mar del este • jjk ✔️

31. adornos en la pared

<< pov. jungkook >>

Durante el trayecto de regreso a la playa, Aerin no dejó de reírse del asunto con el mono. Venía dando vueltas a mi alrededor, llenando mis oídos de sus risas y burlas infantiles. Era como si no lleváramos días discutiendo y llevándola mal. Aunque la frente me seguía doliendo por el porrazo que me había metido aquel animal, supongo que el dolor valía la pena si eso había logrado ponerla tan risueña.

— ¿Qué están haciendo esos bobos? — pregunté, una vez que llegamos a la playa y tuvimos a los chicos a la vista.

Aerin y yo los observamos juguetear de lejos. Namjoon estaba sentado en la arena debajo de la sombra de una palmera, mientras que Jimin y Hoseok luchaban entre sí. Los dos últimos no llevaban camiseta y parecían entusiasmados por poder derribar al otro.

— ¿Un duelo cuerpo a cuerpo? — Aerin río, viéndolos forcejear. Me sobresalté un poco cuando sentí su mano darme una palmada en la espalda. — ¡Vamos, mono! ¿A quién le quieres apostar?

Y la vi correr hacia ellos, haciendo revolotear la arena a sus pies. Exhale sin poder aguantarme una sonrisa. Me colgué el brote de plátanos en el hombro y comencé a seguirla, caminando.

Me senté junto a Namjoon, dejando la fruta entre los dos.

— ¿En dónde se metieron? — distinguí un toque de burla en su voz, pero lo ignoré para dedicarme a ver el espectáculo frente a mí.

Aerin había llegado junto a Jimin y Hoseok.

— ¿Se creen muy rudos? — les pregunto, con desafío.

Los dos chicos la miraron extrañados. Yo, por dentro, estaba a punto de carcajearme. No sabían lo que se les venía encima. Aerin podía ser una mujer aristócrata, pero eso no impedía que tuviera un par de habilidades poco usuales debajo de la manga.

— ¿Vas a dejar que luche con ellos? — Nam se inclinó un poco hacia mí.

Yo me limité a arrancar un plátano y empezar a comerlo.

— No necesita una niñera — dije.

Escuché como Hoseok se reía de ella y le decía algo que no alcance a percibir. Aerin siguió retándolo con su postura y mirada, hasta que el chico asintió y abrió los brazos hacia ella, como diciendo "venga pues, ¿qué es lo que puedes hacer?". Jimin, sonriendo con burla, se hizo a un lado para ver el enfrentamiento.

Aerin esperó pacientemente hasta que Hoseok hizo el primer movimiento y se abalanzó hacia ella. La chica no tardó ni quince segundos en dejarlo en el suelo.

— ¿Pero que coño-

— Lleva entrenando taekwondo desde los diez años — le explique a Namjoon, sonriendo con un semblante orgulloso.

Hoseok se quejó por el golpe que su cara había dado contra la arena y Jimin miró todo con un gesto asustado. Aún así, aceptó el reto de Aerin cuando se giró a verlo. Ella no tardó en ganarle, también. Se sentó sobre su espalda mientras le hacía una especie de llave usando su brazo para mantenerlo inmóvil. Cuando Jimin pidió clemencia, ella se le quitó de encima.

Me busco con la mirada.

— ¿Viste eso? — exclamó hacia mí, muy feliz. Yo le sonreí. Era imposible no contagiarse de su alegría. Y ver a esos dos tirados en el suelo sí que me hacía el día. Aerin empezó a caminar hacia nosotros. — ¿Quién sigue? Venga, ¿o les da miedo?