Capítulo 32.

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Estoy tan agotada de todo, que me arrepiento de haber dicho que no quería que me sedaran. No supe lo afortunada que era antes de despertar.

—Vine en cuanto me dijeron lo que pasó...

Charlotte lleva más de media hora hablando, sin embargo, no he escuchado ni la mitad de lo que ha salido de sus labios. Mi mente ahora no está funcionando de manera correcta.

Carlos murió, Princesa.

No. Aun me niego a aceptarlo. Nos prometimos muchas cosas, y la vida no puede ser tan cruel con nosotros. El camino no nos puede juntar para después dejar que el destino nos  separe.

—¿Paula?

—Paula.

Trato de alejar mis pensamientos, y giro el rostro a la derecha para ver a Charlotte sentada en una silla al lado de mi cama. Me observa con preocupación, aunque trata de disimularla con una sonrisa de boca cerrada.

—Sí.—Mi voz sale débil, y baja.

—Que el médico tiene que hablar contigo, amiga.

Mis cejas se hunden, y no soy consciente del médico hasta que giro el cuello a la izquierda y lo veo parado observando uno de los aparatos que muestra mis latidos. Es una persona mayor, con el cabello canoso bien peinado hacia atrás y algo encorvado.

—Perdón, doctor. No me di cuenta de que estaba aquí. Lo siento.

—Olvídelo.—Hace un gesto desdeñoso con la mano y se acomoda los lentes sobre el puente de su nariz.—Tengo algo muy importante que decirle, ayer ya no pudimos hablar por obvias razones...

Deja las palabras en el aire y le da una mirada significativa a mi amiga.

—Voy a salir un momento. ¿Quieres que llame a tu padre o a tu abuela?

Niego, despacio. Me incorporo con mucha dificultad y Charlotte se apresura a acomodar la almohada para que pueda recargarme en ella.

—Permiso.

Sale de la habitación cerrando la puerta tras de sí y el silencio se hace presente entre el médico y yo.

—No es necesario que lo...

—Es muy necesario. Creame.

Me muestra una sonrisa amplia y yo frunzo el ceño, desconcertada. No tiene porque mostrar una actitud tan positiva ante un hecho tan desagradable.

—La visita de ese hombre indeseable,—Se aclara la garganta.—Perdón. De eso que pasó. No hizo nada más que agrandar este momento tan desagradable.

—No entiendo.

—Que el sangrado que tuvo no fue tan grave como para creer que perdió al feto...

—¡¿Qué?!

Sin poder evitarlo las lágrimas mojan mis mejillas y mi corazón acelera sus latidos haciendo que la máquina emita un sonido más rápido. Debe ser un milagro.

—El sangrado lo provocó la tensión del momento, pero le repito, no fue tan grave. El que llevara un vestido blanco lo hizo ver como algo más escandaloso.

Las lágrimas se deslizan hasta mi barbilla y yo no hago nada para detenerla, acaricio mi vientre con mi mano sana y sonrío a través de las lágrimas.

—¿M-mi b-bebé está...bien?

El médico asiente con la cabeza y sonríe ampliamente.

—De momento está estable, como ya le dije, actuaron de manera inmediata, y pudimos hacer algo por ambos. Solo tiene que guardar reposo, pero ya le daré las instrucciones en cuanto le den el alta.

Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora