Capítulo 21.

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Afortunadamente Carlos fue sensato y dejó que el chófer de Susie nos llevara a donde tiene planeado. No se quejó en cuanto le sugerí amablemente que no condujera y usáramos al chófer.

Después de que le diera la dirección emprendimos camino a...no sé a dónde realmente. Nunca antes había estado en este pueblo así que no reconocí la dirección.

¡Pero eso lo hace más emocionante!

Aunque desde que salimos del hospital mi mente no ha dejado de darle vueltas a mi comportamiento de la mañana. No debí portarme así con él justo cuando tenía planeado qué saliéramos por la noche.

—Por cierto...—Llamo la atención de Carlos. Despega la vista de su teléfono y me mira.—Quiero pedirte una disculpa por cómo me comporté contigo en la mañana.—Termino, apenada. Ni siquiera soy capaz de verlo a los ojos.

—Está bien. Solo...—Niega con la cabeza y suelta un suspiro.—Solo promete que me contarás cualquier cosa que te preocupe. No te quedes callada ni permitas que me llene de incógnitas. Así como yo te contaré cualquier cosa que me ocurra, ¿de acuerdo? Si queremos que esto funcione debemos tener comunicación.

—Tienes razón.—Sonrío.—Para que esto funcione tenemos que tener comunicación. Pinky promise.

—Pau, no voy a..—Dirige su vista a mi meñique extendido y luego niega con la cabeza.—Ay, está bien. Pinky promise.—Cerramos nuestro pacto entrelazando nuestros meñiques y yo más complacida no podría estár.—Llegamos.

El viaje se me ha hecho bastante corto.

—¿Qué es esto?—Pregunto al ver por la ventana el lugar.

—Una villa...

—Claro que sé que es una villa pero...¿Rentaste una villa solo para nosotros?

Sonríe fingiendo inocencia y, sin darme tiempo a decir nada sale del auto. Me tiende la mano para ayudarme a salir y algo confundida acepto el gesto.

El lugar es precioso, debo admitir. Es pequeño, pero está justo en medio de un viñedo verde y frondoso. Justo desde aquí puedo ver los racimos de uvas qué cargan. Nunca había estado en un lugar así de impresionante. El sol a punto de meterse bañando con sus rayos dorados las plantas hace qué esto sea mágico. No sé si emocionarme o molestarme porque seguro que esto no ha salido nada barato.
Ni siquiera sé qué decirle, me ha dejado sin palabras.

—La casa no es lo mejor, pero las vistas lo compensan todo.—Me jala hacia dentro y se despide del chófer.—Adiós y gracias, Josue.

—¡Que se llama Joshua!—Le recuerdo.

El pobre Joshua simplemente niega con la cabeza tratando de ocultar su risa y toca la bocina del auto antes de arrancar e irse. Es un buen tipo, aunque es callado. Traté de hacerle plática durante el viaje y no pude sacarle más de tres palabras. Del "sí"y el "no" no pasó.

—Da igual...vamos dentro. Quiero mostrarte algo.

La casa por dentro es maravillosa, tiene una pequeña sala y una chimenea justo enfrente.
Tiene un estilo rústico e incluso unas cuantas plantas cubren parte de las paredes de la sala.

—Me encanta.

Me giro hacia Carlos y sonrío. Él solo me observa atento, como si yo fuese la cosa más interesante del mundo y luego sonríe.

—Y a mí me encantas tú.

Sus palabras hacen qué mis mejillas se sonrojen y bajo la mirada. Me río para disipar los nervios y, sin pensarlo más, lo tomo de las mejillas y le planto un beso en la boca

Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora