CAPITULO 8 "Besame bebé, se que me deseas"

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HOLA, DISCULPEN POR TARDAR CON EL CAPITULO, HE ESTADO UN POCO OCUPADA. BUENO ESPERO QUE LES GUSTE.

CAPITULO 8

VANESSA

Todo era perfecto, la oscuridad de la noche, la tranquilidad de los árboles, el profundo azul del cielo nocturno y los labios que me besaban. Santiago se alejó un poco de mí y me miró a los ojos esperando que yo dijera algo, pero solo se me ocurría una palabra para decir.

-Bésame. -Dije tímidamente contra sus labios.

-Está bien, pero antes debo decirte algo importante. -Dijo serio.

-¿Qué es?.

Se acercó hasta rozar mi cuello con sus labios y subió hasta rozar mi oído.

-Perdiste la apuesta. -Dijo riendo en mi oído.

Por suerte estaba muy oscuro para distinguir el color de mi cara, porque seguramente era rojo. Me aleje de él un poco viendo como reía, oh esto definitivamente lo pagaría.

-¡Te odio!. -Completamente furiosa empecé a caminar de regreso a la fogata.

-¡Creo que debería ir pensando cómo será tu castigo! -Dijo aun riéndose.

Cuando llegue a la fogata aún estaban jugando así que me senté con Israel y Ana, ambos preguntaron que me pasaba, era evidente mi enojo, pero no les podía decir, ya suficiente tenía con que se hubiera reído de mí ese tonto.

Un par de minutos después de mí llegó Santiago, el idiota todavía tenía su sonrisa burlona en el rostro mientras me miraba.

-¿Me pueden decir que fue todo eso?. -Dijo Ana mirándonos a ambos.

-No preguntes. -Dije mirando fijamente a ningún lugar en específico.

ISRAEL

Después de unos 10 minutos, Vanessa regresó furiosa, yo quise ir a buscarla cuando Santiago se la llevo cargando pero Ana no me dejó. Tenía la cara roja y los labios ligeramente apretados, sus ojos miraban a algún lugar perdido y sus cejas estaban fruncidas. Luego de ella, llegó Santiago, pero él tenía una gran sonrisa en el rostro, lo cual me molestaba mucho.

Me levante de mi lugar y tome el lugar cerca de Vanessa, ella me miró y sus ojos estaban vidriosos, ¿la había hecho llorar ese estúpido?. Una lágrima rodó por su mejilla y su mirada se desvió lejos de mis ojos.

-¿Estás bien? -Dije tomando su mano entre las mías.

-Sí, solo estoy enojada.

-¿Qué te parece si damos un paseo por la laguna?.

Ella sonrió solo un poco y acepto, tomé su mano para ayudarla a levantarse y caminamos hacia la orilla de la laguna.

-Cuando era niño me gustaba ir de picnic con mis padres, siempre íbamos a lugares como este para poder nadar. -Dije mirando la tranquilidad del agua.

-Yo también solía ir de picnic con mi familia, pero desde que nos mudamos paso muy poco tiempo con ellos. -Dijo con la mirada triste.

Nos detuvimos en un sitio sin árboles y lleno de césped, el cielo estrellado se podía ver muy bien desde ahí. Me acosté y palmee el lugar a lado mío para que ella hiciera lo mismo.

-¿Sabes? Desde que te conocí me caíste muy bien pero debo confesarte algo.

-¿Me confesarás tu amor?. -Dije sonriendo coquetamente.

-¡No!

-Pues deberías.

Ella sonrió divertida y negó con la cabeza.

Siempre estás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora