Carlos.Nunca creí que haría esto. Para mí, las carreras siempre fueron lo primero en mi vida, no había espacio para nada más y mucho menos para el amor. Paula y yo pasamos poco tiempo juntos como pareja, en mi memoria vivirá siempre el recuerdo de la primera vez que la vi en aquel hotel en Miami peleando con Toto. Desde que mis ojos se posaron en ella me pareció la chica más hermosa del mundo y supe que sería la mujer por la cual yo me desviviría para hacerla feliz. (Aunque nunca se me pasó por la cabeza que sería tan literal.)
Vivimos muchas cosas en tan poco tiempo que casi no me da tiempo de procesar; como lo del bebé, por ejemplo. Estoy seguro de que será una niña hermosa al igual que su madre. Lo sé porque mi instinto de padre me lo dice. Hubiera querido compartir más tiempo de esos con ella, de disfrutar más el embarazo sin tener que conducir un auto a más de trescientos kilómetros por ahora con la idea de que jamás las volvería a ver porque, descubrí, aquel fin de semana en México, que solo se necesita un par de segundos para arruinarle la vida a alguien y despojarlo de todo lo que le hace feliz.
Aun me torturan esos pensamientos por la noche, él qué hubiera pasado si no hubiera subido a ese monoplaza, debí ser más cuidadoso y no confiar tanto en el equipo. Yo, inocentemente esperé la ayuda, una ayuda que nunca llegó y tuve que salir solo del auto mientras se deshacía en llamas. Me dejó con una quemadura en la cadera y casi muero asfixiado de no haber sido por Charles y Lando que se detuvieron a ayudarme. Me contaron que no dudaron en detenerse al ver el accidente, sin embargo, no podían hacer nada porque estaban esperando lo mismo que yo: la ayuda. Al ver que nadie hacía nada, ellos mismos se arriesgaron. Me salvaron la vida, y es algo que nunca voy a olvidar porque gracias a ellos hoy puedo seguir con Paula y ver a nuestra hija crecer.
—¡Por Dios, Carlos! ¡Es hermoso!
Se adelanta a caminar frente a mí en el campo de tulipanes, observando maravillada los kilómetros de flores blancas que se extienden frente a nosotros. El cielo está despejado y el sol brilla en los más alto, es un día hermoso, como Paula.
—Sabía que te iba a gustar.—Me acerco a ella, tomo su mano que ya está completamente recuperada y dejo un beso.—¿Recuerdas el día que me dijiste que esta pequeñita venía en camino?—Acarico su vientre abultado a través de un vestido rosa.
—Claro que sí.—Se ríe. Y yo no podría estar más feliz por volver escuchar esa escandalosa risa.—¡¿Cómo olvidarlo si te lo solté sin anestesia?!
—Bueeno. Pues tenía planeado traerte a este lugar porque sé cuánto amas las flores... Pero, luego recordé que en esa época del año los tulipanes no florecen y..
—¿Por eso esperaste hasta ahora?
Asiento, muy nervioso. Me paso las manos por el pantalón negro que llevo, comprobando qué la cajita este en mi bolsillo y suelto un suspiro de alivio.
—Sí...P-paula, sé que nuestra relación empezó rápido y, hemos pasado cosas que no deberíamos...—Titubeo. Paula me observa con curiosidad mientras acaricia su vientre esperando que continúe.—Eres una mujer excepcional, valiente y exitosa...—Vuelvo a tomar aire y para este momento creo hasta estoy temblando.—Dios. No, no... No sé cómo hacer esto...
—Vas muy bien, Cariño.—Me insta.
—Sabes que te amo...Demasiado. A tí y a nuestra hija, y estoy seguro de que no volveré a amar a otra mujer de la misma manera que te amo a ti. Desde que te vi por primera vez en Miami supe que serías la mujer de mi vida... No.—Me corrigo.—No eres la mujer de mi vida, Paula. Eres mi vida entera.
ESTÁS LEYENDO
Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)
RandomPEQUEÑO FIC DE CARLOS SAINZ, MI ESPAÑOL FAVORITO. Cuando Paula acepta el trabajo de niñera del hijo del director de la escudería Mercedes, es consiente de que tendrá que estar rodeada de los hombres más guapos y codiciados por las chicas: los pilot...