Capítulo 8.

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                             GP Mónaco

          

—Suerte, lo harás genial.—Le digo a Carlos antes de lanzarme a sus brazos y dejar un casto beso en su mejilla.—Recuerda lo que hablamos en España.—Susurro en su oído para tratar de relajarlo e intento separarme de él, pero sus brazos rodean mi cintura y en lugar de soltarme se aferran más a mí. 

Y eso por alguna razón me hace sentir las famosas mariposas en el estómago. ¡¿Pero qué mierda?! Ni siquiera sabía que existían, y es por eso que mejor debería alejarme de él... 

—Un segundo más, por favor.—Murmura bajito con la barbilla sobre mi cabeza. Nuestros cuerpos encajan tan bien, que es como si estuvieran hechos el uno para el otro. Recargo la cabeza sobre su pecho y puedo sentir su corazón latir rápidamente en mi oído al mismo tiempo que su pecho sube y baja con pesadez. Me hace sentir tan cómoda en sus brazos que quisiera quedarme aquí para siempre, es increíble el calor y protección que transmiten...—¿si hoy subo al podio prometes ir a celebrar conmigo? 

Gracias al cielo su voz me saca de mis pensamientos ridículos y me hace regresar a la realidad, donde hay gente que probablemente en este momento nos esté mirando con curiosidad por la confianza con la que Carlos me abraza. Y la verdad no me sorprende ni se me hace nada raro porque en estos días nos hicimos más cercanos que antes. Digamos que Carlos era la única persona que se tomaba el tiempo para comer  conmigo, hablar sobre cualquier cosa y hacerme reír cuando me veía sola en el hotel con Jack mientras todos estaban demasiado ocupados saliendo de fiesta por ahí y disfrutando de lo que Mónaco puede ofrecer. Y no estoy diciendo que sea malo que no me  presten atención, si no que aún no entiendo porque lo hacía cuando podía estar divirtiéndose por ahí como los demás. 

—¡Iré escogiendo lo que usaré!

—¿Tan segura estás de que lo logre?

—Por supuesto. Así que ahora sube a ese auto y haz lo que mejor sabes hacer. ¡Consigue ese lugar en el podio!

Dejo un último beso en su mejilla que él gustoso acepta antes de separarnos y acomodar el cuello del traje rojo de Ferrari.

—¡A por ello!—Exclama levantando el puño con energía y en un acento español muy marcado. 

—¡A por ello!—Repito divertida su acción.—Nos vemos al terminar la carrera.—Sonrío y él también lo hace.

—Nos vemos después.—Dice bajito con una sonrisa sin dejar de mirarme. Y eso me empieza a poner nerviosa, es que tiene una mirada que... 

¡Dios! ¡¿Por qué tiene que ser tan atractivo?! 

—Carlos, ya tienes que ir a tu lugar.—La voz de su primo lo hace apartar la mirada de mí y asentir hacia él.—¡Ya!—Agrega al ver que Carlos no tiene intención de marcharse.

El piloto rueda los ojos y resopla, exasperado.

—El deber me llama.—Me dice, ignorando a su primo que está a su lado con una expresión de irritación por la poca atención del piloto. 

—Ve por ese lugar en el podio y... 

—¡Ay! Por favor. ¡Es suficiente! Paula, disculpame, pero tengo que llevarmelo. Después de la carrera puedes tenerlo el tiempo que quieras, pero por ahora me pertenece.—Exclama apresurado antes de tomar a Carlos del brazo y llevárselo a la fuerza. 

Carlos me da una mirada de "lo siento" mientras su primo lo aleja de mí. Yo levanto el pulgar en un último intento para animarlo antes de que Jack llegue a mí y se abrace a mis piernas. 

—Así que apoyando al piloto de la escudería rival, eh.—Aparto la mirada de Jack y la centro en su padre que me mira con una ceja enarcada.—¡Es alta traición! ¿Debería despedirte? 

No puedo evitar sobresaltarme al escucharlo alzar la voz antes de que suelte una risa burlona por mi expresión de susto. Vale. Solo está bromeando. Y no es una broma que me dé risa, por cierto. Me gusta hacer bromas, pero cuando me las hacen a mí no son divertidas. 

—Debiste ver tu cara.—Suelta inclinándose hacia adelante mientras se toma del estómago y se ríe a carcajadas. 

¿Toto Wolf bromeando? ¡Se va a morir un burro!

—Y tú debes ver tu cara de miedo cuando haces enojar a mami, papi.—Se mofa Jack y levanta la mirada hacia mí para guiñarme un ojo con complicidad. 

Yo reprimo una carcajada al ver como su padre detiene su risa y se pone serio porque sabe que es verdad que le teme a Susie cuando se enoja. 

—Niño traicionero.—Masculla antes de empezar a caminar a su zona de trabajo, pero se detiene a medio camino para agregar:—No es cierto, hijo. Sabes que te amo. 

—Lo sé.—Le responde Jack encogiendo los hombros con chulería. 

... 

¡Gana Pérez, gana México el gran premio de Mónaco, señoras y señores! 

Desde un lugar alejado de las cámaras y la gente, Susie y yo observamos como Checo recibe el trofeo del primer lugar arriba del podio y lo levanta con euforia seguido de los aplausos y gritos del equipo de Red Bull y algunos mecánicos de Ferrari que se alegran por el triunfo del mexicano. 

Cuando Carlos recibe el suyo, y desde su lugar en el podio me ve, levanto el pulgar en aprobación y una sonrisa de satisfacción se extiende por mi rostro al verlo más contento y motivado que la vez que estuvimos en el Gran premio de España. Confío en él y sé que tarde o temprano lo estaré observando en el primer lugar; ya sea en el GP de España o en algún campeonato de pilotos.

Pero no logro concentrarme del todo al recordar lo que le prometí al inicio de la carrera. Acepté celebrar con él aún cuando ni siquiera sé si tendría la tarde libre. 

—Me invitó a celebrar con él si lograba subir al podio.—Suelto lo que toda la mañana me estuvo carcomiendo la cabeza y parto la mirada del español para posarla en Susie que me mira interesada para que continúe.—Sí, sé que quizás me adelanté un poco y debí contártelo antes de aceptar para ver si tendría tiempo, pero es...

—Sabes que no hay problema, Pau.

—¿En serio? Es que quizás quieras que me encargue de Jack porque ustedes saldrán, y no tengo problema porque ese es mi trabajo...

—No, de hecho pasaremos la tarde con él. Así que tienes la tarde y la noche libres. Ve a divertirte un rato,—Sonríe y se acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja antes de darme un apretón en el hombro.—lo mereces. Después de todo, querías un poco de libertad, ¿no? 

Lo único que hago es asentir con la cabeza a modo de respuesta antes de que el himno de México empiece a sonar y no nos deje decir más.

Al terminar la ceremonia, camino entre toda la gente hasta acercarme al lugar donde está Carlos dando unas entrevistas. Me mantengo cerca, pero no lo suficiente como para que la cámara me capte o mi presencia interrumpa el momento. Cuando termina de hablar, su mirada se desvía a dónde antes estaba y al no verme ahí y solo ver a Susie frunce el ceño confundido y empieza recorrer el lugar con la mirada.

Al verme parada a su lado a unos cuantos metros de él, camina rápidamente hacia mí con la botella de champagne en una mano y en la otra el trofeo.

—Te fue bien, eh.—Digo desinteresada al tenerlo frente a mí.

—Y como yo cumplí con lo prometido ahora te toca a tí.—Levanta ambas cejas, juguetonamente.—¿Ya elegiste lo que usarás, guapa? 

No me pasa desapercibido su tono coqueto y la mirada que me da. ¡Maldición! Mucho menos su "guapa" con un acento español como el de él.

Si siguen aquí:

Espero que no les haya aburrido el capítulo, porque yo lo sentí muy meh...Pero no se preocupen que planeo editarlo.

Probablemente a partir del lunes empiece a subir caps más interesantes.
Debo decir que las cosas van a empezar a ir más rápido porque planeo que la historia no tenga más de treinta capítulos. Creo que eso es todo. Bye.  <3

Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora