—De acuerdo,—Mascullo de malas. Mi cuerpo flota suavemente en el agua y Carlos se acerca a mí.—tienes razón. Lo siento.—Comento desviando la mirada de él.
¿Ya mencioné lo bien que se ve con el cabello mojado cayendo sobre su frente?
Sí, eso. Y no queremos distraernos.
—Disculpa aceptada.—Me sonríe con la boca cerrada antes de agregar banalmente:—No sabía que te hospedabas aquí.
—Quizás porque ni siquiera sabías de mi existencia.—Bajo la cabeza y jugueto distraídamente con el agua al sentir como su calor corporal choca con mi pecho.
—Creí que te volvería a ver hasta el gran premio de España cuando ya no te vi en la ceremonia del podium. ¿No estuviste ahí?
—Claro. Es solo que Jack y yo nos mantuvimos alejados y entre tanta gente es obvio que no nos vieras.
Él asiente.
—Es cierto.—Ladea la cabeza y una sonrisa burlona se dibuja en su rostro..—Y a eso sumándole tu estatura es casi imposible notarte.
—¡Oye!
Lo miro con los ojos entrecerrados y luego lo empujo hacia abajo del agua. Iniciamos una clase de guerra en la que uno intenta hundir al otro y las risas escandalosas no tardan en hacerse presente haciendo eco en todo el lugar oscuro y vacío. Ni siquiera sé cuando entramos en esta clase de confianza, pero es tan genuina y sincera que me agrada.
—No me has felicitado por mi segundo lugar, por cierto.—Recuerda y me salpica agua en la cara haciéndome abrir la boca y cerrar los ojos.
—Pues no lo haré porque has ofendido mi poderosísimo metro cincuenta y cinco.—Le espeto devolviéndole su acción.
—¿Metro cincuenta y cinco?—Exclama con una expresión de diversión en su rostro.—Es menos de lo que imaginaba.
—Pues tampoco es que tú seas muy alto, así que no estás en posición de burlarte de mi estatura.—Canturreo y luego le doy la espalda para nadar a la orilla. Ya he pasado suficiente tiempo en el agua y empiezo a sentir como mi piel se arruga.
—No porque sí lo estuviera perdería mucha ventaja durante las carreras.—Siento como el agua se mueve debido a que él viene detrás de mí.—Aun así te gano más de veinte centímetros.
Llego a la orilla de la piscina y salgo para después tomar mi toalla y cubrir mi cuerpo con ella. En cuanto me vuelvo hacia Carlos para responderle lo encuentro saliendo del agua.
—Pues tú me ganarás más de veinte centímetros, pero si yo fuera piloto de Fórmula Uno te ganaría con la estatura y peso que tengo. ¡Ja! Ahora sí: ¿Quién le gana a quién?—Me cruzo de brazos y lo miro con una ceja elevada.
Él tensa la mandíbula y desvía la mirada al agua.
—No voy a discutir eso, porque probablemente tengas razón.—Me señala descuidadamente con el dedo índice y se acerca a la tumbona a mi lado para tomar una toalla y empezar a secarse el cabello.
Juro que intento evitarlo, Dios. En serio no quiero hacerlo, lo juro, pero como si mis ojos tuvieran vida propia recorren los brazos flexionados de Carlos por el movimiento que hace al pasar la toalla por su cabello, se desvían a su abdomen algo definido y bronceado hasta detenerse en donde empieza el dobladillo de su short.
No, Paula. Aleja la mirada de ahí.
Le hago caso a la vocecilla en mi cabeza y desvío la mirada a mi vestido arrugado sobre la tumbona. Ignorando a Carlos para tratar de disimular y no descubra mis pensamientos, tomo mi vestido y decido ponermelo. Al ver que él está ocupado enviando un mensaje en su teléfono y no tengo nada que deba ocultar, le doy la espalda y dejo caer la toalla de mi cuerpo para después proceder a ponerme el vestido.
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Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)
RandomPEQUEÑO FIC DE CARLOS SAINZ, MI ESPAÑOL FAVORITO. Cuando Paula acepta el trabajo de niñera del hijo del director de la escudería Mercedes, es consiente de que tendrá que estar rodeada de los hombres más guapos y codiciados por las chicas: los pilot...