Carlos.
Comprometida.
Paula está malditamente comprometida.
Y lo peor es que nunca mencionó nada.
¡Joder!
No. No puede ser. Me estoy dejando llevar solo por la palabra de este tipo. Si Paula no mencionó nada es por algo, no soy tan estúpido como para pasar por alto la actitud de Paula al ver a este sujeto...Le tiene miedo.
—Carlos.—La voz temblorosa de Paula corta el incómodo silencio.—Eso no es cierto. Por favor no le creas, te prometo que después te explicaré todo.
Dejo escapar un suspiro, aliviado, y asiento con la cabeza.
—¡Estás jodidamente loco si crees que seguimos comprometidos!—Paula encara al tipo. Es increíble que hace un momento estuviera temblando de miedo y ahora haya tomado valor para enfrentarse al tipo.—Ya superalo, eso fue hace meses... Estoy harta de tu maldita existencia, de que tu maldita posesividad no me deje vivir en paz. El solo saber que existes me da asco...
Me interpongo en medio de ellos al ver que él intenta tomarla del brazo y lo alejo. No sé qué haya pasado con ellos, pero jamás dejaría que alguien le toque un solo pelo a Paula. A leguas se ve que este imbécil es un agresivo.
—¿Ahora si tienes el valor para gritarme? ¿Quién te crees...—Dice con cierto tono de burla antes de darme una mirada rápida.—Ah, ya veo...es por este piloto de cuarta. Él no estará siempre para protegerte, Paula... Y no te será fácil deshacerte de mí, quizá lo hiciste por unos meses, pero no te lo pondré fácil esta vez...
—Te equivocas.—Lo corto.—Te equivocas si crees que no la protegeré siempre. Estemos o no juntos...si ella me necesita ni siquiera tendrá que pedírmelo. Estaré ahí para ella.
—A mí ningún piloto de cuarta me intimida, si es tu intención.—Se arregla las solapas del elegante traje que lleva en un intento por demostrar que es superior a mí.—No somos ni seremos iguales.
Sus palabras no me afectan. Jamás me compraría con una persona tan horrible como él.
—Si es todo lo que tenías que decir es mejor que te vayas. Lárgate antes de que llame a la policía.—Ni siquiera le tiembla la voz a Paula al decirlo. Está muy decidida a echar de aquí al tipo.
Y ahora sé que no necesita que la cuiden, ella es muy capaz hacerlo sola. Ninguna mujer necesita a un hombre que la cuide, simplemente necesita a alguien que la apoye y la alienta a ir siempre por más.
—¿Cómo aquella vez en la mansión de tu padre?—Al escuchar esas palabras Paula queda completamente congelada. Una expresión de terror es lo único que cubre su rostro.—La hubiésemos pasado tan bien si tu padre no hubiera llegado entrometido...y todo por eso llamada, Paula.
—Es suficiente.—Zanjo al mismo tiempo que lo tomo del brazo al darme cuenta de la horrible mirada lasciva que le da a Paula. ¿Cómo se atreve si quiera el idiota a mirarla? Soy un poco más alto que él y no se me dificulta moverlo hacia el ascensor.—Espero que nunca nos volvamos a ver las caras.
El ascensor abre sus puertas y yo lo meto de un empujón, no sin antes mirar a Paula como si pidiera su permiso para correrlo.
—Carlos, tenemos que hablar.
—Por supuesto que tenemos que hablar.—El ascensor empieza a bajar. Suelto un resoplido—¿Estás bien?
Me dedica una ligera sonrisa y asiente con la cabeza. Hay algo en sus ojos que no me gusta...algo en mí me dice que ese tipo lastimó a Paula demasiado.
—Vamos adentro.
Se agacha para recoger las flores que no sé en qué momento he dejado caer al piso.
Dejo que ella pase primero a la habitación y luego entro yo cerrando la puerta detrás de mí.—Prométeme que después de esto no me verás de una manera diferente.—Rodea mi cuerpo con sus brazos y se aferra con fuerza a mí. Como si esto fuera un intento de despedida y quisiera llevarse todo de mí. Y joder , si así fuera ni siquiera pondría resistencia. A ella le daría todo.—No sentirás lástima o asco por mí, no quiero que tu trato hacia mí cambie.
—Preciosa.—Digo en un susurro. Dejo un beso en su coronilla y la abrazo de la misma forma.—Jamás sentiría algo parecido por tí. Lo único que siento es añoranza, amor...—Hago una breve pausa y trago duro al darme cuenta de lo que acabo de confesar. Es demasiado rápido, pero no me voy a retratar.—Ningún sentimiento hacia tí podría ser negativo.
—¿Me lo prometes?
Se aleja de mí para poder mirarme a los ojos y levantar la mano mostrando su dedo meñique con una sonrisa apenada en el rostro.
—Promesa de meñique.
Esbozo una tierna sonrisa y sin dudarlo rodeo su meñique con el mío.
Su expresión se torna seria cuando separamos nuestros meñique y entonces sé que ella hablará, me explicará todo...Y también sé que es algo serio.—Ven conmigo.—Dejo un último beso en su coronilla y la guío al sofá al verla tan angustiada. Ella toma asiento y yo lo hago a su lado.—Respira conmigo. Vamos.
Empiezo a inhalar y exhalar lentamente y ella lo hace conmigo. No quiero pensar en lo que ese hombre pudo haberle hecho, porque nada medianamente bueno llega a mi mente y no quiero descontrolarme y afectarla más. Así que esto nos ayuda a ambos.
—Él tipo de hace un momento—Hace una pausa.—James, sí fue mi prometido.
"Fue" eso me tranquiliza. Saber que se ha deshecho de un tipo así me alivia en sobre manera.
—Lo conocí en mi último año de preparatoria cuando entró a trabajar como profesor en mi colegio.—Lo último lo dice bajito. Algo cohibida.
—¿Te metiste con tu profesor?
Jamás imaginé algo así de Paula, no es que me asuste algo así. Simplemente me sorprende porque no parece ese tipo de chica, y sí llegó a ser su prometido entonces fue algo serio.
—Sí.—Traga duro y baja la mirada.—No me juzgues, por favor.—Susurra con la voz rota.
—No lo haré. ¿Quién soy yo para hacerlo?
Levanta la mirada y me da una pequeña sonrisa que no llega a sus ojos.
Solo quiero que termine de contar su historia para dejar de torturarme la mente con suposiciones. Se nota a leguas que él es mayor que ella como por diez años, ¿como un hombre de casi treinta pudo aprovecharse de una chica de dieciocho años? Y no es la edad, son las etapas. Sonaría hipócrita de mi parte porque yo a ella le llevo cuatro años, pero creo que ambos ya hemos vivido lo que nos tocaba, hemos pasado nuestras cosas etapas como debía ser.
Me dolería pensar que eso sea un impedimento para tener algo con ella, porque por más que la quiera la tendría que dejar ir. Dejarla sanar y disfrutar de esa parte perdida de su vida así como yo ya he disfrutado gran parte de la mía...
Después de tanto tiempo al fin he regresado, y espero no volver a irme por tanto tiempo. Muchas gracias a las personitas que me tuvieron paciencia y aun siguen aquí, también a ese par de personitas que me dejaron uno que otro comentario que me motivó bastante para seguir actualizando. No saben lo que significa para mí ese pequeño gesto. Se les quiere, amistades.
Espero que les haya gustado el capítulo, aún falta más, espero poder terminar el cap que sigue esta noche y publicarlo mañana.
Buenas vibras para todxs. <3
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Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)
LosowePEQUEÑO FIC DE CARLOS SAINZ, MI ESPAÑOL FAVORITO. Cuando Paula acepta el trabajo de niñera del hijo del director de la escudería Mercedes, es consiente de que tendrá que estar rodeada de los hombres más guapos y codiciados por las chicas: los pilot...