Un amor muy a la mexicana; Quackity

Cuatro

🇲🇽 | Col. Del Valle centro, CDMX | Miércoles | 2015 | 1:25 p.m.
ʚ Rosario ɞ

Me encontraba entrando a el salón de cocina, está actividad extracurricular nos tocaba los días lunes, miércoles y viernes después de clases, así que hoy era nuestro primer día, llevaba un mandil lindo, era azul pastel con un bordado blanco en forma de corazón al centro y una bolsita en la parte de abajo.

Ate mi cabello en forma de un molote y deje dos mechones de cabello sueltos a los costados de mi cara. Me senté en los bancos que estaban frente a la barra esperando a que llegara el resto de mis compañeros, pues hasta ahora solo estábamos tres.

Recosté mi cabeza en la mesa que estaba frente a mi y cerré mis ojos, estaba muy cansada.

—¿Estas dormida Chayo?—susurró alguien a lado de mi, sabía que era Alex así que decidí ignorarlo—Chayo ¿Si respiras?, ni te mueves cabrona—dijo moviendo mi brazo—Chayoooo, ya muévete dame señales de vida o algo—me sangoloteo más fuerte.

—Ahhh chingada madre ya no puede dormir uno en paz—me queje levantándome de sopetón y el wey solo brinco en su lugar del susto.

—Chingas a tu madre Rosario me espantaste, pendeja—dijo agarrándose el pecho.

—Como que hoy andas muy llevadito, ¿No pinche Alexis?—dije dándole un zape en la frente.

—Ya chayo—dijo quitando mi mano.

Últimamente habíamos andado más confianzudos que de costumbre, más apegados se podría decir y eso que llevábamos días de conocernos, fue un click instantáneo.

—Ora, ¿Qué traes pinche loco?—dije viéndolo con una ceja alzada.

—Nada, solo no estoy de buen humor, tengo un chingo de tarea—se sentó a mi lado. Los dos recostamos nuestra cabeza en la mesa y nos mirábamos fijamente.

—Ah ya—pude dejar el tema por la paz y dormir, pero decidí preguntar—¿Seguro que es eso?—le di un empujoncito con mi codo.

Me miró fijamente—Te juro que si, solo estoy cansado, no pude dormir bien—mire detenidamente su rostro unos segundos, tenía unas pestañas bien bonitas y muchos lunares que se veían bien en el.

—Bueno—susurré y la puerta se abrió, ambos nos levantamos y miramos a la maestra que nos impartiría las clases de cocina.

—Hola chicos, buenas tardes—nos saludo poniendo su bolso en el escritorio que se encontraba frente a nosotros y todos respondimos a su saludo- Bueno, bienvenidos a las clases de gastronomía o cocina, como gusten decirle, el propósito de este taller es que ustedes—se puso frente a el escritorio, apoyo su espalda baja en el, nos señalo y después se cruzo de brazos. Debía admitirlo la maestra era demasiado bonita—generen un recetario con todas los platillos que hagamos aquí, y obtengan la habilidad de cocinar—sonrió—les aseguro que esto va a ser de muchísima ayuda así que eligieron bien.

Mire a Alex, el estaba embobado con la maestra.

—¿Quieres un bote para la baba? Es que como que se te está cayendo—le dije a modo de broma señalando su barbilla, pero mi tono fue muy serio.

Ahora el me miró a mi y sonrió—¿Celosa?—solté una risita y negué.

—¿Por qué debería de estarlo en primer lugar?—Alex me miraba atento.