Capítulo 11.

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Domingo, doce de junio...

Carlos.

La misma sensación de paz y tranquilidad al igual que la noche en Mónaco me invade en cuanto los pequeños brazos de Paula me rodean. Me hace sentir tan bien.

Es como estar en casa...

—Te busqué después de saber lo que pasó.—Dice Paula en voz baja. Es tranquila, y relajante.—Pero después de las entrevistas que..

Sí, después de las entrevistas me largué porque necesitaba estar solo. Pensar con la cabeza fría y no culpar a nadie o pelear con cualquier idiota que se me atravesara, y mucho menos hablarle de una mala forma a la pequeña castaña que está en mis brazos justo ahora. Logré verla entre toda la gente, sus bonitos ojos ámbar estaban puestos en mí mientras respondía a las preguntas de la entrevistadora...sentir su mirada sobre mí fue lo único que me ayudó a soportar algunos comentarios hirientes de algunos fans tóxicos. El que más repetían: "Está donde está solo por ser hijo de...y con esto solo lo demuestra más" "Siempre sale con sus excusas: que sí es el aire, que sí es esto, lo otro..."

—Logré verte, pero necesitaba estar solo.—Logro decir antes de que esas palabras invadan nuevamente mi mente.—Lo siento, debí decírtelo y no solo desaparecer de la nada.—Murmuro sobre su cabello, y cierro los ojos disfrutando de su delicioso aroma a Jazmines.

—Entiendo, no tienes porqué disculparte.—Abro los ojos al sentir como se remueve entre mis brazos, estoy por replicar pero ella agrega:—Vayamos adentro.

La dejo escabullirse de mis brazos y asiento con la cabeza. Por un momento había olvidado que aún estábamos en el pasillo del hotel.

Sonríe y se acomoda un mechón de cabello algo avergonzada cuando mi mirada se posa en ella. Quizás porque su cabello está despeinado, tiene los ojos hinchados y lleva puesta una playera negra de Batman que le llega hasta las rodillas. Le queda enorme.

—Linda playera.—Mis palabras solo causan que se sonroje y entorne los ojos.

—Gracias. Es de mis favoritas.—Ladea la cabeza y sonríe falsamente.—Ahora pasa que no quiero que los otros huéspedes se deleiten con mi bonita playera.

—Vale. Me siento afortunado al saber que solo me permites a mí deleitarme con esas vistas.

No, en serio lo hago.

—Parece que tu humor ha mejorado, Chili.

Gira los ojos y se hace a un lado para dejarme pasar. Todo luce como la última vez que estuve aquí, cuando traje las flores. Tiene todo perfectamente ordenado que da miedo...Bueno, no tanto, porque a mí también me gusta ser organizado.
Lo único fuera de lugar son las sábanas que están tiradas en el suelo al lado de la cama. Subo la mirada del suelo a la mesita de noche y sonrío al ver las flores blancas que le regalé; están dentro de un pequeño florero redondo de cristal que no sé de dónde sacó y les ha quitado el listón blanco que las mantenía hundidas. Lucen hermosas, brillantes y delicadas como ella.

Me sentí bastante inseguro al llegar a su puerta con solo ese ramo de flores, temía que le pareciera poca cosa o algo por el estilo. Pero al ver en sus ojos ese brillo de sorpresa y felicidad sincera cuando le mostré las flores esfumó cualquier sentimiento negativo e infló mi pecho de orgullo y placer cuando esbozó esa gran sonrisa antes de dejar varios besos en mi mejilla.

Por eso, antes de irme esa noche de su habitación, tomé una pequeña flor sin que ella se diera cuenta para saber cuando estas empiecen a marchitarse y tenga que comprarle más. Sin duda alguna es algo que haría todos los días si eso significa verla siempre sonriendo.

—Y, ¿puedo saber dónde estabas? Es casi medianoche, te pudo haber  ocurrido algo. ¿Era un lugar seguro, al menos?—La voz de Paula me saca de mi ensoñación.—No es que quiera ser entrometida, o algo así...—Se agacha a recoger la sábana del suelo y la avienta sobre la cama sin mucho cuidado mientras sigue parloteando.—¡No! ¿Sabes qué? Mejor no contestes. No quiero ser algo así como encimosa y agobiarte.—Se sienta en la orilla de la cama y resopla.

—La última hora estuve sentado frente a tu puerta dudando si debía molestarte o no.

Levanta la cabeza, tiene una expresión de indignación en el rostro.

—¿Qué? ¿Molestarme? Claro que no. Te dije que podías venir a mí cuando quisieras. Quizás no soy muy buena dando consejos, pero sí escuchando. Ven aquí.—Palmea el lugar vacío a su lado.

Dudo en acercarme, pero me rindo y hago lo que me pide.

Como la vez en España, toma mi mano y le da un apretón en señal de apoyo; eso y las leves caricias que me da en la espalda son todo lo que necesito para desahogarme por lo de esta tarde y los comentarios que recibí.

...

—¿Entonces por qué has dejado tu vida en México sólo por venir aquí?

Me dejo caer de espaldas en la cama con los pies colgando a los pies de esta. Después de hablar sobre mi, me di cuenta de que no sabía casi nada de Paula y he terminado preguntándole sobre su vida en México. Pues resulta que es arquitecta paisajista y trabajaba para un estudio muy importante ahí, pero lo ha dejado solo para aceptar este trabajo de cuidar de Jack. Algo que no tiene mucho sentido para mí...

Noto como se tensa a mi lado y traiga grueso antes de contestar.

—Quería probar otro ambiente.—Hay algo en el tono de su voz que no me convence.—Digamos que tenía un jefe algo difícil y empezaba a estresarme.

La miro de reojo; tiene la mirada perdida en algún punto del techo. ¿Qué escondes, Paula?

—No suena lógico.

—¿Por qué?

—Porque dijiste que eras buena, y tenías tu primer proyecto en puerta...

—Es que ese es el punto: soy buena en lo que hago, pero no es algo que me apasione. ¿Me entiendes? No, es imposible que me entiendas.

—No estoy seguro...

—Toda mi vida allá era algo que no deseaba. Era lo que debía ser y no lo que me gustaría.

—¿Huiste para empezar de cero?—Indago y frunzo el ceño.

¿Tan mala era su vida antes?

—Algo así.—Murmura finalmente.

—Sé que no llevamos mucho tiempo conociéndonos,—Mi mirada se posa en ella y busco a tientas su mano hasta encontrarla y darle un apretón como ella lo hace conmigo en señal de apoyo.—pero me gustaría que me tuvieras la suficiente confianza como para contarme por qué quieres empezar de cero, quiero saber lo que te molesta, lo que te frustra y lo que quieres ser realmente.


Si alguien sigue aquí:
Re volátiles que son estos dos, ¿verdad? Empiezan hablando de una cosa y terminan hablando de otra. Pero bueno...Ya era hora de saber más cosas de Paula y la vida que tenía.

Algo corto y de relleno más que nada...siento si esperaban algo más intenso o interesante. Pero díganme que les parece y yo trataré de mejorar o cambiar algunas cosas.

Espero me lean pronto. Bye. <3

Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora