48. tres amigos

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<< pov. aerin >>

— Creo que estoy enamorada.

— Es bonito, ¿verdad?

— Esa palabra le queda corta — Sina uso una voz que la hacía sonar como si estuviera flotando mientras acariciaba la tela del vestido de novia que se esparcía por el sofá junto a la ventana de mi cuarto. Casi pude ver dos corazones marcarse en sus ojos. — Este diseñó es el más espectacular que he visto en toda mi vida.

Recostada a medias desde mi cama, la observé mientras recargaba mi mejilla en mi mano.

— Mañana me harán una segunda prueba. Me hicieron medírmelo casi en cuanto desperté y decidieron que había que disminuir un poco el largo.

— Pues te vas a ver preciosa — soltó el vestido y se vino a sentar a mi lado, dejando que su falda violeta se esparciera a su alrededor. — Pero nada feliz, A. ¿Ya podemos hablar de-

— No es necesario.

— Se irá hoy — me dijo, como si no lo supiera.

Asentí.

— Ya lo sé.

— ¿No quieres alcanzarlo para hablar una última vez con él?

Sacudí la cabeza.

— No tiene ningún caso.

— Claro que sí. Solo mira que cara tienes. ¿Crees que no puedo notar lo mucho que te estás esforzando por hacer como si nada pasara?

Me incorporé e intenté sonreírle genuinamente.

— Estaré bien, Sina. Dejemos el tema y mejor ayúdame a escoger un par de zapatos de entre todos los que vinieron a dejarme hace un rato.

La puerta de la habitación se abrió y Taehyung entró por ella antes de que pudiera llegar al armario. Ambos nos miramos pero yo seguí de largo y tomé la primera caja de zapatos que vi para pretender que la estaba inspeccionando. A mis espaldas, supe que mis dos amigos intercambiaban miradas.

— Iré a ver si Yina está disponible para que nos ayude con la ropa — avisó la chica, pero ya sabía que solo era una excusa para dejarnos a solas.

Cuando me volví a girar, ella ya se había ido y un Taehyung con los ojos un poco entrecerrados me estudiaba cautelosamente.

— No bajaste a comer.

— Hice que subieran la comida. Sina estuvo conmigo.

El chico asintió. Caminé al tocador y, solo por hacer algo, escogí unos pendientes dorados que estaban fuera y los empecé a poner en mis oídos. A través del espejo pude notar que Taehyung seguía ahí de pie, solo viéndome.

— Jungkook se irá pronto. Los vi salir hacia el muelle.

Me mantuve serena, sin mostrar ni un ápice de reacción.

— Lo sé. Ya me despedí — menti.

— ¿Anoche, en la sala cóndor?

Me di vuelta para verlo.

— ¿Cómo sabes-

— Los escuche. Vi que salieron de la fiesta y los seguí.

Suspire, ya sin poder ocultar el pesar en mi expresión.

— Taehyung-

— No estoy molesto, Aerin — me dijo, con tono calmado. — Ni soy tonto, ¿sabes? El beso que se dieron en el calabozo cuando intentamos sacarlo de ahí empezó a ponerme las cosas claras. Distraído sí que seré un poco porque de niños nunca note nada, pero ahora puedo ver todo como en realidad es.

mar del este • jjk ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora