Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)

Capítulo 30.

¡El gran día ha llegado! Carlos va a correr en el gran premio de México, ¡desde la primera posición! Y según sus ingenieros, podemos tener otra victoria como en Silverstone. La vida da muchas vueltas, pone en nuestro camino cosas que ni siquiera pensamos hacer; hace un año, no tenía ni idea de fórmula uno y, ahora, sé lo suficiente y salgo con un piloto. ¡Qué loco! Nos pasan cosas que nunca imaginamos que nos pasarían.

—¡En diez minutos los quiero arriba del monoplaza!—El grito de Mattia me devuelve a la realidad.

La carrera está por comenzar, y cada miembro del equipo empieza a tomar sus posiciones listos para darle una victoria al equipo.

—¿Me verás desde el podio?—Me acerco a Carlos y le rodeo la cintura con los brazos.

Estamos en su garaje y pronto subiré al restaurante que está arriba de boxes para disfrutar de la carrera con Charlotte, Jack y una nueva amiga que hicimos en Austin: Heater.

—Solo si tengo obtengo la victoria.—Carlos sonríe y acaricia mi cintura de arriba abajo sobre el vestido blanco que llevo puesto. Un regalo que me dio ayer.—¿Puedes tener cuidado? Por favor. Hay mucha gente.

—Carlos, eso me dijiste ayer. ¡No pasará nada!

—Perdón.—Besa mi cabello.—Estoy un poco paranoico. La carrera y todo...

—Está bien.—Me pongo de puntillas y beso su barbilla.—Solo concéntrate en ganar la carrera. ¿Sí? Mi padre llegará en cualquier momento, así que no voy a estar sola.

—¡Joder! ¡No me pongas más nervioso, Paula!

No puedo evitar reírme de él. Desde que le dije que hoy conocería a mi padre no ha parado de decir la palabra Joder. A ver, que tampoco es muy normal conocer al suegro y al mismo tiempo decirle que estamos embarazados. Estoy segura de que mi padre va a reaccionar muy bien, después de todo estoy muy feliz con Carlos y con el bebé que dudo mucho que se moleste. Es lo que todos los padres quieren, ¿no?: ver felices a sus hijos.

—Todo saldrá bien.—Mis manos viajan por su pecho hasta sus hombros y doy un masaje qué lo hace soltar un gemido.—Vas a ganar esta carrera, mi padre te amará y luego le diremos la maravillosa noticia de que lo vamos a hacer abuelo.

—Y por la noche tu y yo viajaremos a Tulum.—Pica mi nariz con su dedo índice y yo contraigo el rostro.—Te tengo una sorpresa.

—Tienes que subir al monoplaza ya, Carlos.—Le dice uno de los mecánicos.—Pero te dejaré dos minutos más en lo que le hago unos ajustes...

Es el mismo que se me acercó cuando conocí al padre de Carlos. Sí, estoy segura.

—Está bien. Gracias, tío.

Nos guiña un ojo a ambos y yo solo los despido con una sonrisa tensa. No hablo mucho con los miembros del equipo, por eso no me siento en confianza con él.

—¿Es nuevo?—Le pregunto a Carlos, refiriéndome al mecánico.—No lo había visto antes.

—Sí. Mattia hizo unos cambios desde el accidente en Francia.

Ese maldito accidente. Aun tengo pesadillas con él. Miro con desconfianza al mecánico como se aleja hablando por teléfono hasta llegar al monoplaza de Carlos.

—No es momento de hablar del mecánico. Te digo que te tengo una sorpresa.—Me recuerda.

—¡Me encantan las sorpresas!

—Hice una lista de cosas que quiero hacer contigo mientras estemos en México...

—¡¿La puedo ver?!