Capítulo 20.

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—Con cuidado, por favor.

Casi me da un paro cardíaco al ver a Carlos levantarse de la cama como si nada. Los doctores dijeron que todo estaba bien con él, qué no había sufrido ningún daño. Pero aún así me siento con la necesidad de cuidarlo.
Suele ser un poco terco a veces.

—Estoy bien.—Me interrumpe con una risilla.—Puedo hacerlo solo.

—¿Seguro?

Asiente con la cabeza y toma su ropa de la camilla del hospital.

—Estaré detrás de la puerta por cualquier cosa, ¿de acuerdo?

—Vale.

Entra al baño y pasando unos segundos no escucho nada y empiezo a preocuparme.

¡Ay no, ¿y si se cayó o algo?!

Uno no tarda tanto en cambiarse, ¿verdad?

—Carlos.—Toco un par de veces la puerta con mi puño.—¿todo bien? ¿Necesitas ayuda en algo?

—Eeh sí.—Suena como si estuviera haciendo fuerza con algo.—Bueno...—Se aclara la garganta y me sorprendo cuando la puerta se abre de golpe y Carlos asoma la cabeza.—Es que...

—¿Qué pasa?—Pregunto asustada.

Pudo haberle pasado algo en un instante....

—¿Me ayudas con el zipper del pantalón?

Asiento con la cabeza, algo confundida y entro al baño con él.

—¿Se atoró?

—Creo. Me duele un poco la mano y no puedo manipularlo bien.

—Déjame ver.

Me pongo de rodillas frente a él y levanto un poco la bata qué aún cubre su torso y le llega un poco más abajo de los muslos.

—Sostenla.

—Vale.

Intento subir y bajar el cierre un par de veces para aflojarle, pero son en vano porque está demasiado duro y temo romperlo o machacarle algo a Carlos.

—Lo haré un par de veces más, grita si te lastimo.

Responde con un "Ajam" y es mi señal para hacerlo más rápido y con fuerza. La bata se baja y me impide ver bien lo que hago.

Ay, pero sí le dije que la sostuviera bien.

—Carlos, sube la bata.—Ordeno al mismo tiempo que muevo el ziper.—Est-esto está...¿Cómo lo atoraste?

—No sé...Deja me la quito.

—Claro...¡¿Qué?!

Cuando menos me doy cuenta lo tengo desnudo del torso frente a mí. Frente a una Paula qué está de rodillas, casi manoseandole la entrepierna. Y hasta ahora me doy cuenta de lo mal que se ve eso.

Las manos me empiezan a temblar y a sudar debido a los nervios. Y me alegra saber que no soy la única afectada ya qué la respiración de Carlos se empieza a hacer más pesada.

No pensé bien lo que hacía, lo juro.

Cuando me arrodillé frente a él no se me pasó por la cabeza que estaríamos en esta situación.

—Te prometo que no estoy pensando en cosas raras.

—Más te vale.—Le advierto.

Deseando ya acabar con este momento que cualquiera podría malinterpretar, jalo con fuerza el zipper.

—¡Cuidado! Casi me muerdes la entrepierna.—Se aleja sobresaltado.

Ruedo los ojos.

—Pues es que ya me duelen las rodillas y tú no dejas de moverte. Te dije que te quedaras quieto.

—Joder...

—Hay que lubricarlo con algo...—Resoplo ya cansada.

Las rodillas me arden y no creo que pueda sostenerme así más tiempo. El bendito zipper no ayuda.

Respiro hondo y tomo fuerzas para desatorarlo ya de una vez. Será mi última oportunidad, ese estúpido cierre no me va a derrotar.

—Lo haré rápido y con fuerza.

—Paula.—Advierte algo temeroso.—P-paula.—Ignoro sus palabras y tomo el cierre otra vez. Esto ya es personal.—Pau..Espera.

La puerta del baño se abre de golpe, inmediatamente me aviento hacia atrás y caigo de culo en el piso. Carlos y yo nos miramos asustados, él sin camisa y con los pantalones desabrochados y yo con la cara sudada y el cabello hecho un desastre.

—!¿Qué mierda, Carlos?!

—No es lo que estás pensando.—Hablamos rápidamente al mismo tiempo.

El primo de Carlos, Caco, nos mira con el ceño fruncido y la cara tan roja como un tomate. Claro que no más de lo que ya está la mía.

—¡Joder...No puedo creerlo. Lo siento..e-es que no estabas y...mejor me voy.—Dice al último y sale de la habitación.

—Yo le explico.

Asiento asustada y avergonzada con los ojos abiertos como platos. Carlos se acomoda los pantalones y sale del baño.

Yo me quedo en mi lugar y unos minutos después me pongo de pie, me lavo la cara y me quedo parada tras la puerta del baño.

—No seas un idiota con ella.

—No con ella,—Escucho que le dice Caco.—Pero sí contigo. Carlos, más te vale que...

—Déjalo ya.—Lo corta.—Ya te dije que pasó, solo no vuelvas a mencionarlo.

—¿Al menos arreglaron el cierre?—Pregunta con burla y Carlos no dice nada.

Supongo que le dio una de esas miradas de advertencia qué podrían congelar hasta el mismísimo infierno.

—Vale, vale. Ya. Lo siento. Mejor me voy. Los espero afuera.

Decido salir y me encuentro con Carlos ya vestido.

—Al parecer el cierre sí subió...—Es lo único que se me ocurre decir para alivianar el momento.—Valió la pena.

Carlos se ríe y se lleva ambas manos a la cara. Me mira, lo miro. Y luego los dos nos soltamos a reír a carcajadas. ¿Qué más se puede hacer en nuestra situación?

No puedo volver al pasado y evitar que Caco nos encontrara así y mal pensara las cosas. Lo único que queda es reírnos de nosotros mismos. Además hay que admitir que la cara de Caco fue bastante divertida. Jamás lo había dejado sin palabras.

—Ven aquí.

Abre los brazos y me mira con una sonrisa de boca cerrada. Hago lo que me pide y me  refugio en sus brazos enterrando mi cara en su pecho sin parar de reír. Es como esos ataques de risa que te dan de la nada y hasta lágrimas sacas.

¡Dios! Todo fue tan bochornoso.

—Hay un lugar al que quiero llevarte.

Las palabras de Carlos me hacen mirarlo con curiosidad y mi risa cesa.

—¿Ahora?

—Sí,—Asiente con la cabeza y deja un beso en mi frente.—ahora. Vamos.

Nos tomamos de las manos y salimos de la habitación. Afuera nos encontramos a Caco y Rupert hablando con un médico. Carlos señala la salida con la mirada cuando Rupert lo ve y este último asiente con la cabeza como dándole su consentimiento.

—No creo que sea buena idea ir ahora que tú estás así...

—Pero si yo estoy perfecto.—Me interrumpe.—No tienes idea de las veces que me ha pasado esto.

—Claaaro. ¡Super normal estar dentro de un auto mientras se incendia! A mí me pasó ayer, fijate.

—Ya, Pau. Tranquila. Ya escuchaste lo que dijo el médico.—Da un apretón en mi mano.—Estoy perfectamente bien.





*Algo cortito y ligero. <3

Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora