CAPITULO 25 "Yo estaré ahí para consolarla."

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CAPITULO 25

VANESSA

Caminé dentro del lugar con Ana a mi lado y un sentimiento de culpa inundándome. El olor del humo del cigarro me causó un ataque de tos mientras pasaba al lado de un pequeño grupo de fumadores.

Yo no acostumbraba venir a este tipo de lugares, si mis padres se enteraran estaría castigada hasta los treinta y no exagero. Busqué a Carlos con la mirada entre las personas que estaban en el bar y lo vi al fondo con otros chicos. En cuanto su mirada encontró la mía, una sonrisa se formó en su rostro.

Sabía que esto era mala idea, no era correcto venir por venganza.

-Hola chicas, pensé que no vendrían. -Dijo Carlos mientras depositaba besos en nuestras mejillas.

-Cambio de planes. -Respondió Ana.

-Síganme, estamos en la mesa de allí. -Señaló el lugar donde lo había visto hace un minuto.

-Estas muy callada Vane.

-Eh... lo siento, estaba pensando en otras cosas.

-¿Todo está bien? -Me miró preocupado.

-Claro, todo bien. -Sonreí.

Sé que no lo convencí, pero agradecí en verdad que dejara de hacer preguntas. Lo que menos deseaba en ese momento, era dar explicaciones a mi ex novio.

En la mesa estaban algunos de los amigos de Carlos y algunas chicas también, me senté entre Carlos y Ana mientras saludaba a todos. La primera hora pasó lenta e incómodamente, yo no encajaba en ese lugar, no bebía, no fumaba y no compartía sus temas de conversación. Con cada minuto que pasaba, me preguntaba que estaría haciendo Santiago. ¿Había intentado algo su ex novia? ¿Tenía ella una mejor relación con la madre de Santiago que yo? ¿Estarían solos en su habitación?

-¿Vane? -Preguntó Carlos.

-Disculpa, ¿Qué dijiste?

-Te preguntaba que si quieres algo de beber. -Dijo divertido.

-Oh... Es que yo no bebo.

-Lo sé, pero no creo que te haga mal un trago.

Pensé en lo que dijo unos segundos, quería distraerme un poco y un trago no me haría mal. Solo sería uno.

-Está bien. -Sonreí.

Todos me miraron atentamente mientras Carlos servía tequila en un pequeño vaso y me lo ponía en frente. Rieron por mi cara de susto y luego esperaron a que lo tomara.

Incliné la cabeza hacia atrás mientras el alcohol bajaba por mi garganta dejando una sensación de ardor a su paso. Hice muecas mientras dejaba el vaso vacío en la mesa causando la risa de todos.

-¿Quieres otro? -Preguntó Carlos.

Pensé mi respuesta unos segundos, Ana me estaba mirando mal y sabía que no debía beber mucho porque tenía que conducir.

-No, gracias.

-Solo uno más. -Dijo un chico al otro lado de la mesa.

-Solo será uno más. -Lo apoyó Carlos.

Supongo que uno más no me haría mal. -Sonreí ignorando la mirada de Ana.

Algunos vasos de tequila más tarde estaba riendo de cualquier cosa pareciendo estúpida. Ana también había bebido, después de mi segundo trago la habían convencido.

Me levanté para ir al baño y sentí que el piso se movía, lo cual me dio más risa. Caminé tambaleándome hasta el baño y saqué mi teléfono, tenía muchas ganas de hablar con Santiago y extrañamente me sentía más valiente que de costumbre.

Siempre estás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora