28. diecisiete años, pt. 8

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<< en el pasado >>
17 años
<< pov: aerin >>

Perdí la cuenta de cuántas vueltas llevaba por mi habitación. Entrelace mis manos sobre mi estómago mientras me paseaba del tocador a la cama, de la cama al sofá, del sofá al armario y del armario a la ventana. Una y otra vez. Podía sentir un manojo de nervios creciendo dentro de mí. ¿En dónde estaba Jungkook? ¿Se habría ido a casa? ¿Vendría de camino luego de quedarse un rato a solas en el jardín? ¿Por qué no llegaba? ¿No escuchó bien las indicaciones que le di? ¿No encontraba la habitación? ¿No querría hablar conmigo? ¿Debería ir a buscarlo?

Preguntas, preguntas y más preguntas.

Estaba a punto de salir al corredor cuando oí un golpecito en la ventana. Corrí hacia allá y abrí la puerta del balcón. Cuando me asomé, vi a Jungkook de pie sobre el césped, con el cuello estirado hacia arriba. Al verme y confirmar mi estadía en aquella habitación, empezó a escalar por la rejilla y se colgó de los balastros.

Una vez que estuvo frente a mí, me apresuré a echar un vistazo hacia los jardines para cerciorarme de que ningún guardia estuviera observando y, cuando confirme que no, apreté su mano y lo llevé dentro. Sólo lo solté para cerrar y cubrir con las cortinas.

— Empezaba a pensar que no vendrías — me giré hacia Jungkook.

Mostré señales de querer acercarme, pero él dio un paso hacia atrás.

— ¿Por qué no me lo dijiste?

— No había podido verte — empecé. — Quería ir a buscarte, pero...

— ¿Pero? — insistió cuando me quedé a media oración.

— No sabía cómo decírtelo.

— ¿Decirme qué, exactamente?

— Jungkook-

— ¿Lo de huir al mar iba en serio?

— Siempre hemos hablado de ello.

— Hablar y hacer son dos cosas muy distintas.

Sacudí la cabeza.

— Esa noche estaba muy afectada. No estaba pensando con claridad-

— Vámonos — me interrumpió.

— ¿Qué?

— Que nos vayamos, Aerin — se acercó un tanto y me tomó de los brazos. — Mañana temprano, o esta misma noche... — sentí mis ojos comenzar a arder. — Soy yo quien te lo propone esta vez.

— ¿De qué hablas?

— Tengo un barco. Eso es lo que te quería decir — casi atropello las palabras. — Lo conseguí por fin. Un verdadero navío.

— ¿Qué? ¿Cómo?

— El señor Yang murió hace unos días-

— ¿Estás hablando en serio?

Asintió con efusión y su rostro se acercó más al mío.

mar del este • jjk ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora