21┊Una linda ceremonia

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Dicho y hecho la joven se deshizo de su maquillaje, con un solo chorrito de agua bastó para dejarlo caer todo, se colocó de nuevo ligeros tonos en el rostro pero esta vez haciendo lucir mas natural, sin exageración, como realmente le gustaba. Por fin estaba lista de nuevo, salió y verla así de sencilla a Law le agradó, Corazón solo suspiró.

—¿Y bien?, ¿qué tal me veo?

—Como sea te ves bien —dijo el pelinegro.

—Bueno, si no hubiéramos tenido la conversación que tuvimos hace un momento esto no habría sido una opción.

—Lo siento, en verdad lamento si te molesté —se sobó el puente de la nariz sintiéndose hastiado por la pequeña discusión que habían tenido, esos problemas no los tenia previsto una vez llegaran a España.

—Eso te pasa por ser un imprudente y grosero —agregó Rosinante esperándolos en la puerta mientras miraba su reloj de mano.

—¡Ja, ja, ja! —carcajeó de risa la chica cuando escuchó al rubio decir esas palabras con tanta naturalidad y sobre todo al ver el gesto furtivo que plantó Law —, creo que Rosinante cada vez me cae mejor.

El Donquixote plantó una sonrisa por aquel comentario, mientras que el pelinegro solo pudo rodar los ojos.

—Bien, ya vámonos —Law suspiró y se acercó a la puerta, la abrió lentamente y seguido de él Neleb se acercó con Corazón pisándole los talones.

El rubio cerró la puerta y apagó las luces, a pesar de ser un hogar moderno aun había cosas que debía hacer por su propia mano, eso al menos hasta que viniera de nuevo la ama de llaves.

Finalmente los tres subieron al auto, Corazón manejó y la pareja se sentó en la parte de atrás, creyó innecesario contratar a un chofer, pues ya estaba ahí, lo esencial era ser atento con los invitados, y sobre todo que Neleb se sintiera en confianza. Pasaron unos cuantos minutos y llegaron al salón, era muy grande, tenía unas hermosas letras con el nombre del lugar, era amplio, tenía plantas, asientos y muchas luces.

Nuevamente la inspectora se asombró, era más que evidente que la Familia Donquixote era adinerada, pero eso no importaba, al menos no para la joven, a ella solo le importaba estar al lado de Law, y de ser capaz de entrar en su corazón, exactamente como Rosinante lo había dicho, si lo decía era por algo.

Una vez estacionados Corazón bajó, Law le imitó abriendo la puerta esperando para tomar la mano de la joven, ella mirándolo le sonrió sutilmente, y a punto de sujetarlo recordó algo.

—Oh, espera, casi lo olvido —se giró para sacar de la red que se ajustaba el asiento del copiloto lo que parecía una pequeña caja de color dorado con moño de tela.

—¿Qué es eso? —preguntó el tatuado.

—Un pequeño obsequió que se me ocurrió comprarle a la novia, espero con ansias conocerla.

—¿Por qué? —cuestionó arqueando las cejas —, sabes que ya tenemos el obsequio, es el sobre.

—Esto va por mi cuenta —se bajó del auto con cuidado sonriendo.

Law rodó los ojos, pero al final terminó sonriendo mientras la sujetaba de codo a codo, pues... pensó que su chica era una joven muy atenta, a veces curiosa pero sobre todo bondadosa, ninguna mujer que en su pasado conoció se comportaba como ella, estaba feliz con ello. Rosinante le colocó llave al auto y los tres se encaminaron por el estrecho camino de piso fino, luces al rededor acompañados de una hilera de flores rojas y rosas.

Mientras caminaban las voces se hacían presentes, había un enorme espacio verde, con mesas y sillas elegantes, las personas estaba cambiadas, vestidas de traje y prendas lujosas, eran muchas, todos estaban ahí por mientras que empezara la ceremonia dentro del edificio. Cuando las campanas dieran la orden sería la hora de entrar, pues pronto llegarían los estelares.

[OP] 𝙰𝚏𝚝𝚎𝚛 𝙳𝚊𝚛𝚔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora