Capítulo 26.

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*Un pequeño cap para recuperarnos un poco de las noticias del día de hoy. Fue un día muy movidito, ¿eeeh?


—Me gustaría volver a pintar.

Mi abuela me mira y una de sus cejas se eleva. Le sorprende que le diga esto.

—Hace mucho que no lo hago.—Agrego al ver que no dice nada y solo se me queda viendo con un pincel en la mano.—Ya hasta olvidé el olor de la pintura fresca sobre el lienzo y lo que se siente tener un pincel entre las manos.

Ella por fin me muestra una sonrisa y se levanta del banquito donde está. Se viste como una hippie, pero siempre trae el cabello y las uñas bien arregladas, aunque su ropa larga y ancha diga lo contrario.

—Voy por pinturas...

—No, no es necesario. Con las que están aquí bastan.

No entiendo por qué ir por más cuando hay un montón de tubos en la mesita a su lado.

—Sí, pero esas son viejas y tóxicas. Necesitas unas... Más naturales.

Frunzo el ceño.

—Más naturales.

—Exacto. Ahora regreso. En mi habitación tengo unas que te servirán.

Aprovecho para echar un vistazo a lo que está pintando. No entiendo muy bien las figuras de color neón que hizo, pero supongo que para ella algún significado tendrán.

La tarde la pasamos pintando cualquier cosa que encontramos por ahí. Solo líneas sin sentido en colores diferentes. Fue agradable volver a compartir esa pasión con mi abuela.

•••

—¡Ya está aquí!

Me apresuro a meter el pastel en el horno y luego me quito los guantes de cocina. Me preocupo en arreglar mi cabello, pero me digo que ya lo tiene caso si Carlos ya me ha visto así o peor. Así que solo me apresuro a abrir la puerta dejando a mi abuela en la cocina vuelta un manojo de nervios.

—¡Hola!

—Preciosa. Te extrañé.

Inmediatamente me lanzo a sus brazos y él me recibe gustoso. Deja varios besos en mi nariz, labios, frente, mejillas. La barba qué tiene de días me pica un poco y me hace reír.

—Oye, oye. Espera... Me pica.

—Hum. Lo siento, cariño.

—Yo también te extrañé.—Me pongo de puntillas y dejo un último beso en su barbilla antes de invitarlo a entrar a la casa.

—¡Aah! ¡Qué alegría! ¡Ya estás aquí!

No alcanzo a ver de donde viene mi abuela, en cuanto me doy cuenta ya está abrazando a Carlos.

—Soy Carlos Sainz, mucho gusto señora.

—Yo soy Marcela. Solo dime. Marce. De solo verte me has caído bien, Carlos. Pero eso no quiere decir que no te voy a interrogar en la cena. Más te vale que vayas pensando en qué me dirás.

—Y-yo...

Sin dejar responder a Carlos mi abuela entra nuevamente a la cocina dejándonos solos.

—...creo que ya le agrado.

—Sí, Carlos. Eso dijo. Ven, te voy a mostrar tu habitación.

—¿No vamos a dormir juntos?—Su tono roza la indignación, lo que me hace reír.

—¡Oyee! Dice que no quiere que profanemos su casa.

—Vale, vale.

La habitación de Carlos queda justo frente a la mía. No es la gran cosa, es bastante básica; solo hay una cama, un closet y una mesita de noche.

Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora