—Carlos.
—¿Todo bien?
Asiento con la cabeza y le regalo una pequeña sonrisa.
—¿Estás segura...
—Sí, sí, claro. ¿Pasó algo?
—¿Tendría que pasar algo?
—Este...no. Ya sabes, es una de esas preguntas de rutina.
—¿Preguntas de rutina?—Suena muy bobo realmente.
Creo que no fue buena idea responder eso.
—¿Por qué contestas a mis preguntas con otras preguntas? Es desesperante, ¿sabes?
—¿Perdón?—Pregunta extrañado con el ceño fruncido.
—Ahí está. ¿Lo ves?
—Paula, lo siento. Es solo que te noto algo extraña. ¿Segura que está todo bien?
Me mira esperando una respuesta, y es tan difícil sostenerle la mirada. Siento que estoy siendo grosera con él, pero no puedo evitarlo.
—Todo perfecto.—Me cruzo de brazos y recargo la cadera en el marco de la puerta.—Ahora: ¿qué haces aquí? ¿No tendrías que ir camino al circuito?
—Bueno, solo quería verte antes de irme.—Responde algo inseguro.—Y quería saber si tienes esta noche libre...
—No sé exactamente.—Respondo son sequedad.
—De acuerdo.—Suelta el aire y, algo decepcionado, mira la hora en su reloj.—Se me hace tarde, es hora de irme.
—Nos vemos después.
—Sí. Después.
Sonríe ligeramente a modo de despedida y luego se marcha, dejando un vacío que tendríamos que haber llenado ambos con algunas palabras dulces.
Ni siquiera pude desearle suerte.
Paso ambas manos por mi rostro para despejarme y suelto un quejido. Esto no está yendo bien.
—¿Pau?
—Dime, bebé.
Miro a Jack, luce algo tímido al hablar. Se me hace extraño porque él nunca es así conmigo. Me tiene la suficiente confianza para pedirme lo que sea.
Le regalo una sonrisa para reconfortarlo y lo tomo de la mano para adentrarnos a la habitación.
—¿Necesitas algo, bebé?—Le pregunto más animada.—¿Quieres ver alguna película? ¿Jugar a...
—¡Sí!
Sonríe mostrando sus pequeños dientes y arrugando la nariz mientras aplaude. Él es tan lindo.
—Bien. Dime a qué quieres jugar. Podemos sacar los juguetes que traes en la maleta, armar una pista para tus autos, algun juego de mesa.—Lo tomo en mis brazos y lo recargo en mi cadera para dirigirnos a su habitación.—O te puedo contar una historia.
—¿Vemos qué hay en la maleta?
—Veremos que sale del saco mágico.
Así es como lo llama él. Es una historia que le inventé cuando una vez vio todo lo que cabía en la maleta de sus juguetes. Y es que yo hago maravillas, no sé cómo logro que quepan tantas cosas en esa maleta. Dijo que era como el de Papá Noel.
Pasamos la mayor parte de la tarde armando rompecabezas y jugando con dinosaurios y recreando una de las tantas historias que le he leído. Logra distraerme bastante. Tanto que me olvido del momento tan incómodo que tuve con Carlos y recuerdo que más tarde tengo que pedirle una disculpa.
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Temporada Inesperada. (Carlos Sainz Jr Fanfic)
AcakPEQUEÑO FIC DE CARLOS SAINZ, MI ESPAÑOL FAVORITO. Cuando Paula acepta el trabajo de niñera del hijo del director de la escudería Mercedes, es consiente de que tendrá que estar rodeada de los hombres más guapos y codiciados por las chicas: los pilot...