La familia que vamos a ser.—¿Estás segura de que quieres hacer esto?
Obervo la puerta doble de madera oscura frente a mí, con duda. Carlos está parado a mi lado sosteniéndome de la mano, esperando mi respuesta. Miro nuestras manos entrelazadas, y luego obervo la que tiene el yeso. No me hace falta más tiempo para saber la respuesta, es muy obvio.
—N-no...—Niego lentamente con la cabeza.—No quiero. No quiero que él me vea de esta manera. Si entro con la mano enyesada, él creerá que ganó, que me hizo daño. Y no voy a darle esa satisfacción.
Aun no estoy del todo recuperada, me falta mucho para volver a ser la Paula de antes. Mi rostro está pálido y parece que en los días que estuve en el hospital envejecí diez años. Cuando vea a James quiero estar radiante y que vea que lo que hizo no me afectó.
—Está bien. Voy a hablar con mis abogados y tu padre para que se encarguen de eso. ¿Sí?—Besa mi frente.—Nos iremos a casa.
—Sí.
Esbozo una sonrisa cansada y empezamos a caminar a la salida del edificio. Afuera un auto nos espera con un montón de guardias de Carlos. No pudimos ocultar todo lo que pasó, alguien filtró lo de James y lo del nuestro bebé y desde entonces no hay día en que la prensa no nos siga a donde vayamos.
No he querido entrar a Internet por la cantidad de fotos que voy a encontrar de nosotros, y, si veo eso por toda la red, solo lo hará más real. Bien dicen que todo lo que se sube a Internet se queda ahí para siempre, y no quiero pensar en eso. No quiero torturarme más pensando en cómo le voy a explicar a mi bebé todo esto que pasamos mientras estaba en mi vientre, me conozco bien, y sé que me voy a hundir más.
–Ya no pienses en esto, Paula. Sé que es duro, pero te prometo que lo vamos a superar. Juntos. Como la familia que vamos a ser.
—Yo también pienso eso.—Sonrío y aprieto su mano.—Quiero olvidarlo y empezar una nueva vida con ustedes. En cuanto me recupere del todo voy a volver para cerrar esta puerta y nunca volver a abrirla.
Carlos me toma de las mejillas y deja un beso en mi frente que tarda unos segundos. Suspira y me pasa los brazos por la espalda, atrayendome a él.
—Te prometo que voy a dar todo de mí para hacerte feliz, Paula.
Carlos.
Semanas después...
—Hablé con algunas personas, Carlos.—Me explica mi primo mientras caminamos por un pasillo largo y oscuro.—Tienes un par de minutos.
Hago las manos en puño al ver una puerta de metal al final del pasillo, mi corazón late rápido contra mi pecho debido a la adrenalina que me embarga.
—Ábrala.—Le ordeno al guardia que viene detrás de nosotros. Observo con la respiración pesada como hace lo que le digo, en silencio.
Mi primo intenta adentrarse en la habitación, sin embargo, llevo mi mano a su hombro y lo empujo contra la pared.
—Tú te quedas.
Me ve con la boca abierta. No le doy tiempo a replicar, porque entro a la habitación y cierro la puerta de metal ocasionando un chirrido.
—¡¿Tú?!—Doy media vuelta y observo con una expresión imperturbable como un hombre se levanta del suelo a la defensiva.—¡¿Qué diablos haces aquí?! ¿Qué? ¿Tienes más vidas que un gato?
—Hola, James.—Sonrío, burlón. Con las manos unidas a mi espalda.—¿No te alegra verme?
—No estuvieron en el juicio...—Escupe, puedo ver un atisbo de rabia en su mirada, pero no se atreve a dar un solo paso hacia mí.—Se supone que deberías estar muerto.
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Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)
AcakPEQUEÑO FIC DE CARLOS SAINZ, MI ESPAÑOL FAVORITO. Cuando Paula acepta el trabajo de niñera del hijo del director de la escudería Mercedes, es consiente de que tendrá que estar rodeada de los hombres más guapos y codiciados por las chicas: los pilot...