaba demasiado celoso, ellos dos parecían una pareja de novios y yo… Pues yo parecía alguien que sobraba.

Siempre estás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora