42. tierra a la vista

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<< pov. jungkook >>

Casi llegábamos a Corea.

Con cada metro que avanzaba el barco, me forzaba a encontrar la valentía de enfrentar mi destino. Había sido un ladrón los últimos siete años, pero ahora estaba dispuesto a morir como un hombre de palabra. Con las manos en los bolsillos, caminé por la cubierta inspeccionando mi barco a detalle; aquel navío que me había cargado y soportado tantas aventuras.

Mi más fiel compañero.

Pero el segundo estaba al timón.

Caminé hacia allá con lentitud y con una sonrisa amigable en la cara. El chico me miró como si estuviera tramando algo, pero sabía que teníamos una conversación pendiente antes de que los últimos hechos de mi vida iniciaran a desencadenarse y caer como dominós hasta cumplirse.

— ¿Vienes a lloriquear en mi hombro? — alzó una ceja, intentando apaciguar la seriedad del momento con sus bromas.

Sonreí; no esperaba otra cosa de él. Pose mis brazos en el barandal y observé el horizonte, con los ojos entrecerrados.

— Vengo a hacerte compañía. Este siempre fue mi lugar favorito del barco.

— Porque amas tener el control de todo.

— Sin embargo — reí, — admito que siempre has sido mejor conductor que yo.

— Dime algo que no sepa, Jeon.

Asentí, y ambos nos quedamos en silencio mientras escuchábamos las olas romperse.

— Quiero que te quedes con el barco, Nam.

Vi de reojo que giró su cabeza hacia mí, con incredulidad.

— ¿Qué?

Me giré a verlo, con una mano en el interior de mi bolsillo y la otra en mi nuca.

— Alguien tiene que cuidar a mi bebé. ¿Crees que se lo confiaré a Jimin o Hoseok?

— Jungkook-

— Es lo que quiero, Namjoon. Sin arrepentimientos — le di una palmada en el hombro. — Estoy seguro de que serás un excelente capitán.

Lo vi apretar los labios, como si estuviera conteniendo las lágrimas. Soltó el timón y dejó caer sus brazos contra sus costados.

— Me conmueves, en serio, pero... — tomó aire y me miró a los ojos. — Sin ti... La verdad es que navegar pierde su sentido.

— Namjoon...

— Mis días en alta mar comenzaron junto a ti y quiero que terminen de la misma forma. Hicimos grandes cosas y la pasamos muy bien. De eso se trataba todo al final, ¿no? — sonrió y me mostró sus hoyuelos. — Además, ¿crees que voy a desperdiciar más años en el océano solamente con aquellos dos brutos? — señaló a Jimin y Hoseok, sentados en la proa mientras peleaban por un pedazo de sandía. — No le tengo un amor enfermizo al mar como tú.

Sonreí.

Definitivamente Kim Namjoon era el mejor segundo hombre y co-capitán que un marinero podía llegar a tener.

Los dos desviamos la vista del otro para limpiarnos las rebeldes lágrimas sin tener que ser vistos.

— En ese caso, si vas a quedarte en Corea... — me forcé a seguir hablando, — ¿podría pedirte algo?

Él asintió.

— Lo que sea.

— Cuida de Aerin, por favor. No es que ella lo necesite, pero... Ya sabes.

Me sonrió.

— Lo sé. Descuida — tomó aire. — Veré por ella como si fuera mi hermana.

No sabía que esperaba escuchar algo así hasta que lo oí. Sentí que un enorme peso se desvanecía de mi corazón y me di cuenta de lo mucho que me preocupaba dejar a Aerin atrás.

Pero ella estaría bien.

Estaba seguro.

Tenía muchas personas que la amaban.

Solo necesitaría mucho apoyo para recuperarse al principio y me aliviaba saber que lo tendría.

Luego, un grito nos sacó de nuestra conmovedora plática y nos hizo ver hacia el frente.

— ¡Tierra a la vista! — exclamó Jimin, pero aquella expresión nunca había sonado tan vacía.

Vi a Aerin salir de la cabina y observar el horizonte. Solo podía ver su espalda, pero por la manera en que se movieron sus hombros y sus brazos, supe que se había llevado las manos a la cara para limpiarse las lágrimas.

mar del este • jjk ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora